Wohl tönet das innere Wort klar und vernehmlich, doch nur dem, der nach innen horchet und durch seinen Lebenswandel sein Herz so gestaltet hat, daß Gott Selbst Sich durch dieses Herz äußern kann. Es muß die Seele des Menschen so innig mit dem Geistesfunken in sich verbunden sein, daß sie jederzeit seine Stimme vernehmen kann, und der Geistesfunke, der eine Ausstrahlung Gottes ist, vermag sich so zu äußern, daß der Mensch, gesprochenen Worten gleich, seine Stimme hört, daß die Worte in ihm klingen und also nicht mißverstanden werden können. Denn wie Menschen zueinander sprechen von Mund zu Mund, so spricht auch Gott mit den Menschen durch das Herz. Es ist der Vorgang nicht anders zu erklären, doch verständlich ist er nur für den, der einmal die göttliche Stimme gehört hat. Er fühlt es im Herzen, was Gott zu ihm spricht, und er ist überselig über diese Gnade, denn nun gibt es für ihn keinen Zweifel, keinen Unglauben, keine Frage, denn alles wird ihm widerlegt oder beantwortet, sowie ein Zweifel oder eine Frage in ihm aufgetaucht ist. Das tönende Wort ist für den Menschen ein Beweis, daß alles Wahrheit ist, was er nur glaubte zuvor. Und das tönende Wort bekundet dem Menschen die Anwesenheit des himmlischen Vaters.... Seine Nähe, die unsagbar beglückt. Doch es klingt so überaus leise und fein im Herzen, daß nur die größte Achtsamkeit es zu vernehmen vermag. Die innigste Verbindung mit Gott muß hergestellt werden gedanklich, und dann muß das Horchen einsetzen, das Harren auf Seine Gnade, die nun vernehmlich auf ihn einströmt. Die göttliche Stimme in sich zu vernehmen wird aber nur dem Menschen möglich sein, dessen Herz sich zur Liebe gewandelt hat, denn es ist die göttliche Liebe, die sich dem Menschen gegenüber äußert, und diese kann nur dort in Erscheinung treten, wo wahre Liebe ist. Doch hat der Mensch einmal das göttliche Wort hörbar in sich vernommen, so wird er diese Gnadengabe ewiglich nicht mehr verlieren, dann kann er jederzeit und überall Seine Stimme ertönen hören.... er wird nur in inniger Zwiesprache mit Ihm zu verharren brauchen, und schon wird er die Antwort klar und deutlich vernehmen. Und ihn wird kein Zweifel befallen ob der Wahrheit dessen, weil er die Nähe Gottes spürt und es ihm auch verständlich ist, daß Gott Sich hörbar kundgibt. Doch bevor das Erdenkind nicht einen bestimmten Reifegrad erlangt hat durch ein uneigennütziges Liebeleben, kann es auch nicht das Glück dieser seligen Vereinigung mit Gott empfinden. Jedoch es soll stets und ständig nach innen horchen und innig bitten um diese Gnade, auf daß es Kraft empfange, zu leben nach dem Willen Gottes, und Seine ewige Liebe sich ihm zuneige.... auf daß es Seine Stimme vernehme klar und deutlich, auf daß Er durch das Herz zu ihm spreche und das Erdenkind Seine Liebe fühle und überglücklich schon auf Erden ist....
Amen
ÜbersetzerProbablemente la palabra interior suena clara y audiblemente, pero sólo para aquel que escucha en su interior y ha formado su corazón a través de su estilo de vida de tal manera que Dios Mismo pueda expresarse a través de este corazón. El alma humana tiene que estar tan íntimamente conectada con la chispa espiritual dentro de sí misma que puede escuchar Su voz en cualquier momento, y la chispa espiritual, que es una irradiación de Dios, pueda expresarse de tal manera que el ser humano, igual que palabras habladas, oye Su voz, oye que las palabras resuenan en él y, por tanto, no pueden ser malinterpretadas.
Pues como los humanos hablan entre sí de boca en boca, así también Dios habla a los humanos a través del corazón. El proceso no se puede explicar de otra manera, sino que sólo puede ser comprensible para aquel que ya ha escuchado una vez la voz divina. Lo siente en el corazón lo que Dios le dice, y se alegra mucho por esta gracia, porque ahora para él no hay duda, ni incredulidad, ni cuestión, porque todo es refutado o respondido para él, tan pronto como surja en él una duda o una pregunta. La Palabra que suena es una prueba para el humano de que todo lo que antes creía es verdad.
Y la Palabra que suena manifiesta al ser humano la presencia del Padre celestial.... Su presencia, que hace feliz indescriptiblemente. Pero suena tan extremadamente silencioso y sutil en el corazón que sólo la mayor atención es capaz de oírla. La conexión más íntima con Dios tiene que ser establecida mentalmente, y entonces tiene que empezar el escuchar, esperando Su gracia que ahora fluye claramente hacia él.
Poder escuchar la voz divina dentro de sí mismo sólo será posible para aquel humano, cuyo corazón se ha convertido al amor, porque es el amor divino que se expresa al ser humano y este sólo puede aparecer donde hay amor verdadero. Pero una vez que el ser humano ha escuchado la Palabra divina audiblemente dentro de sí mismo, nunca más perderá este don de gracia, entonces podrá escuchar Su voz que suena en cualquier momento y en todas partes.... sólo tiene que permanecer en íntimo diálogo con Él, y pronto escuchará la respuesta clara y distintivamente. Y no tendrá dudas al respecto, porque siente la cercanía de Dios, y también le es comprensible que Dios se haga conocer audiblemente.
Pero hasta que el niño terrenal no haya alcanzado un cierto grado de madurez a través de una vida de amor desinteresado no puede sentir la felicidad de esta bendita unión con Dios. Sin embargo, debe siempre y constantemente escuchar en su interior y pedir fervientemente esta gracia, para que reciba fuerzas para vivir según la voluntad de Dios y que Su amor eterno se dirige hacia él.... para que escuche clara y distintamente Su voz, para que Él le hable a través del corazón y el niño terrenal siente su amor y ya está sobremanera feliz en la Tierra....
amén
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