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Creations.... miniatures....

The product of the divine will to love must betray the wisest creative spirit in its genesis. The infinite number of works of creation bear witness to this, which, if man observes them attentively, reveal to him the truest works of wonder. God's work of creation, broken down into the tiniest particles, would always show the same creations in miniature. Each work of creation is a world in itself, but it also contains everything that the universe contains. This is incomprehensible to man because he cannot see these miniature marvels with the naked eye. Although individual works of creation reveal the same to him, he considers these to be individual cases, but he is unaware that every work of creation is a miniature of God's great work of creation and contains billions of such miniatures, which are only visible to the human being when he is able to see with spiritual eyes. Then his astonishment will find no bounds, and only then will he fully understand the greatness of the eternal deity, Who is able to create such.... The universe is infinite, i.e. it knows no boundaries, no beginning and no end. And the creations in it are just as infinite and unlimited. The divine will to love took shape and thus moulded itself into the most unimaginable works. And the smallest work of creation is carefully considered by its wise creator. It again encompasses countless creations that are not in the least inferior to the great works of creation, but are even more magical in their delicacy and therefore marvellous to behold. And every creation, no matter how small, contains living beings that perform the same functions in a world that corresponds to their tiny constitutions. And everything is subject to the same laws, everything is well thought out down to the smallest detail and is guided and directed by divine will. God is just as present in the tiniest grain of sand as he is in the entire universe. Not the slightest thing escapes His notice, and nothing is too little or too small for Him to take notice of. Everything, even the smallest thing, is the thought of God that has become form, which, once radiated, never fades away or detaches itself from God and is therefore always and constantly seized by the omnipotence of divine love and remains in existence for all eternity....

Amen

Creaciones.... Miniaturas....

El producto de La divina voluntad de amar debe revelar en su formación la mente creadora más sabia. Esto se muestra en las infinitas obras de creación que revelan verdaderas maravillas, si el hombre las observa atentamente. La obra de creación de Dios sería, fraccionado en las partículas más pequeñas, revelar siempre las mismas creaciones en miniatura. Cada creación es nuevamente un mundo propio, pero también contiene todo lo que contiene todo el universo.

Es incomprensible para el hombre porque a simple vista no puede ver estas obras de maravilla en miniatura. Aunque algunas obras de creación únicas le revelan lo mismo, él lo considera como si se trata de casos aislados, pero no sabe que cada obra de creación es una miniatura de la gran obra creadora de Dios, y que nuevamente contiene miles de millones de miniaturas que solo son visibles a aquel hombre, en cuanto es capaz de ver con los ojos mentales. Entonces su asombro no encontrará limites, y entonces comprenderá completamente la grandeza de la Deidad eterna, Que es capaz de crear tal cosa.

El universo es infinito, es decir, no conoce ningunos limites, ni principio, ni fin. Y las creaciones en el son igualmente infinitas e ilimitadas. La divina voluntad de amor tomó forma y se convirtió así en las obras más imaginables. Y, nuevamente, la obra más pensamiento demás grande. Abarca de nuevo innumerables creaciones, que no son en lo más mínimo inferiores a las obras de creación más grandes, pero a través de su finura parecen aún más encantadoras y, por lo tanto, maravillosas para la vista.

Y hasta la creación más pequeña lleva dentro seres vivos y que en una reducción de más de mil veces realizan las mismas funciones en un mundo que corresponde a su naturaleza diminuta. Y todo está sometido a la misma regularidad de ley, todo está bien pensado hasta el más mínimo detalle y está conducido y guiado por el creador divino.

Dios está tan presente en el más pequeño grano de arena como en todo el universo. Ni se Le escapa ni una sola cosa, y nada es demasiado poco o demasiado pequeño para ser notado por ÉL. Todo, incluso lo más pequeño, es el pensamiento de Dios convertido en forma, que, una vez irradiado, eternamente no desaparece ni se disuelve de Dios y, por lo tanto, estará abarcado siempre y constantemente por la omnipotencia del amor divino y permanecerá en existencia por toda la eternidad....

Amen