Bendecidos son que se encuentren en el amor por Mí, cuya voluntad consiste en servirme a Mí y al prójimo, y que trabajan juntos para Mí y Mi Reino. Cuando Mi Espíritu desciende a la Tierra, reparto dones que siempre están destinados a todos Mis hijos que desean aceptarlos. Porque todos los seres humanos de la Tierra necesitan tales dones, y por eso debe ser transmitido todo a los seres humanos lo que Mi amor ofrece, lo que se transmite al ser humano a través de Mi Espíritu, que permite el obrar de Mi Espíritu en sí mismo.
Pero quien Me ama a Mí y a su prójimo no querrá guardar nada para sí mismo, sino más bien trabajar con celo para difundir lo que le hace feliz a él mismo. Así se forma una “pequeña comodidad”, y ahora puedo dirigirme a todos los miembros de esta comunidad al transmitir Mi Palabra a la Tierra. Y todos los que Me aman también reconocen la voz del Padre cuando Él se dirige a ellos, porque si Me aman pertenecen a los Míos, a quienes siempre consideraré según sus deseos. Y nadie, a quien Me dirijo Yo Mismo, se aislará de sus semejantes, porque la fuerza de Mi Palabra que fluye hacia él, le impulsa a seguir difundiéndola, le impulsa hacia la actividad, porque la fuerza de Mí despierta a la vida....
Y es verdaderamente una actividad bendita acercarme a Mí y a Mi Reino a los seres humanos, trabajar en Mi viña, ser un fiel siervo a Mí, a quien Yo siempre le asignaré un trabajo mientras esté dispuesto a servirme. Y Mi bendición evidentemente reposará sobre todo. Porque no hay trabajo más urgente en la Tierra que crear y trabajar para la Salvación de los seres humanos, y donde este trabajo se realiza con urgencia, allí también se organizará todo lo terrenal, porque verdaderamente Me preocupo física y espiritualmente por los Míos, por todos los que se unen en amor por Mí y por el prójimo, que creen en Mí y, por lo tanto, pertenecen a la Iglesia fundada por Mí en la Tierra, que une a todos Mis ovejas, de cuyo Pastor Yo Mismo soy.
No busquéis esta Iglesia en una organización sino sabed que todas las organizaciones pueden albergar miembros de Mi Iglesia, y que éstos siempre son aquellos que tienen una fe viva en Mí, en Jesucristo, porque están llenos de amor por Mí y por sus semejantes, y que, por lo tanto, también experimentan la obra de Mi Espíritu en sí mismos, que es la característica de la “Iglesia de Cristo”.... Con ellos, por lo tanto, Yo Mismo puedo entrar en contacto, ya sea directa o indirectamente, pero siempre puedo dirigirme a ellos, y siempre reconocerán Mi voz como la voz del Padre, de Quien quieren ser hijos....
Por lo tanto, “Mi Iglesia” tiene que expandirse y se expandirá por la Tierra. Me dirigiré a los seres humanos en todas partes a través de Mi Espíritu, y en todas partes se formarán pequeñas comunidades, pero que se diferenciarán del reino de Mi adversario precisamente por el amor y su fe viva, pues donde estos no están presentes, Mi Espíritu no puede obrar, y allí hay tierra muerta a pesar de la actividad organizativa....
(24.01.1957) Por lo tanto, hablo de una “comunidad de creyentes”.... y de una “obra del Espíritu en la comunidad”, pues es seguro que ningún ser humano lleno de espíritu se apartará, sino que se siente impulsado desde dentro a comunicarse con sus semejantes, y así, por iniciativa propia, se formará una pequeña comunidad, viviendo y actuando en Mi Espíritu, y así vivir la Palabra que les transmito a través de Mi Espíritu. Y los miembros de esa comunidad son cristianos vivos, y por lo tanto también, representantes vivos de Jesucristo, que darán constantemente testimonio de Él.
En ellos, la Redención por Jesucristo también es evidente, pues la culpa del pecado, que oscurece el estado espiritual del ser humano, es eliminada de quienes ahora poseen un conocimiento claro, quienes Mi Espíritu ahora puede guiar a toda la verdad.... pues la señal segura de la Redención es que Mi Espíritu se derrama en el corazón del ser humano, lo cual era imposible antes de la muerte de Jesús en la cruz. Pero quien aún camina en la oscuridad del espíritu, quien aún no está iluminado interiormente, aún no tomado el camino de la cruz, aunque su boca se confiesa a Él.... Aún no ha dirigido completamente su corazón a Él, el amor que le impulsa a entregarse completamente al divino Redentor aún no se ha encendido en él....
Pero donde hay amor por Mí, y este se expresa en actos desinteresados de amor hacia el prójimo, allí también descenderá Mi Espíritu. Y en la luz que irradia, los seres humanos que son del mismo espíritu se reconocen y se reunirán en Mí nombre. Y entonces Mi Espíritu se expresará; se dirigirá a todos los que abran su corazón y quieran escucharme.... Y por eso se formarán pequeñas comunidades, y surgirán de todas las direcciones espirituales, pues en todas partes y en todas las direcciones espirituales se encontrarán seres humanos llenos de amor, que establecen una íntima unificación Conmigo y despiertan la chispa espiritual en su interior....
Mi Espíritu ahora se desciende sobre ellos, y desde ese momento, transmitirá el rayo de amor desde lo alto y también encontrará seguidores, seres humanos que se sientan llamados por Mí, que permitan que la corriente de la gracia de Mi amor fluya a sus corazones y que ahora todos trabajen diligentemente para Mí y mi Reino nuevamente.... Por eso nunca se debe preguntar por la denominación, sino solo prestar atención al espíritu que anima a una pequeña comunidad.... pues la “obra de Mi Espíritu” tiene que ser evidente para pertenecer a la comunidad de creyentes de la cual existe la Iglesia que fundé en la Tierra.
Comprended espiritualmente todas Mis Palabras y procurad ganar esta comprensión dejándoos iluminar por Mi Espíritu.... lo cual, sin embargo, siempre presupone una fe viva, que ha llegado a la vida a través del amor.... Pero no considerad cada suceso inusual como una obra del Espíritu, pues Mi adversario también se presenta de maneras inusuales, pero él no iluminará vuestro espíritu, sino que os sumirá aún más en la oscuridad.... Pero donde hay amor y fe, donde Jesucristo Mismo puede obrar porque el amor Lo conoce y reconoce, allí no es posible ninguna acción enemiga.... allí obro Yo Mismo a través de Mi Espíritu....
amén
TraductorBenedetti sono coloro che si ritrovano nell’amore per Me, la cui volontà è di servire Me ed il prossimo e che lavorano insieme per Me ed il Mio Regno. Quando il Mio Spirito S’inchina sulla Terra, allora Io distribuisco dei Doni che sono sempre destinati tutti ai Miei figli che li vogliono accettare. Perché tutti gli uomini sulla Terra hanno bisogno di tali Doni, e perciò tutto deve anche essere portato oltre ciò che il Mio Amore offre, che viene trasmesso agli uomini mediante il Mio Spirito, che permette un Agire del Mio Spirito. Chi ora si trova nell’amore per Me e per il prossimo, non vorrà trattenere nulla per sé da solo, ma s’impegnerà pieno di fervore per la diffusione di ciò che rende felice lui stesso. E così si forma una “piccola comunità”, ed ora posso parlare a tutti i membri di questa comunità, appena guido la Mia Parola sulla Terra. E tutti coloro che Mi amano, riconoscono anche la Voce del Padre quando parla a loro, perché se Mi amano, fanno parte dei Miei, che Io voglio sempre ricompensare secondo il loro desiderio. E nessuno a chi Io Stesso parlo, vorrà escludersi dai prossimi, perché la Forza della Mia Parola che affluisce a lui, lo spinge a darla agli altri, lo spinge all’attività, perché la Mia Forza risveglia alla Vita. Ed è davvero un’attività benedicente, di portare vicino agli uomini Me ed il Mio Regno, di lavorare nella Mia Vigna, esserMi un fedele servo, a cui Io assegno sempre il lavoro, finché vuole servirMi. E su tutto riposa visibilmente la Mia Benedizione, perché non esiste lavoro più urgente sulla Terra, che creare ed agire per la salvezza delle anime dei prossimi, e dove questo lavoro viene eseguito in prevalenza, là verrà anche regolato tutto terrenamente, perché Io provvedo davvero per i Miei in modo corporeo e spirituale, per tutti coloro che si riuniscono nell’amore per Me ed il prossimo, che credono in Me e quindi fanno parte della Chiesa fondata da Me sulla Terra, che riuniscono tutte le Mie pecore, il cui Pastore Sono Io Stesso. Non cercate questa Chiesa in una organizzazione, ma sappiate che i membri della Mia Chiesa possono appartenere a tutte le organizzazioni e che costoro sono sempre quegli uomini, che sono nella viva fede in Me in Gesù Cristo, perché sono colmi d’amore per Me ed il prossimo e che perciò sperimentano anche in sé l’Agire del Mio Spirito, che è il contrassegno della “Chiesa di Cristo”. Con costoro Io Stesso posso quindi entrare in contatto, sia direttamente oppure anche in modo indiretto, ma Io Stesso posso sempre parlare a loro e riconosceranno sempre la Mia Voce come la Voce Del Padre, del Quale vogliono essere i figli. Perciò la “Mia Chiesa” si deve e si allargherà sulla Terra, Io parleròovunque agli uomini tramite il Mio Spirito, ed ovunque si formeranno delle piccole comunità, che però si limiteranno ad operare contro il regno del Mio avversario appunto tramite l’amore e la loro viva fede, perché dove questa manca, il Mio Spirito non può agire e là c’è terreno morto malgrado l’attività organizzativa. Quindi Io parlo di una “comunità di credenti” e di un “Agire dello Spirito nella comunità”, perché è chiaro che nessun uomo colmo dello spirito si isolerà, ma si sentirà spinto dall’interiore di comunicarsi ai prossimi e formerà da sé stesso una piccola comunità, che vive ed agisce nel Mio Spirito, che quindi vive fino in fondo la Parola, che Io le guido tramite il Mio Spirito. Ed i membri di questa comunità sono dei cristiani viventi, quindi anche viventi rappresentanti di Gesù Cristo, che continuamente testimoniano di Lui. In loro è evidente anche la Redenzione tramite Gesù Cristo, perché la colpa del peccato che offusca lo stato spirituale di un uomo, è stata tolta da coloro che ora stanno nella chiara conoscenza, che il Mio Spirito ora ha potuto guidare in tutta la Verità, perché il segno sicuro della Redenzione tramite Gesù Cristo è, che il Mio Spirito Si effonde nel cuore dell’uomo, cosa che prima della morte sulla Croce di Gesù era impossibile. Ma chi continua a camminare nell’oscurità dello spirito, chi non è ancora illuminato dall’interiore, non ha ancora presa la via verso la Croce, anche se la sua bocca si confessa per Lui. Non ha ancora rivolto totalmente il suo cuore a Lui, in lui non si è ancora acceso l’amore che lo spinge a darsi totalmente al divino Redentore. Ma dov’è l’amore per Me, questo si manifesta dall’amore nell’agire disinteressato per il prossimo, anche là il Mio Spirito S’inchinerà, e nella Luce che irradia, gli uomini che sono dello stesso spirito, si riconoscono e si ritrovano insieme nel Mio Nome. Ed allora Si manifesta il Mio Spirito, parlerà a tutti coloro che aprono i loro cuori e che Mi vogliono sentire. Perciò si formeranno ovunque delle piccole comunità, e procederanno da tutte le direzioni di fede, perché ovunque ed in tutti gli orientamenti spirituali si troveranno degli uomini che sono colmi d’amore, che hanno stabilito l’intima unificazione con Me e risvegliano alla Vita la scintilla spirituale in sé. Su costoro quindi S’inchina ora il Mio Spirito e sin dall’ora stessa diffonderà oltre il Raggio della Luce d’Amore e troverà anche il seguito, degli uomini, che si sentono interpellati da Me, che lasciano affluire nei loro cuori la Corrente di Grazia del Mio Amore e che ora agiranno di nuovo con fervore per Me ed il Mio Regno. Perciò non si deve mai chiedere della confessione, ma badare soltanto allo spirito, che anima una piccola comunità, perché “l’Agire del Mio Spirito” deve essere evidente, per appartenere ora alla comunità dei credenti, di cui è composta la Chiesa che Io ho fondato sulla Terra. Comprendete tutti spiritualmente le Mie Parole e cercate di conquistare questa comprensione, mentre tutti voi vi lasciate illuminare dal Mio Spirito, che però premette sempre una viva fede, attraverso la quale l’amore giunge alla Vita. Ma non considerate ogni “procedimento insolito” come “l’Agire dello Spirito”, perché anche il Mio avversario compare in modo insolito, ed egli non illuminerà il vostro spirito, ma vi spingerà sempre di più nell’oscurità. Ma dov’è l’amore e la fede, dove Gesù Cristo Stesso può agire, perché l’amore Lo ha conosciuto e riconosciuto, là non è possibile nessun agire avverso, là Opero Io Stesso mediante il Mio Spirito.
Amen
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