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Indifferent or demanding acceptance of the divine gift....

Every spiritual gift should be received with gratitude and must therefore be recognized as a divine gift. The ignorant person, however, does not know how to appreciate it and this is the reason why he indifferently accepts what should deeply move and delight him. And a gift which is received so indifferently has little effect on the human being's soul. Therefore it remains an unsuccessful attempt to want to convey the truth to these people, for they lack the receptivity, i.e. the power of realization, which again can only be given to the demanding person. It is irrelevant on which spiritual level he stands if the divine gift of grace is offered to him; if it is only received with a hungry heart then he will soon be guided into realization, for a desiring heart opens itself to the spiritual influx and thus it can flow over unhindered, and the result is that a wealth of knowledge will be made accessible to the human being which can never be attained by earthly means. The desiring person will receive, but the indifferent person will come away empty-handed even though he is offered the same, for the desire for spiritual possessions can never be eliminated or the human being's free will would not be active. Thus the human being need only want to receive the power of realization, then he will soon be able to make a decision as long as spiritual truth is offered to him, and then he will also be grateful from the bottom of his heart that he is worthy of divine grace....

Amen

Aceptación indiferente o exigente del don divino.....

Todo don divino debe ser recibido con gratitud y, por tanto, debe ser reconocido como un don divino. Pero el ser humano ignorante no sabe apreciarlo, y esta es la causa por aceptar con indiferencia lo que debería conmoverlo profundamente y hacerlo feliz. Y un don recibido con tanta indiferencia tiene poco efecto en el alma del ser humano.

Por lo tanto, sigue siendo un intento infructuoso de transmitir la verdad a estos humanos, porque carecen de la capacidad de absorberla, es decir, la fuerza de cognición, que sólo puede llegar al humano que la desea. Es irrelevante en qué nivel espiritual se encuentra cuando se le ofrece el don divino de la gracia; Si éste tan sólo es aceptado con un corazón hambriento, entonces pronto será guiado al reconocimiento, porque un corazón anhelante se abre al influjo espiritual, y así éste puede desbordarse sin obstáculos, y esto tiene como consecuencia que se abre un rico conocimiento para el ser humano, que nunca podrá lograrse por medios terrenales.

El ser humano que desea recibirá, pero el ser humano indiferente se va con las manos vacías, aunque se le ofrezca lo mismo, porque el deseo de bienes espirituales nunca puede ser eliminado, de lo contrario el libre albedrío del humano no estaría activo. Entonces el humano sólo necesita desear que le llegue la fuerza de la cognición, entonces pronto podrá tomar una decisión, siempre que se le ofrezca la verdad espiritual, y entonces también estará agradecido desde el fondo de su corazón, por ser digno de la gracia divina.....

amén