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Gelehrte.... Arm und Reich.... Pfund....

Im Einverständnis mit unserem Herrn und Heiland bereiten wir dir heut eine Kundgabe, die dich befähigen soll, auch Gelehrten gegenüber zu vertreten, daß dein Streben von Gott gewollt und in Seinem Wohlgefallen ist.

Hart und schwer ringen so manche Menschen um ihr Dasein, und wieder anderen fällt das Glück in den Schoß, und sie haben wenig Verständnis für die Not und Leiden der anderen. Wenn ihr nun meinet, daß der Herr diese verlassen hat, so sehet einmal näher hin und beachtet, daß dort, wo der Mensch kämpfen muß um sein tägliches Leben, viel eher Seine Gebote erfüllt werden als dort, wo den Menschen ein leichtes Los beschieden ist.... Und merket daher, daß der Mensch in Sorgen viel eher den Gedanken jene Richtung gibt, die zu seinem Heil führen.... daß aber dem Menschen, der unbeschwert durch das Leben geht, jeder Gedanke an eine Rechtfertigung vor dem himmlischen Vater unbequem ist und er solchen schnell abweiset, wenn er sein Inneres einmal ausfüllt.

Vergleichet ihr nun, wie Christus auch Sein Leid willig auf Sich nahm, aus Liebe zur Menschheit, weil Er den Erdenkindern den Lebensweg dadurch erleichtern wollte, so geht daraus hervor, wie wenig Leid euch der Herr aufbürden wollte und wie Er bemüht war, diese Last zu verringern, indem Er geduldig das Leid der Menschheit auf Sich nahm. Anderer Wesen Leid zu tragen, ist die Größe Seiner Liebe fähig gewesen, und für andere Sich zu opfern, hat Sich der Herr ans Kreuz schlagen lassen. Sonach nehmen alle die, die ihr Leid auf Erden tragen.... gottergeben und duldsam.... an dem Erlösungswerk Christi teil, denn nur durch Leid gelangt der Mensch zur Vollkommenheit.... durch Leid werden Tausende und aber Tausende von Seelen gerettet für das ewige Reich. Dem anderen aber, den nichts beschwert, wird wenig Segen erwachsen aus seinem Wandeln auf Erden, denn er verschließt sich allen Ermahnungen, die seinem Herzen zugehen, und bleibt weit zurück hinter jenen....

Wenn ihr nun fragt, warum der Herr so verschieden die Seinen betreut, warum Er läßt den einen reifen in Not und Betrübnis, den anderen aber bewahret vor Herzeleid und Sorgen, so wird euch der Herr Selbst darauf antworten: "Ich habe jedem gegeben das Pfund, daß er es verwerte." So, wie der Mensch sich zu Gott einstellt, so wird ihm gegeben werden....

"Und ist wohl einer unter euch, an dessen Herz Ich nicht geklopft hätte?.... Ist wohl einer unter euch, dem Ich Mich nicht genaht hätte, um aufgenommen zu werden von ihm?"

Der Arme gibt von dem wenigen, das er hat.... der Reiche aber läßt vergeblich bitten, die dazu ihm kommen. Und so wird auch der Herr aufgenommen von dem Armen, von dem Reichen aber abgewiesen, sooft Er Einlaß begehret bei ihm. Und nun erwählet der Herr, wer Ihm treu gedienet hat, und ist ferne denen, die in Hartnäckigkeit Seinen Ruf nicht vernehmen wollten.... In Kürze aber werdet ihr es erleben, wie der Vater die Seinen schützt und ihnen Kenntnis gibt von Seiner Liebe.... Dann erwachet auch ihr, die ihr lange gezögert habt, den Herrn aufzunehmen in euer Herz. Denn kurz ist die Zeit, die euch beschieden ist auf Erden. (Unterbrechung)

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Sabios - Pobres y ricos

En conformidad con nuestro Señor y Salvador preparamos hoy para ti una comunicación que te facilitará sostener, incluso ante sabios, que tus anhelos y esfuerzos complacen a Dios. Hay gran número de hombres que tienen que luchar mucho por su existencia, mientras que a otros la buena suerte les cae del cielo y son poco comprensivos con las aflicciones de los demás.

Si os parece que el Señor ha abandonado a estos últimos, entonces fijaos un poco mejor; porque el hombre que ha de luchar por el pan de cada día, cumple mucho más frecuentemente los mandamientos del Señor que aquellos a quienes les ha tocado en suerte una vida fácil. Observad que un hombre que se encuentra en apuros, dirige sus pensamientos mucho más fácilmente en la dirección que lleva a su salvación que aquel que vive una vida despreocupada, al cual todo pensamiento sobre una justificación ante el Padre celestial le resulta incómodo y lo rechaza nada más entra en su interior.

Si os fijáis ahora en la gran disposición de Cristo a aceptar su sufrimiento por Amor a la humanidad, porque quería facilitar así a los hijos del mundo el proceso de la vida, entonces resulta evidente lo poco que Él quería cargaros a vosotros y lo muy preocupado que estaba por aliviaros de esta carga. ¡Cargarse con los sufrimientos de otros seres! La grandeza de su Amor fue capaz de ello, ¡de sacrificarse para otros y de consentir que le clavasen en la cruz! Con lo que todos aquellos que, pacientes y devotos, soportan su destino en la Tierra, toman parte en la obra de Redención de Cristo; pues sólo a través del sufrimiento llega el hombre a la perfección y mediante el sufrimiento miles y miles de almas se salvan para el reino eterno. Pero poca bendición les traerá su existencia en la Tierra a los otros, a los que la buena suerte les cae del cielo, pues se cierran a todas advertencias dirigidas a su corazón; quedará muy atrás de los que sufren.

Si preguntáis ahora por qué el Señor trata a los suyos con tanta diferencia, por qué hace que uno madure colmado de apuros y aflicción y al otro le protege de penas y preocupaciones, el mismo Señor os contestará: «A cada uno le he dado una dote para que la emplee. Así como el hombre es ante Dios, así le será dado. ¿Acaso hay uno de entre vosotros a cuyo corazón no haya llamado? ¿Acaso hay alguno de entre vosotros a quién no me haya acercado para que me recibiera?».

El pobre da de lo poco que tiene; pero el rico desoye los ruegos de los que se acercan a él. De igual manera, cada vez que el Señor llama para entrar, es acogido por los pobres, pero rechazado por los ricos. Ahora el Señor escoge a aquel que le ha servido fielmente, mientras que a los que con tozudez han desatendido su llamada, les resultará lejano. Dentro de poco seréis testigos cómo el Padre protege a los suyos y les demuestra su amor; entonces también os despertaréis vosotros, los que durante tanto tiempo estuvisteis indecisos en aceptar al Señor en vuestro corazón. Porque os queda poco tiempo en esta Tierra.

Amén.

Übersetzer
Übersetzt durch: Meinhard Füssel