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Responsabilidad hacia Dios.... Cumplimiento del deber no es suficiente....

Cada ser humano tiene la oportunidad de alcanzar la perfección durante su vida terrenal. Por lo tanto, también asume la responsabilidad ante Dios de cómo utiliza su tiempo en la Tierra. No puede “pecar impunemente”.... es decir, hay consecuencias si no lleva una vida recta, si la lleva de tal manera que no le llegue ninguna bendición para el alma. Y él mismo tiene que llevar las consecuencias, que puede percibir como “castigo”, pero que no es más que el efecto de su estilo de vida equivocado.

Por lo tanto, él es el único responsable de su supuesto estado de castigo; lo creó por su propia voluntad, pues igualmente podría haber llevado una vida correcta, ya que tuvo la oportunidad de hacerlo. Pero muy raras veces los seres humano consideran su antigua responsabilidad ante Dios, Quien no puede juzgarlos de otra manera a la que dicta la vida terrenal. Ellos no piensan al respecto porque no creen, porque no quieren creer que han de cumplir un propósito durante su vida terrenal.

La irresponsabilidad de los seres humanos aumenta cada vez más a medida que disminuye su fe. Olvidan el verdadero propósito de la existencia terrenal y tampoco se piensa en el tiempo después de la muerte del cuerpo, porque les falta cualquier fe al respecto. Por lo tanto, el horror será grande cuando el alma tome conciencia de su propia existencia, pero también de su miserable estado, y se dará cuenta de que ella misma es responsable de este estado....

Sin embargo, en la Tierra, a los seres humanos so se le puede exhortar a vivir su estilo de vida con responsabilidad; solo se les puede presentar el poder judicial de Dios, pero no se les puede obligar a creer en esto a través de pruebas. Y los seres humanos también creen que basta con cumplir con sus deberes y no cometer ninguna falta evidente.... y una vida así no es el propósito de su existencia terrenal.

La gracia de la encarnación como ser humano tiene que ser evaluada, pues es un don para el ser humano que se ha deformado a sí mismo y que está destinado a recuperar su antigua perfección. Es un don, porque el ser se apartó de Dios por voluntad propia, rechazando así su divina fuerza de amor. Pero Dios le ofrece de nuevo su fuerza de amor, y lo hace en el camino terrenal que el alma emprende como ser humano. Y el ser humano debería prestar atención a este extraordinario don de gracia; no debería tomárselo a la ligera, sino aceptar lo que el amor de Dios le ofrece. Y, por lo tanto, cada ser humano tiene que responder a Dios por cómo ha evaluado este don de gracia.

Tiene que hacer todo lo posible para hacerse digno del amor de Dios; tiene que aceptar con gratitud lo que se le ofrece para recuperar su antigua altura. Pero no debe pasar por la vida terrenal de forma irresponsable, pues esta gracia se le concede sólo una vez. Y aunque Dios no deje que se pierda, nunca podrá compensar lo que descuido en la vida terrenal por su propia culpa. Y su arrepentimiento será grande cuando se dé cuenta en el más allá del don de gracia que dejó sin usar en la Tierra....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Verantwortung Gott gegenüber.... Pflichterfüllung genügt nicht....

Jeder Mensch hat die Möglichkeit, während des Erdenlebens zur Vollendung zu gelangen. Und darum auch trägt er die Verantwortung Gott gegenüber, wie er die Erdenzeit nützet. Er kann also nicht "ungestraft sündigen".... d.h., es bleibt nicht ohne Folge, wenn er seinen Lebenswandel nicht recht führt, wenn er ihn so führt, daß der Seele keinerlei Segen daraus erwächst. Und diese Folgen muß er selbst tragen, was er wohl dann als "Strafe" ansieht, aber nur die Auswirkung seines verkehrten Lebenswandels ist.... Also hat er seinen vermeintlichen Strafzustand sich selbst zuzuschreiben, er hat ihn selbst hergestellt im freien Willen, denn er konnte ebensogut recht leben, weil er dazu die Möglichkeit hatte. Es denken aber selten Menschen an die einstige Verantwortung Gott gegenüber, Der sie nicht anders richten kann, als es das Erdenleben gebietet. Sie denken deshalb nicht daran, weil sie nicht glauben, weil sie nicht glauben wollen, daß sie einen Zweck zu erfüllen haben während ihres Erdenlebens. Die Verantwortungslosigkeit der Menschen nimmt stets mehr zu, je mehr auch der Glaube schwindet unter ihnen. Es wird des eigentlichen Erdenzweckes nicht gedacht, und es wird auch nicht der Zeit nach dem Tode des Leibes gedacht, weil daran jeglicher Glaube fehlt. Darum wird einmal das Entsetzen groß sein, wenn die Seele sich ihres Seins bewußt ist, aber auch ihres jämmerlichen Zustandes und sie erkennen wird, daß sie selbst sich diesen Zustand verschuldet hat.... Es kann aber wiederum auf Erden immer nur der Mensch ermahnt werden, verantwortungsbewußt seinen Lebenswandel zu führen, es kann ihm immer nur die richterliche Gewalt eines Gottes vorgestellt werden, aber er kann nicht durch Beweise zum Glauben daran gezwungen werden. Und es glauben die Menschen auch, daß es genüge, ihre Pflichten zu erfüllen und kein offensichtliches Unrecht zu begehen.... Aber sie gelangen nicht dadurch zur Vollendung, und es ist ein solches Leben nicht Zweck ihres Erdendaseins. Die Gnade der Verkörperung als Mensch muß ausgewertet werden, denn sie ist ein Geschenk für das Wesen, das sich selbst mißgestaltet hat und wieder die einstige Vollkommenheit erreichen soll und kann. Es ist ein Geschenk deshalb, weil das Wesen sich von Gott abwandte im freien Willen, also Seine göttliche Liebekraft verschmäht hat. Gott aber bietet ihm erneut Seine Liebekraft an, und Er tut dies auf dem Erdengang, den die Seele als Mensch zurücklegt. Und dieses unerhörten Gnadengeschenkes sollte der Mensch achten, er sollte nicht leichtfertig damit umgehen, er sollte annehmen, was ihm die Liebe Gottes bietet.... Und darum muß er sich verantworten vor Gott, wie er dieses Gnadengeschenk ausgewertet hat. Er muß alles tun, was ihm möglich ist, um sich der Liebe Gottes würdig zu machen, er muß dankend annehmen, was ihm geboten wird, um zur einstigen Höhe wiederzugelangen; aber er darf nicht verantwortungslos durch das Erdenleben gehen, denn diese Gnade wird ihm nur einmal zuteil. Und wenn Gott ihn auch nicht verlorengehen lässet, so wird er doch niemals das einholen können, was er im Erdenleben versäumt hat aus eigener Schuld.... Und seine Reue wird groß sein, sowie er im Jenseits einmal erkannt hat, welches Gnadengeschenk er ungenützt ließ auf Erden....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde