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Il beneficio della Luce dall’Alto - La povertà spirituale – La Verità

E’ oltremodo importante che accettiate ed osserviate gli Insegnamenti dall’Alto, perché venite istruiti in tutta la Verità e vi vengono in certo qual modo erette nuove mura di base, che vi offrono la sicurezza, che il suolo sul quale camminate, non possa crollare, e quindi rimanete stando sicuri nella Verità anche portatori di questa Verità. E’ come una Luce intorno a voi, se non dovete interrogarvi timorosi, dove dovete cercare e giungere alla Verità. Un unico momento luminoso può avervi aiutato così alla salvezza dell’anima, se avete valutato questo momento ed avete seguito il raggio di Luce, che presto si trasforma in un mare di Luce ed ha acceso il vostro cuore e messo in chiare fiamme. Ora l’uomo teme doppiamente l’oscurità, mentre ha aperto volenteroso il suo cuore ed accolta tutta la Verità. E Dio vuole mostrare a tutti gli uomini il beneficio della Luce dai Cieli, vuole che ogni uomo abbia parte nell’apporto di Grazia, che giunge sempre di nuovo smisuratamente agli uomini; ma Egli non può trasferire la Pienezza di Luce su coloro che vogliono continuare a rimanere nell’oscurità dello spirito, e soltanto la volontaria apertura del cuore è contemporaneamente la causa che la Luce fluisca sempre più chiara e luminosa attraverso il cuore, e che l’uomo infine sia del tutto compenetrato dall’Amore di Dio e quindi stia nella Luce e nell’Amore. E l’uomo ha sempre e sempre di nuovo l’opportunità di recarsi nella cerchia di Luce dell’Irradiazione divina; deve soltanto volere ed affidarsi senza impedimento al Padre nel Cielo e presentarGli la sua povertà spirituale, ed il Signore illuminerà lo spirito di un tale uomo e diffonderà la Verità. Di conseguenza nessun uomo deve avere dei dubbi, che il Padre gli potesse nascondere le Verità spirituali, se soltanto le desidera. Serve soltanto la volontà e l’uomo può attingere continuamente dalla Fonte della Verità, da Dio Stesso.

Amen

Beneficio de la luz de arriba.... Pobreza espiritual.... Verdad....

Es tan sumamente importante que aceptéis y prestéis atención a las enseñanzas de arriba, porque se os enseñará en toda la vedad, y se levantarán para vosotros en cierto modo nuevos cimentos, que os ofrecerán la seguridad de que el suelo que pisáis no se derrumbará, y por lo tanto vosotros, estando firmes en la verdad, seréis también portadores de esta verdad. Es como una luz brillante a vuestro alrededor, por lo que ya no tenéis que preguntaros ansiosamente dónde buscar la verdad y cómo llegar a ella. Por lo tanto, un solo momento lleno de luz puede haberos ayudado a la salvación del alma, si evaluasteis este momento y seguisteis el rayo de la luz, que pronto se convirtió en un mar de luz y encendió vuestros corazones y prendió fuego.

El hombre ahora teme doblemente a las tinieblas y, por lo tanto, trata de demostrar que es digno de la luz brillante abriendo voluntariamente su corazón y aceptando toda la verdad. Y Dios quiere mostrar a todos los hombres el beneficio de la luz del cielo, quiere que cada ser humano participe en la concesión de gracia, que la gente recibe inconmensurablemente una y otra vez; sin embargo, no puede transferir la plenitud de la luz a aquellos que quieren continuar permaneciendo en las tinieblas del espíritu, y sólo la apertura voluntaria del corazón es al mismo tiempo la causa de que la luz fluya a través del corazón cada vez más brillante y que el ser humano finalmente está completamente inundado de amor a Dios y por lo tanto se encuentra en la luz y en la verdad.

Y el hombre tiene una y otra vez la oportunidad de entrar en el círculo de la divina irradiación; solo necesita querer y encomendarse al Padre del cielo sin vacilar y comunicarle su pobreza espiritual. Y el Señor iluminará el espíritu de tal hombre y le transmitirá la verdad. Por lo tanto, ningún ser humano debe preocuparse de que el Padre pueda negarle las verdades espirituales si solo desea tales.... Todo lo que se necesita es la voluntad, y el hombre puede sacar constantemente de la fuente de la verdad.... de Dios Mismo....

amén