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Unterstellen des Willens unter den göttlichen Willen....

Von Anbeginn der Welt erlebst du des Herrn Gnade.... Sowie eines von euch sich dem Willen des Herrn unterstellt, weiset euch der Herr ein in die Schöpfungsgeschichte, und nun werden euch Kenntnisse geboten, die euch nimmermehr genommen werden können. Denn es ist der Wille des Herrn, daß da wisse, wer zu wissen begehrt.... und daß erkennet die Wahrheit, wer in Gott seinen Vater sieht.... Ein seichter Glaube verbürgt euch nimmermehr ein Erfassen der göttlichen Weisheiten, doch je tiefer ihr im Glauben steht, desto tiefer werdet ihr eindringen in die Schöpfungs-Wunder und desto inniger werdet ihr verbunden sein im Geist mit dem ewigen Vatergeist.... Denn ihr stammet von Ihm, ihr seid gezeuget im ewigen Licht.... ihr seid selbst als Teil des Lichtes ein Teil der ewigen Gottheit.... Wenn ihr euch bemühet um die Gotteskindschaft, so ist euer Streben ein fortgesetztes und gilt ewig nur der Wiedervereinigung mit dem himmlischen Vater. Das Urlicht, das euer Ausgangswesen war, wird in euch bestehenbleiben, und ist es auch nur als winzigstes Fünkchen vorhanden.... Denn seine Beschaffenheit wird immer die gleiche bleiben.... Jedoch müsset ihr versuchen, euch zu lösen von dem, was der Welt Tribut ist.... dann werdet ihr fähig sein, das Licht zu erkennen; ihr werdet Verlangen haben danach, die Leuchtkraft des Lichtes zu verstärken.... ihr werdet nur im Licht wandeln wollen, und immer heller wird es um euch sein, bis ihr dem Vater alles Lichts euch genähert und somit die Vereinigung mit dem Vatergeist stattfinden kann, die euch erst zu vollkommenen, Gott-ähnlichen Wesen erhebt, die ihr waret von Anbeginn und bleiben sollt bis in alle Ewigkeit.... So ist die Bestimmung des Menschen vorgezeichnet, und es hat der Herr Tausende ausgewählt, die Seinen Geboten nachkamen auf Erden, um wieder als Lichtwesen denen Erleuchtung zu bringen, die noch geistige Finsternis umhüllt.... In dem Stadium auf Erden stehen unzählige solche Wesen den Erdenkindern zur Seite und möchten den Geist erhellen von so vielen auf der Erde Wandelnden. Wir alle, die wir um dich sind, nehmen regen Anteil an der Beschaffenheit des Geistes dieser vielen.... Wer sich selbst nicht in jenen Zustand bringt, der ihm das dauernde Schöpfen aus Gottes Gnadenquell ermöglicht, der wird schwerlich sich des Geistes Licht erringen.... Denn die Kraft Gottes kann nur dort wirken, wo die Vorbedingung erfüllt ist.... Das Willig-Aufnehmen des göttlichen Geistes in sich.... nur das allein bringt das Erdenwesen in den Zustand, wo ihm unausgesetzt die Gnade des Herrn zufließt, weil ja alles, was im Willen, zu Gott zu gelangen, entsteht, auch nimmermehr untergehen oder aufhören kann.... So auch muß in dauerndem Besitz von Gottes Gnade sein ein jeglicher, der mit dem Herrn zusammen das gleiche erstrebt.... ein immer Höherbilden der menschlichen Seele, auf daß diese aufnahmefähig ist für den göttlichen Geist.... Sehet, das ist die ganze Erklärung, weswegen der das gleiche tut, was der Vater im Himmel will.... der seinen Willen dem göttlichen Willen unterstellt. Er wird nimmer fürchten brauchen ein falsches Handeln, Denken oder Reden, denn wie könnte er das gleiche wollen als der Herr Selbst und doch etwas anderes als dieses tun.... Diese Kraft legt der Herr einem jeden ins Herz, und nur der feste Wille des Menschen läßt ihn auch in den Besitz dieser Kraft gelangen, weil diese vom Vater ausgeht und als Eigen in den Willen des Menschen übergeht, somit das Erdenkind nur ausführt den Willen des Herrn. Dies bedenke, wann immer du dich dem Herrn hingibst, daß deine innere Kraft sich mehret und du unweigerlich handeln mußt nach Gottes Willen und darum nicht fehlgehen kannst, so sich dein Herz wendet zu Gott, dem Schöpfer des Himmels und der Erde....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Sumisión de la voluntad a la Voluntad divina

Desde el principio del mundo estás en la Gracia del Padre. Si os sometéis a la Voluntad del Señor, Él os introducirá en la historia de la Creación. Y os llegarán conocimientos que nunca podréis olvidar. Porque la Voluntad del Señor es que sepa todo el que quiera saber. Y que conozca la Verdad todo aquel que en Dios reconozca a su Padre. Una fe tibia nunca os facilitará conocer la Sabiduría divina. Pero cuanto más profunda vaya siendo, tanto mejor asimilaréis los milagros de la Creación y tanto más estaréis unidos en espíritu con el eterno Espíritu del Padre, pues descendéis de Él. Habéis sido engendrados en la eterna Luz. Siendo parte de la Luz, sois una partícula de la eterna Divinidad. Si aspiráis a la filiación de Dios, vuestros anhelos estarán constantemente orientados hacia la reunificación con el Padre celestial. La Luz primaria, que fue vuestra esencia original, continúa en vosotros. Aunque no sea más que una chispa de ella, su esencia será siempre la misma. Por eso debéis procurar absteneros de todo lo que sea un tributo al mundo. Sólo entonces seréis capaces de reconocer la Luz, y desearéis aumentar su intensidad. Sólo querréis ya andar en la Luz y vuestro entorno será cada vez más claro, hasta que os hayáis acercado al Padre de toda Luz y pueda realizarse la unión con el Espíritu del Padre. Una unión que os eleva hasta haceros seres perfectos, seres semejantes a Dios como lo fuisteis desde el principio y debéis continuar siéndolo por toda la eternidad. Este es el objetivo que el Señor ha establecido para los hombres. Y en la Tierra ha elegido a miles que cumplen sus mandamientos para que luego, como seres de Luz, puedan llevarla a aquellos que todavía están rodeados de tinieblas espirituales. Todos los que estamos a tu alrededor nos interesamos mucho por el estado de espíritu de todos esos seres desgraciados.

Aquel que no llega a conseguir con su propio esfuerzo un estado que le permita recibir continuamente la Gracia de Dios, difícilmente obtendrá la Luz del espíritu, pues la fuerza de Dios puede actuar sólo donde existe la condición preliminar: la aceptación voluntaria del Espíritu divino en su corazón. Únicamente así la criatura de la Tierra entra en el estado que le permite recibir continuamente la Gracia del Señor, pues todo lo que se origina en el ámbito de la voluntad de llegar a Dios, nunca podrá perecer ni acabarse. Quien anhela lo mismo que el Señor, la formación cada vez más perfecta del alma humana para que se vuelva capaz de recibir el Espíritu divino, se encuentra incesantemente en el ámbito de la Gracia. Se puede decir en pocas palabras: quienes hacen lo mismo que el Padre quiere hacer en el cielo, esos son los que se someten a la Voluntad del Padre.

Ellos nunca tendrán que preocuparse de si sus acciones, palabras o pensamientos, han sido adecuados o no. ¿Cómo podría desear uno lo mismo que el Señor y hacer otra cosa?

La fuerza para ello viene del Señor que la pone en el corazón de cada cual. Pero sólo la firme voluntad del hombre permite que le llegue. Una fuerza que emana del Padre y que se proyecta como propia en la voluntad del hombre, con lo que la criatura humana sólo cumple la Voluntad del Señor. Tenlo siempre en cuenta cuando te entregas al Señor, para que tu fuerza interior aumente cada vez más, y para que actúes rotundamente conforme a la Voluntad de Dios. Con lo que no fallarás cuando tu corazón se dirija a Dios, al creador del Cielo y de la Tierra.

Amén.

Übersetzer
Übersetzt durch: Meinhard Füssel