No podréis entrar en el reino de los bienaventurados mientras sigáis resistiéndoos a Mí, puesto que no reconocéis al Redentor Jesucristo, en el Quien Me encarné Yo Mismo.... Por lo tanto, si lo rechazáis, también Me rechazáis a Mí Mismo, aunque afirméis creer en un Dios.... Jesucristo y Yo somos Uno.... aunque aún sea un misterio para vosotros, los humanos, y para todos lo espiritual imperfecto. Una vez, vosotros también podréis comprenderlo, incluso quienes aún no han llegado a creer en Él.
Pero dejad que os diga y os lo repita una y otra vez que no podéis venir a Mí a menos que toméis el camino a través de Jesucristo.... No Lo rechacéis a menos que queráis rechazarme también a Mí Mismo, sino que tratad de obtener explicaciones de vuestro Dios y Creador en cuanto a por qué Jesucristo tiene que ser reconocido para alcanzar la felicidad.... Y esta explicación realmente os será dada de tal manera que os traerá pleno entendimiento.
La razón por la cual muchos seres humanos perdieron su fe en Jesucristo y Su obra de Redención fue porque a menudo recibieron enseñanzas falsas acerca de ello, que no les atraían y por lo tanto les dieron razón para rechazar todo lo que tenía que ver con Él y la obra de Redención. Pero una verdadera explicación también puede devolveros la fe, si tan solo fuera vuestra seria voluntad escuchar esa misma explicación: que vuestras almas están cargadas de una gran culpa de pecado, que es también la razón de vuestra vida terrenal.... y que esta culpa de pecado hace completamente imposible la entrada al Reino de la Luz, al Reino de la Bienaventuranza.... que por lo tanto, la culpa del pecado tiene que ser redimida primero antes de que se puedan abrir las puertas a ese Reino.... que Uno ha ofrecido la expiación por esta culpa, el hombre Jesús, Quien sufrió y murió en la cruz por vosotros para expiar esta culpa de pecado, para abriros las puertas.... que en este hombre Jesús, Yo Mismo Me encarné en la Tierra, porque Yo como el Amor Eterno, quería realizar la obra de Redención por vosotros, que por lo tanto tenía que tener lugar en un caparazón humano para que pudierais tomar conciencia de ella, porque la actividad espiritual no podía ser visible para vosotros y porque tenéis que saber acerca de la obra de Redención para uniros también voluntariamente en las filas de los pecadores que pueden encontrar la Redención....
El gran pecado, sin embargo, consistió en que una vez Me negasteis a reconocerme como vuestro Dios y Padre, que os alejasteis de Mí y seguisteis a otro, que era Mi adversario.... Por lo tanto, ahora tenéis que reconocerme de nuevo por vuestra propia voluntad, y como Yo Mismo Me encarné en el ser humano Jesús para sufrir y morir por vosotros, el reconocimiento de Jesucristo y la obra de Redención es también, al mismo tiempo, el reconocimiento de Mí Mismo, que una vez Me negasteis. Pues solo el caparazón exterior era humana, lo que este caparazón ocultaba era a Mí Mismo.... Él y Yo nos hicimos Uno.... El caparazón humano contenía el Amor en toda su plenitud, la sustancia primordial de la Deidad Eterna. Yo Mismo llené así al ser humano Jesús, quien, por lo tanto, se deificó completamente en la Tierra, y cuya forma exterior también se unificó Conmigo y, por lo tanto, también pudo ascender a Mi Reino incluso después de Su muerte....
No podéis separarme de Jesucristo, pues Él era Yo y Yo era Él.... sólo que tomé una forma para vosotros, los humanos, y para todos los seres del reino espiritual, porque de lo contrario no podría ser visible para todos los seres que creé. Así, en la forma delo hombre Jesús, podéis imaginarme; podéis verme cuando lo veis a Él.... Pero solo podréis verlo cuando lo reconozcáis como vuestro Dios y Padre desde la eternidad, cuando os entregáis a Él y Le pidáis perdón por vuestros pecados.... cuando toméis el camino de la cruz, que solo conduce a Mí, a la Vida eterna en la bienaventuranza....
amén
TraductorNon potete entrare nei campi dei beati, finché voi stessi prestate ancora resistenza a Me Stesso, in quanto non riconoscete il Redentore Gesù Cristo, nel Quale Io Stesso Mi Sono incorporato. Se quindi rifiutate Lui, rifiutate anche Me Stesso, benché sosteniate di credere in un Dio. Gesù Cristo ed Io Siamo divenuti Uno, anche se per voi uomini, per tutto lo spirituale imperfetto, sia ancora un Mistero. Una volta potrete comprendere anche voi, che non siete ancora arrivati alla fede in Lui. Ma lasciatevelo dire lo stesso e sempre di nuovo ripetere, che non potete venire a Me se non prendete la via su Gesù Cristo. Se rifiutate Lui, se non volete che rifiutiate con ciò anche Me Stesso, allora provate ad ottenere su ciò il chiarimento dal vostro Dio e Creatore, del perché Gesù Cristo deve essere riconosciuto, per giungere alla beatitudine. E vi verrà davvero dato questo chiarimento in un modo che vi porta la totale comprensione. Che molti uomini hanno perduto la fede in Gesù Cristo e la Sua Opera di Redenzione, era a causa dell’insegnamento sovente sbagliato su ciò che loro non gradivano e perciò era motivo di rifiutare tutto ciò che è collegato con Lui e l’Opera di Redenzione. Ma una giusta spiegazione vi può anche di nuovo restituire la fede, se soltanto è la vostra seria volontà di ascoltare appunto quella spiegazione: che le vostre anime sono gravate con una grande colpa di peccati, che è anche il motivo della vostra vita terrena, e che questa colpa di peccati rende del tutto impossibile l’entrata nel Regno di Luce, nel Regno della Beatitudine, che quindi dapprima deve essere estinta la colpa dei peccati, prima che si aprano le Porte in quel Regno, che Uno ha per voi offerta l’Espiazione per questa colpa, l’Uomo Gesù, il Quale ha sofferto ed è morto per voi sulla Croce, per estinguere quella colpa di peccato, per aprirvi le Porte, che in quest’Uomo Gesù Io Stesso Mi Sono incorporato sulla Terra, perché Io come l’Eterno Amore volevo compiere l’Opera della Redenzione, che perciò doveva svolgersi in un involucro umano esterno, affinché potevate prendere conoscenza di ciò, perché l’agire spirituale non poteva essere visibile per voi e perché dovete sapere dell’Opera di Redenzione, per inserirvi anche liberamente nella schiera dei peccatori che possono trovare la Redenzione. La grande colpa del peccato consisteva nel fatto che una volta avete rifiutato il riconoscimento a Me come vostro Dio e Padre, che vi siete allontanati da Me ed avete seguito un’altro, che era il Mio avversario. Quindi dovete di nuovo riconoscere Me nella libera volontà, e dato che Io Stesso Mi sono incorporato nell’Uomo Gesù, per soffrire e morire per voi, il riconoscimento di Gesù Cristo e l’Opera di Redenzione è anche contemporaneamente il riconoscimento di Me Stesso, che una volta Mi avete negato. Perché soltanto l’involucro esterno era l’Uomo, ciò che celava quest’involucro esterno Ero Io Stesso, Lui ed Io Siamo divenuti Uno. L’involucro umano celava in sé in tutta la pienezza l’Amore, la Sostanza UR dell’Eterna Divinità, Io Stesso quindi colmavo l’Uomo Gesù, il Quale Si E’ perciò totalmente divinizzato sulla Terra e la Cui forma esterna si è anche unificata con Me e perciò dopo la Sua morte poteva anche salire nel Mio Regno. Non Mi potete separare da Gesù Cristo, perché Lui Era Me ed Io Ero Lui, soltanto che Io ho assunto una Forma per voi uomini e per tutti gli esseri nel Regno spirituale, perché altrimenti non potevo Essere visibile per tutto l’essenziale creato da Me. Nella forma dell’Uomo Gesù potete immaginarvi quindi Me Stesso, potete vedere Me quando vedete Lui. Ma voi Lo potete vedere solamente quando Lo riconoscete come il vostro Dio e Padre dall’Eternità, quando vi date a Lui e chiedete a Lui il Perdono dei vostri peccati, quando prendete la via verso la Croce, che da sola conduce a Me, all’eterna Vita nella Beatitudine.
Amen
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