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Palabra divina... Recepciones mediales... Camuflaje... Señales...

Quien quiera servirme, será aceptado por Mí, y su trabajo en Mi viña le será asignado por Mí porque solo Yo sé qué trabajo por Mi reino cada uno es capaz de hacer. Los que son Míos pueden servirme consciente e inconscientemente, es decir, pueden saber que los he elegido para un oficio, pero también pueden, impulsados por el corazón, hacer algo, lo que también es considerado por Mí como un trabajo en la viña, y ellos mismos no saben que son fieles colaboradores en la obra de Redención del último tiempo antes del fin. Pero debe haber una cosa: amor íntimo por Mí y por el prójimo, porque de otra manera no se puede hacer la obra por Mí y Mi reino.

Y este amor íntimo... es decir, el cumplimiento de Mis mandamientos de amor, imparte también a Mi siervo la fuerza para su actividad bendecida, porque el trabajo para Mí requiere un cierto conocimiento, que solo puede ser adquirido a través de una actividad amorosa desinteresada, y precisamente este conocimiento que es la fuerza suministrada al ser humano, ahora debe usarla según mi voluntad. Y ahora también comprendéis que un cierto conocimiento de la verdad eterna es un requisito previo para Mi trabajo en la viña, y por lo tanto también tenéis la marca para los siervos correctos en la tierra, porque vosotros los humanos siempre podréis obtener aclaración de ellos en todas las preguntas que se refieren a Mí y Mi reino...

Deben poseer un cierto conocimiento que los convierte en Mis representantes correctos en la tierra. Siempre debe comprobarse cómo y de qué manera han recibido ahora este conocimiento, porque sólo el origen decide sobre el valor y la credibilidad de ese conocimiento. Porque Mis representantes correctos en la tierra tienen que ser enseñados por Mí Mismo porque solo Yo puedo repartir la verdad y como la fuente original de la verdad también la dirijo a todas partes donde necesito gente para proclamar Mi Palabra y donde se dan los requisitos que un fiel servidor pueda entrar a Mi servicio.

Es y sigue siendo una realidad que hablo a las personas que escuchan Mi voz dentro de Sí mismas, que en la fe y el amor Me invocan por Mi Espíritu... y que ahora presento a estas personas todo lo que deben decir a sus semejantes de nuevo para que la verdad se extienda por todo el mundo... Pero la fe y el amor deben estar ahí, de lo contrario no puedo hablarle a una persona porque solo una persona creyente escucha y solo un corazón amoroso puede escuchar Mi voz. Por lo tanto, establezco una conexión íntima con tal persona a través de la Palabra, que es la irradiación de Mí Mismo y así da testimonio de Mí...

(02.08.1951) Esta Palabra ahora la pronuncio Yo Mismo, es decir, las radiaciones de Mi Mismo forman pensamientos que podéis captar o suenan como palabras audibles en vuestro corazón. Pero también puedo transmitiros Mi Palabra en sentido figurado cuando quiero hacer felices a los seres benditos en el reino espiritual para quienes el suministro de fuerza de Mí significa mayor felicidad. Entonces recibiréis Mi Palabra a través de Mis mensajeros de luz, lo cual, sin embargo, no afecta en nada a la Palabra, porque no puede cambiar mientras tenga como punto de partida el reino espiritual, es decir, aún no haya experimentado un cambio por voluntad humana. Pero hay que tener en cuenta de que Yo hablo de Mi Palabra, de la transmisión de la pura verdad, que da noticias de Mi voluntad e imparte conocimientos a los hombres de su relación Conmigo y de su tarea terrenal.

Pero no todas las transmisiones del reino espiritual pueden ser tratadas como “Mi Palabra” porque ésta en sí misma es la verdad más pura, y solo puede ser transmitido como Mi irradiación directa por tales seres que están en la luz. Pero también hay otros seres que quieren comunicarse y sin embargo no tienen el conocimiento o incluso llaman propio su poco conocimiento y todavía tienen la posibilidad de hacerse entender a las personas en la tierra, ya sea a través de la transmisión mental o través de un médium, cuya voluntad y funciones físicas utilizan para comunicarse a las personas.

Y estas comunicaciones no deben confundirse con Mi Palabra, no deben designarse como Mi Palabra y, en consecuencia, tampoco deben ser tratadas como la obra de Mi Espíritu en el hombre. Porque Mi Espíritu solo puede ser efectivo bajo ciertas condiciones, pero esos mensajes pueden ser escuchados por todas las personas que solo se preparan para entrar en contacto con el reino espiritual y escuchar los susurros de los seres con buenas o menos buenas intenciones.

Esos seres también pueden impartir la verdad, pero no hay garantía de que sus declaraciones sean pura verdad, porque los seres están en grados de madurez completamente diferentes y el hombre como tal no puede juzgar el nivel de madurez. Pero entonces tales declaraciones nunca pueden ser calificadas como revelaciones divinas, es mucho más probable que pongan en peligro las revelaciones divinas, si el hombre no dispone de una clara capacidad de juzgar para poder distinguir y separar los anuncios del reino espiritual.

Para poder recibir Mi Palabra directamente o a través de mensajeros de luz, la voluntad de escucharme es primero el requisito previo, porque no dejo que Mi voz suene en el corazón del hombre sin su disposición para recibir, porque esto primero prueba la creencia en Mi obra en las personas a través de Mi Espíritu... Además, una vida de amor debe haber preparado el corazón para ser un recipiente digno de recibir Mi Espíritu... Y el hombre que recibe Mi Palabra debe trabajar con ella para Mí y Mi reino. Porque Mi Palabra es el epítome del conocimiento de Mi voluntad; es la impartición de cognición; es la verdad más profunda; es verdad puesta en forma, que ha de ser transmitida a la humanidad y no puede ser transmitida de otra manera que en el camino de las revelaciones que un hombre recibe para todos los hombres que quieren aceptarlas.

Así, que Mi Palabra es, en cierto modo, una relación comprobada de Mí con los humanos... Y puesto que por Mi Palabra se presenta a los hombres la verdad, la luz del cielo, es comprensible que el príncipe contrario también encuentre formas y medios para oscurecer la luz, para falsear la verdad y por lo tanto impedir Mi obra. No vacilará de expresarse de la misma manera donde la voluntad humana le permite hacerlo. Pero sólo allí puede intentarlo donde la voluntad del hombre le facilita esta intención. (03.08.1951) A menudo puede ser la más pequeña de las razones lo que le permite tener un efecto... cuando los pensamientos mundanos mueven a una persona, que son siempre tentaciones a través de las cuales Satanás intenta entrometerse.

Mi reino no es de este mundo... el que quiera hablarme, el que quiera oír Mi voz, debe ser capaz de desprenderse completamente del mundo terrenal, y lo que desea debe ser nuevamente solo un bien espiritual. Pero si su pensamiento está orientado hacia lo terrenal, entonces Mi adversario interviene inmediatamente, quien tiene este derecho, porque el mundo terrenal es su reino, pero vosotros mismos podéis resistirlo en cualquier momento excluyendo al mundo de vuestros pensamientos. Cualquiera que desee oírme debe haber roto con el mundo, aunque todavía viva en medio del mundo.

(05.08.1951) Y por eso solo puedo advertiros una y otra vez a vosotros que deseáis escuchar Mi Palabra, de volver vuestro rostro hacia el mundo, porque entonces no podréis escuchar Mi Palabra con toda pureza, porque el príncipe del mundo interviene muchas veces, ya que aprovecha cada oportunidad para obrar contra la verdad, y vosotros mismos le dais esta oportunidad si vuestros pensamientos están dirigidos al mundo y difícilmente lo reconoceréis, porque él también se aprovecha de Mi Palabra para engañaros, porque se camufla como un espíritu de ángel y se expresa aparentemente con nobleza y, sin embargo, causa una lenta confusión al sembrar dudas en los corazones de los hombres y así tratar de impedir la relación pura entre un hombre y Yo.

Por eso tampoco toda persona es adecuada para la actividad docente, porque esta exige la verdad incondicional y, por tanto, también un completo alejamiento del mundo para poder recibir de Mí la pura verdad. y por eso vosotros, los humanos, también debéis aprender a distinguir: Mi Palabra, el Evangelio puro, la cognición clara, es decir, el conocimiento superior que corresponde a la pura verdad, y los mensajes del reino espiritual, que ciertamente también pueden ser buenos y verdaderos pero que pueden ser entremezclados con mensajes del reino de las tinieblas, en cuanto el hombre mismo ofrece los medios a través de su actitud hacia el mundo...

Mi Palabra garantiza la verdad más pura, y Mi Palabra también puede ser impartida a vosotros por mensajeros de luz a través de Mi voluntad y, sin embargo, sigue siendo Mi Palabra... Pero los receptores mediales, a través de los cuales se expresan los seres espirituales, que son como órganos de habla para ellos, para que no sean maltratados por fuerzas inferiores... No debéis dejaros cegar por palabras bonitas, porque es la máscara de alguien que es enemigo de la verdad y el medio para entrar en círculos de personas que Me buscan seriamente, quienes, sin embargo, todavía no han abandonado el mundo por completo para estar también a salvo de las tentaciones de abajo a través de Mi presencia constante.

Mi Palabra os es ofrecida clara y puramente a vosotros, hombres, porque Yo Mismo elijo Mis servidores, a quienes reconozco aptos para el oficio de recibir y difundir Mi Palabra y a los que, por tanto, también protegeré, siempre que su voluntad está destinada solamente a Mí y quieren servirme como herramienta. Porque vosotros los humanos nunca debéis poder quejaros de que se os niega la pura verdad... Yo siempre transmitiré Mi Palabra a la tierra y también Me preocuparé de que se propague, porque la salvación de las almas de las personas depende de eso, para que sean instruidas en la verdad...

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Göttliches Wort.... Mediale Empfänge.... Tarnung.... Zeichen....

Wer Mir dienen will, der wird von Mir angenommen, und seine Arbeit in Meinem Weinberg wird ihm von Mir zugeteilt, weil Ich allein es weiß, zu welcher Arbeit für Mein Reich ein jeder fähig ist. Bewußt und unbewußt können Mir die Meinen dienen, d.h., sie können es wissen, daß Ich sie für ein Amt ausersehen habe, sie können aber auch, vom Herzen getrieben, etwas tun, was gleichfalls als Weinbergsarbeit von Mir angesehen wird, und wissen es selbst nicht, daß sie Mir treue Mitarbeiter sind in der Erlösungsarbeit der letzten Zeit vor dem Ende. Eins aber muß vorhanden sein: innige Liebe zu Mir und zum Nächsten, weil sonst die Arbeit für Mich und Mein Reich nicht geleistet werden kann. Und diese innige Liebe.... also das Erfüllen Meiner Liebegebote, vermittelt Meinem Knecht auch die Kraft zu seiner segensvollen Tätigkeit, weil die Arbeit für Mich eine bestimmte Kenntnis verlangt, die nur erworben werden kann durch uneigennützige Liebetätigkeit, und diese Kenntnis ebendie dem Menschen zugeleitete Kraft ist, die er nun nützen soll nach Meinem Willen. Und nun verstehet ihr auch, daß für Meine Weinbergsarbeit eine bestimmte Kenntnis um die ewige Wahrheit Voraussetzung ist, und also habet ihr auch das Kennzeichen für die rechten Knechte auf Erden, denn bei ihnen werdet ihr Menschen euch stets Aufklärung holen können in allen Fragen, die Mich und Mein Reich betreffen.... Ein bestimmtes Wissen müssen sie besitzen, das sie zu Meinen rechten Vertretern auf Erden macht. Wie und in welcher Weise sie nun dieses Wissen entgegengenommen haben, ist stets zu prüfen, denn der Ursprung allein entscheidet über den Wert und die Glaubwürdigkeit jenes Wissens. Denn Meine rechten Vertreter auf Erden müssen von Mir Selbst gelehret sein, weil Ich allein die Wahrheit austeilen kann und als Urquell der Wahrheit diese auch überall hinleite, wo Ich Menschen brauche zum Verkünden Meines Wortes und wo die Voraussetzungen gegeben sind, daß ein treuer Knecht in Meine Dienste treten kann. Es ist und bleibt eine Wahrheit, daß Ich zu den Menschen spreche, die in sich lauschen auf Meine Stimme, die im Glauben und in der Liebe zu Mir Mich anrufen um Meinen Geist.... und daß Ich nun diesen Menschen alles das unterbreite, was sie wieder ihren Mitmenschen zutragen sollen, auf daß die Wahrheit in der Welt verbreitet werde.... Doch Glaube und Liebe muß vorhanden sein, ansonsten Ich nicht zu einem Menschen sprechen kann, weil nur ein gläubiger Mensch lauschet und nur ein liebendes Herz Meine Stimme vernehmen kann. Ich stelle also mit einem solchen Menschen eine innige Verbindung her durch das Wort, das Ausfluß Meiner Selbst ist und also Zeugnis gibt von Mir.... (2.8.1951) Dieses Wort nun wird von Mir Selbst ausgesprochen, d.h., die geistigen Ausstrahlungen Meiner Selbst formen sich zu euch faßlichen Gedanken oder ertönen als hörbare Worte in eurem Herzen. Doch auch übertragenerweise kann Ich euch Mein Wort zuleiten, wenn Ich die seligen Wesen im geistigen Reich beglücken will, denen das Zuwenden von Kraft aus Mir erhöhte Seligkeit bedeutet. Dann empfanget ihr also Mein Wort durch Meine Lichtboten, was jedoch das Wort in sich in keiner Weise beeinträchtigt, weil dieses sich nicht verändern kann, solange es das geistige Reich als Ausgang hat, d.h. noch nicht durch menschlichen Willen eine Änderung erfährt. Doch es ist zu beachten, daß Ich von Meinem Wort spreche, von der Zuleitung der reinen Wahrheit, die Kunde gibt von Meinem Willen und den Menschen die Erkenntnis vermittelt von ihrem Verhältnis zu Mir und ihrer Erdenaufgabe. Doch nicht alle Übermittlungen aus dem geistigen Reich können als "Mein Wort" angesprochen werden, weil dieses in sich die lauterste Wahrheit ist und nur als Meine direkte Ausstrahlung von solchen Wesen weitergeleitet werden kann, die selbst im Licht stehen. Es gibt aber auch Wesen, die sich mitteilen wollen und doch nicht in der Erkenntnis stehen oder auch nur ein geringes Wissen ihr eigen nennen und dennoch die Möglichkeit haben, sich den Menschen auf Erden verständlich zu machen, sei es durch gedankliche Übermittlung oder auch durch ein Medium, dessen Willen und auch körperlicher Funktionen sie sich bedienen, um sich den Menschen kundzugeben. Und diese Mitteilungen sind nicht mit Meinem Wort zu verwechseln, sie sind nicht als Mein Wort zu bezeichnen und sind folglich auch nicht als Wirken Meines Geistes im Menschen anzusprechen. Denn Mein Geist kann nur wirksam sein unter gewissen Voraussetzungen, jene Mitteilungen aber können von allen Menschen vernommen werden, die sich nur darauf einstellen, mit dem geistigen Reich in Verbindung zu treten und den Einflüsterungen der Wesen zu lauschen in guter oder auch weniger guter Absicht. Es können jene Wesen auch Wahrheit vermitteln, es ist aber keine Garantie dafür, daß ihre Äußerungen reine Wahrheit sind, weil die Wesen in ganz verschiedenen Reifegraden stehen und der Mensch als solcher die Höhe der Reife nicht beurteilen kann. Doch niemals können dann solche Äußerungen als göttliche Offenbarungen bezeichnet werden, viel eher können göttliche Offenbarungen dadurch gefährdet werden, wenn der Mensch nicht eine klare Urteilsfähigkeit besitzt, um Kundgaben aus dem geistigen Reich unterscheiden und trennen zu können. Um Mein Wort empfangen zu können direkt oder durch Lichtboten, ist erstmalig der Wille, Mich zu hören, Voraussetzung, denn Ich lasse nicht Meine Stimme im Herzen des Menschen ertönen ohne seine Empfangsbereitschaft, weil diese erst den Glauben an Mein Wirken im Menschen durch Meinen Geist beweiset.... Ferner muß ein Lebenswandel in Liebe das Herz zu einem würdigen Aufnahmegefäß Meines Geistes hergerichtet haben.... Und es muß der Mensch, der Mein Wort empfängt, damit arbeiten für Mich und Mein Reich. Denn Mein Wort ist der Inbegriff des Wissens um Meinen Willen, es ist die Vermittlung der Erkenntnis, es ist tiefe Weisheit, es ist die in eine Form gebrachte Wahrheit, die der Menschheit zugeführt werden soll und nicht anders zugeführt werden kann als auf dem Wege von Offenbarungen, die ein Mensch empfängt für alle Menschen, die sie annehmen wollen. Es ist also Mein Wort gewissermaßen ein unter Beweis gestellter Verkehr von Mir mit den Menschen.... Und da durch Mein Wort den Menschen die Wahrheit, das Licht aus den Himmeln, dargeboten wird, ist es verständlich, daß auch der Gegenfürst Mittel und Wege findet, dieses Licht zu verdunkeln, die Wahrheit zu fälschen und also Mein Wirken zu verhindern. Er wird sich nicht scheuen, in gleicher Weise sich zu äußern, wo ihm der menschliche Wille dies gestattet. Doch nur dort kann er es versuchen, wo der Wille des Menschen ihm diese Absicht erleichtert. Es können oft schon winzige Anlässe sein, (3.8.1951) die ihm sein Einwirken möglich machen.... wenn weltliche Gedanken einen Menschen bewegen, die dann stets Versuchungen sind, durch welche der Satan sich einzudrängen sucht.

Mein Reich ist nicht von dieser Welt.... wer also mit Mir reden will, wer Meine Stimme vernehmen will, muß sich völlig lösen können von der irdischen Welt, und was er begehrt, muß wieder nur geistiges Gut sein. Ist aber sein Denken irdisch gesinnt, dann schaltet sich sofort Mein Gegner ein, der dieses Recht besitzt, weil die irdische Welt sein Reich ist, doch ihr selbst ihm jederzeit wehren könnet, indem ihr die Welt verbannet aus euren Gedanken. Wer Mich zu hören begehrt, der muß mit der Welt gebrochen haben, wenngleich er noch mitten in der Welt lebt. (5.8.1951) Und so kann Ich euch, die ihr Mein Wort zu hören begehrt, nur immer wieder warnen, euer Angesicht der Welt zuzuwenden, weil ihr dann nicht Mein Wort in aller Reinheit vernehmen könnet, sondern sich der Fürst der Welt oft einschaltet, weil er jede Gelegenheit ergreift, gegen die Wahrheit zu arbeiten, und ihr selbst ihm diese Gelegenheit gebt, so eure Gedanken weltlich gerichtet sind, und ihr werdet ihn schwerlich erkennen, weil er sich auch Meines Wortes bedient, um euch zu täuschen, weil er sich tarnet als Engelsgeist und scheinbar edel sich äußert und doch eine langsame Verwirrung anrichtet, indem er Zweifel streut in die Menschenherzen und so den reinen Verkehr zwischen einem Menschen und Mir zu unterbinden suchet. Darum ist auch nicht ein jeder Mensch zur Lehrtätigkeit geeignet, weil diese unbedingte Wahrheit erfordert und daher auch völliges Abwenden von der Welt, um die reine Wahrheit von Mir empfangen zu können. Und darum müsset ihr Menschen auch zu unterscheiden lernen: Mein Wort, das reine Evangelium, die klare Erkenntnis, also ein höheres Wissen, das der Wahrheit entspricht, und Mitteilungen aus dem geistigen Reich, die wohl auch gut und wahr sein können, aber auch durchsetzt mit Mitteilungen aus dem Reich der Finsternis, sowie der Mensch selbst durch seine Einstellung zur Welt die Handhabe dazu bietet.... Mein Wort garantiert reinste Wahrheit, und Mein Wort kann auch durch Meinen Willen euch von Boten des Lichtes vermittelt werden, es bleibt dennoch Mein Wort.... Doch hüten sollen sich mediale Empfänger, durch die geistige Wesen sich äußern, die gleichsam Sprechorgane sind für jene, daß sie nicht mißbraucht werden von niederen Kräften.... Sie sollen sich nicht durch schöne Worte blenden lassen, denn das ist die Maske dessen, der ein Feind der Wahrheit ist, und das Mittel, Eingang zu finden auch in Kreisen, die ernsthaft Mich suchen, jedoch die Welt noch nicht gänzlich aufgegeben haben, um auch durch Meine ständige Gegenwart sicher zu sein vor den Anfechtungen von unten. Mein Wort wird euch Menschen geboten klar und rein, weil Ich Mir Selbst Meine Diener erwähle, die Ich tauglich weiß für das Amt eines Empfängers und Verbreiters Meines Wortes und die Ich daher auch schützen werde, solange ihr Wille Mir allein gilt und sie Mir als Werkzeug dienen wollen. Denn niemals sollet ihr Menschen euch beklagen können, daß die reine Wahrheit euch vorenthalten wird.... Immer werde Ich Mein Wort zur Erde leiten und auch Sorge tragen, daß es Verbreitung finde, weil davon das Seelenheil der Menschen abhängt, daß sie in der Wahrheit unterrichtet werden....

Amen

Traductor
This is an original publication by Bertha Dudde