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Vorzeitiges Freiwerden des Geistigen.... Letzte Auflösung....

Sehet, ihr geht einer Zeit der völligen Auflösung entgegen, ins Werk gesetzt anfangs vom Menschen selbst, der seinen Willen in zerstörender und vernichtender Weise tätig werden läßt, und zuletzt von Gottes Willen und durch Seine Macht ausgeführt, weil das Ende gekommen ist, das Gott bestimmt hat seit Ewigkeit. Diese Auflösung kann ein beschleunigtes Ausreifen des Geistes bedeuten, wenn die Materie zuvor zu außergewöhnlichem Dienen zugelassen wird, d.h., wenn das Auflösen der Materie die Folge verstärkter Inanspruchnahme dessen ist, was dem Menschen zur Nutznießung dient. Dann entspricht das Vergehen dieser auch dem Willen Gottes und ist für das darin sich bergende Geistige von Vorteil. Wenn jedoch Materie zerstört oder gänzlich vernichtet wird, bevor es durch Dienen dazu reif geworden ist.... wenn menschlicher Vernichtungswille sich auf Dinge erstreckt, die ihre Bestimmung auf Erden noch nicht erfüllt haben, die also noch am Anfang der Entwicklung des Geistigen darin stehen, vollzieht sich ein Gewaltakt, der wider Gottes Willen ist und der sich äußerst nachteilig für das Geistige auswirkt. Denn dieses wird frei, ohne ausgereift zu sein, und kann sich nun austoben, und das in einer Weise, die schädlich ist für das schon reifere Geistige, für Mensch und Tier. Denn das noch unreife Geistige bedrängt jene, indem es die Menschen außergewöhnlich belastet und ihren Sinn im verstärkten Maß der Materie zuwendet, d.h., es bringt sich das Geistige ständig in Erinnerung in Form der vorzeitig zerstörten Materie, die der Mensch nun desto begehrlicher anstrebt. Nur Menschen reiferen Geistes lassen sich nicht von jenen bedrängen, weil sie die Materie zuvor schon überwunden haben und nicht mehr in dem Maße von ihr abhängig sind, daß sie sie nicht entbehren zu können glauben. Doch das Wüten des frei gewordenen Geistigen nimmt immer mehr zu, denn die Menschen halten nicht ein in ihren Zerstörungswerken, und der Rückgang der geistigen Entwicklung tritt immer deutlicher zutage, so daß Gott Selbst ein Ende gebietet, indem durch Seinen Willen jegliche Form aufgelöst wird vom niedrigsten bis zum höchsten Entwicklungsgrad. Es wird alles zerstört, was die Erde birgt, selbst die Oberfläche der Erde löst sich auf und wird gewandelt zu völlig neuen Schöpfungen. Denn nun beginnt ein neuer Entwicklungsgang für das gesamte Geistige, das am Ende noch nicht die Reife erlangt hat, um in das Lichtreich eingehen zu können. Gott Selbst vollendet in Liebe und Weisheit das, was der Mensch in Haß und Lieblosigkeit und in Erkenntnislosigkeit der Auswirkung in Angriff genommen hat. Der Menschen Wille ist verwerflich und richtet größten geistigen Schaden an. Der göttliche Wille aber gebietet Einhalt, und Sein Zerstörungswerk ist gleichzeitig ein Zurechtrichten dessen, was zuvor außer jeder göttlichen Ordnung war.... Denn was Er tut, ist überaus gut und weise und immer die geistige Aufwärtsentwicklung fördernd, während das Handeln der Menschen in der Lieblosigkeit seine Ursache hat und jede göttliche Ordnung unbeachtet läßt und daher sündig ist. Dennoch kann der Gott-zustrebende Mensch in der letzten Zeit der Auflösung noch segensreich tätig sein, indem er der göttlichen Ordnung entsprechend noch vieler Materie zum Dienen verhilft, indem er selbst tätig ist und unermüdlich schaffet in dienender Nächstenliebe, um dem Mitmenschen zweckentsprechende Gegenstände zuwenden zu können, und er dadurch also dem Geistigen darin zur Reife verhilft, so daß es zur Zeit der letzten Auflösung nicht mehr gänzlich unreif ist. Er gibt dadurch dem durch menschlichen Zerstörungswillen frei gewordenen Geistigen Gelegenheit, sich wieder zu verkörpern, er lindert die Not des Geistigen wie auch des Menschen, der für das tägliche Leben irdische Gegenstände benötigt; und er verhilft auch sich selbst zu größerer Seelenreife, sowie ihn die Liebe zum Nächsten treibt zur irdischen Betätigung. Sowie der Mensch in der Erkenntnis steht, wird ihm auch das letzte Zerstörungswerk von seiten Gottes verständlich sein, während der unwissende Mensch es nicht in Einklang zu bringen vermag mit einem Schöpfer, Der liebevoll, weise und allmächtig ist. Und doch liegt jeglichem Wirken Gottes tiefste Weisheit und übergroße Liebe zugrunde, und es ist auch dieses letzte Werk der Auflösung ein Akt der Liebe Gottes, die eingreift, so das Geistige in größter Gefahr ist, sich zu verlieren.... Dann bindet Er es aufs neue, um ihm wieder die Möglichkeit zu geben, den Grad der Entwicklung zu erreichen, der ihm wieder die Entscheidungsfreiheit einträgt, auf daß er diese besser nützet, so er auf dieser Erde versagt hat....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Liberación prematura de lo espiritual.... Disolución final....

He aquí, os acercáis a un tiempo de completa disolución, provocado inicialmente por el humano mismo, que deja actuar su voluntad de manera destructiva y aniquiladora, y finalmente realizada por la voluntad de Dios y por Su poder, porque ha llegado el fin que Dios ha determinado desde la eternidad. Esta disolución puede significar una maduración acelerada del espíritu si previamente se permite que la materia sirva excepcionalmente, es decir, si la disolución de la materia es el resultado de un mayor uso de aquello que sirve al beneficio del ser humano. Entonces la desaparición de ésta también corresponde a la voluntad de Dios y es beneficioso para lo espiritual que se contiene en ésta.

Sin embargo, si la materia es destruida o completamente aniquilada antes de que haya madurado al respecto a través del servicio.... si la voluntad humana de destruir se extiende a las cosas que aún no han cumplido su propósito en la Tierra, que todavía se encuentran en el desarrollo de lo espiritual en ellas, se produce un acto de violencia que va en contra de la voluntad de Dios y que tiene efectos extremadamente perjudiciales para lo espiritual. Porque éste se vuelve libre sin estar completamente desarrollado y ahora puede desahogarse de una manera perjudicial para lo espiritual ya más maduro, para los seres humanos y los animales.

Porque lo espiritual aún inmaduro los oprime, imponiendo una presión extraordinaria sobre los humanos y volviendo su mente cada vez más hacia la materia, es decir, lo espiritual se recuerda constantemente en forma de la materia prematuramente destruida, por la que los humanos ahora se esfuerzan con mayor entusiasmo. Solo los humanos con el espíritu más maduro ya no se dejan oprimir por ello, porque ya han superado la materia y ya no dependen de ella hasta tal punto que creen que podrían vivir sin ella. Pero la furia de lo espiritual que se ha vuelto libre aumenta cada vez más, porque los humanos no se detienen en sus obras de destrucción, y la decadencia en el desarrollo espiritual se hace cada vez más evidente, de modo que Dios Mismo ordena un fin al disolver cualquier forma a través de Su voluntad desde el grado más bajo hasta el grado más alto de desarrollo.

Todo lo que contiene la Tierra será destruido, incluso la superficie de la Tierra se disuelve y se transforma en creaciones completamente nuevas. Porque ahora comienza un nuevo curso de desarrollo para todo lo espiritual, que al final no ha alcanzado la madurez para poder entrar en el reino de la luz. Dios Mismo completa en amor y sabiduría lo que el humano ha abordado con odio y desamor y con ignorancia del impacto. La voluntad humana es reprensible, y causa el mayor daño espiritual. Pero la voluntad divina ordena detenerse, y su obra de destrucción es al mismo tiempo una corrección de lo que antes estaba fuera de todo orden divino....

Porque lo que Él hace es extremadamente bueno y sabio y siempre promueve el desarrollo espiritual ascendente, mientras que las acciones de los humanos están arraigados en el desamor e ignoran todo orden divino y, por lo tanto, son pecaminosos. Sin embargo, el ser humano que se esfuerza hacia Dios puede todavía estar activo de manera beneficiosa en el último tiempo de la disolución, ayudando a que mucha materia sirva según el orden divino, estando el mismo activo y obrando incansablemente en el servicio de amor al prójimo, en que puede proporcionar a sus semejantes objetos adecuados correspondiente a su finalidad y, al hacerlo, ayuda a lo espiritual a madurar, de modo que en el momento de la disolución final ya no esté completamente inmaduro. Al hacerlo, le da a lo espiritual que se ha vuelto libre debido a la voluntad humana de destruir, la oportunidad de encarnarse nuevamente, alivia tanto la angustia espiritual como de los humanos que necesitan objetos terrenales para su vida diaria; y también se ayuda a sí mismo a alcanzar una mayor madurez espiritual, ya que el amor al prójimo le impulsa a la actividad terrenal.

Tan pronto como el humano está en la cognición, la obra final de destrucción de Dios también le resulta comprensible, mientras que el ser humano ignorante es incapaz de ponerlo en armonía con un Creador amoroso, sabio y todopoderoso. Y, sin embargo, toda obra de Dios se basa en la sabiduría más profunda y en el amor sumamente grande de Dios, y esta obra final de disolución es también un acto del amor de Dios, que interviene cuando lo espiritual está en mayor peligro de perderse.... Entonces Él lo ata de nuevo, para darle la oportunidad de alcanzar el nivel de desarrollo que le dará nuevamente la libertad de elección, para que pueda aprovecharla mejor si ha fracasado en esta Tierra....

amén

Übersetzer
Übersetzt durch: Hans-Dieter Heise