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No es la disposición sino el amor lo que determina la voluntad....

Depende de todos ustedes hacia dónde dirigen su voluntad, aunque ciertamente les será señalado por Mi Palabra qué éxito les traerá cada dirección de la voluntad. Sin embargo, ni siquiera Mi Palabra te obliga, porque también puedes aceptarla o rechazarla de nuevo según tu naturaleza y tu amor. Porque el amor determina tu voluntad.... Siempre amarás aquello por lo que te esfuerzas, ya sea bueno o malo; tu deseo se dirige hacia ello, y por eso tu voluntad es también.... el bien o el mal. Siempre sentirás amor por lo que deseas, pero si el amor está bien o mal dirigido está determinado por tu desarrollo espiritual. Ahora bien, ustedes ciertamente podrían objetar que el amor está puesto dentro del ser humano, que el amor al mal nace también en el corazón y que el ser humano es, por tanto, víctima de los deseos que dormitan en él. Y esta objeción está hasta cierto punto justificada.... que en el ser humano descansan todos los instintos y deseos que aún no han sido superados en las etapas preliminares individuales en la ley de la compulsión, que el ser humano por lo tanto trae estos instintos con él a la vida terrenal para ahora conquistarlos y desecharlos completamente. Por lo tanto, estas cualidades están presentes en el ser humano y, por lo tanto, siempre estimulan, excitan los deseos. Estos quieren realizarse, cumplirse, y a menudo se vuelven tan poderosos en el ser humano que lo dominan por completo. La lucha contra tales deseos es a menudo difícil, pero el ser humano ha recibido de Mí el intelecto para pensar en sus sentimientos con el fin de tomar medidas apropiadas contra ellos. Es un error decir que el ser humano tiene que actuar según su disposición....como creado sin intelecto e impulsado por puro instinto.

Pero como se le da suficiente oportunidad en la vida terrenal para reunir conocimientos, como se le da una guía a través de Mis mandamientos de amor, como tiene un amonestador y advertidor silencioso dentro de sí mismo que siempre le señala Mi voluntad, y como ahora puede reflexionar en todo, ahora depende únicamente de su voluntad librar una batalla consigo mismo cuando sea necesario, cuando sus deseos se resistan a lo que debe hacer según el discernimiento interior.... Que no pudiera hacerlo queda descartado, pues una voluntad sincera también le asegura el suministro de fuerza, pero una voluntad débil falla.... Y de nuevo, sólo se necesita una cosa para fortalecer una voluntad débil.... la fe en Jesucristo.... Las personas que todavía están muy cargadas de idiosincrasias de sus etapas anteriores, ciertamente no tendrán fe en Jesucristo, sin embargo, si tan sólo lo tratan intelectualmente, ya anunciarán su voluntad de comprender la verdad y se les ayudará a encontrar la solución correcta.... Pero allí donde se rechaza sin reparos la pregunta sobre Jesucristo, donde no se hace ningún esfuerzo por encontrar una respuesta, allí es donde la voluntad se dirige evidentemente hacia abajo, y allí el ser humano se convertirá ciertamente en una víctima de las fuerzas de abajo, pero es él mismo que lo quiere y no es culpa de su disposición. Porque el ser humano puede querer en ambas direcciones, de lo contrario no se podría hablar de libre albedrío. Y toda persona puede y debe preguntarse alguna vez sobre su tarea en la vida terrenal.... Para ello se le ha dado intelecto....

Amén

Traductor
Traducido por: J. Gründinger

Nicht die Veranlagung, sondern Liebe bestimmt Willen....

Euch allen ist es freigestellt, wohin ihr euren Willen richtet, wenngleich ihr durch Mein Wort wohl darauf hingewiesen werdet, welchen Erfolg eine jede Willensrichtung für euch zeitigt. Doch auch Mein Wort zwingt euch nicht, weil ihr es auch wieder annehmen oder ablehnen könnet je nach eurer Sinnesart und eurer Liebe. Denn die Liebe bestimmt euren Willen.... Stets werdet ihr das, was ihr anstrebt, lieben, ob es gut ist oder böse; euer Verlangen ist darauf gerichtet, und so ist auch euer Wille.... gut oder böse. Eine Liebe werdet ihr immer empfinden zu dem, was ihr begehret, ob aber die Liebe eine recht oder falsch gerichtete ist, das bestimmt eure geistige Entwicklung. Nun könnet ihr wohl darauf einwenden, daß die Liebe in den Menschen hineingelegt ist, daß auch die Liebe zum Bösen im Herzen geboren wird und daß der Mensch also ein Opfer der in ihm schlummernden Begierden ist. Und dieser Einwand ist bis zu einem gewissen Grade berechtigt.... daß im Menschen alle die Triebe und Begierden ruhen, die in den einzelnen Vorstadien im Mußgesetz noch nicht überwunden worden sind, daß diese Triebe also der Mensch mit in das Erdenleben bringt, um sie nun zu besiegen und sie völlig abzulegen. Diese Eigenschaften sind also im Menschen vorhanden und reizen daher auch immer die Begierden an. Sie wollen Erfüllung und werden oft so mächtig im Menschen, daß sie ihn völlig beherrschen. Der Kampf gegen solche Begierden ist oft schwer, doch dazu hat der Mensch von Mir den Verstand bekommen, daß er über seine Empfindungen nachdenken kann, um entsprechend dagegen vorzugehen. Es ist falsch, zu sagen, der Mensch müsse so handeln, wie es seiner Veranlagung entspricht.... wohl, wenn er ohne Verstand geschaffen wäre und er sich instinktmäßig getrieben fühlte.

Da ihm aber im Erdenleben genug Gelegenheit geboten ist, sich Erkenntnisse zu sammeln, da ihm eine Richtschnur gegeben ist durch Meine Gebote der Liebe, da er in sich einen stillen Mahner und Warner hat, der ihn stets hinweiset auf Meinen Willen, und da er nun über alles nachdenken kann, so liegt es nun allein an seinem Willen, einen Kampf mit sich selbst zu führen, wenn er nötig ist, wenn seine Begierden dem widerstehen, was er laut innerer Erkenntnis tun sollte.... Daß er es nicht könnte, scheidet aus, denn ein ernster Wille sichert ihm auch Kraftzuwendung, ein schwacher Wille jedoch versagt.... Und wieder ist nur eines nötig, um einen schwachen Willen zu verstärken.... der Glaube an Jesus Christus.... Wohl werden gerade die Menschen, die noch stark belastet sind mit Eigenarten aus ihren Vorstadien, den Glauben an Jesus Christus nicht haben, doch so sie sich nur damit verstandesmäßig auseinandersetzen, geben sie schon den Willen kund, die Wahrheit zu ergründen, und es wird ihnen geholfen, eine rechte Lösung zu finden.... Wo aber die Frage um Jesus Christus unbedenklich verworfen wird, wo man sich nicht um Antwort bemüht, dort eben ist der Wille offensichtlich nach unten gerichtet, und dort wird der Mensch wohl ein Opfer der Kräfte von unten, doch er selbst will es, und nicht seine Veranlagung ist schuld daran. Denn der Mensch kann wollen in beiden Richtungen, ansonsten nicht von einem freien Willen gesprochen werden könnte. Und jeder Mensch kann und soll sich einmal die Frage stellen über seine Erdenlebensaufgabe.... Dazu ist ihm der Verstand gegeben worden....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde