B.D.-Nr. 6946

Uso adecuado de la fuerza vital....

Os habíais alejado infinitamente de Mí y, por lo tanto, vuestro regreso a Mí también es infinitamente largo. Porque tenéis que volver a subir el camino del mismo modo, como lo habíais bajado, tenéis que volver a desarrollaros hacia arriba paso a paso, así como una vez os moldeasteis de manera regresiva a través del libre albedrío. Y esto exige una pausa en el plan de Salvación, requiere una reintegración al orden eterno del que salisteis por vuestra caída. En pocas palabras: el amor era vuestro ser primordial.... y lo transformasteis en desamor y ahora tenéis que lograr la transformación de vuelta al amor, lo cual tomó un tiempo interminable porque ya no poseíais la fuerza para esta transformación....

Si sabéis esto, también comprenderéis la inmensa importancia de vuestra vida terrenal como seres humanos, en la que recuperáis una cierta medida de fuerza, comparado con el larguísimo tiempo anterior, cuando carecíais de ella. Esta fuerza vital, por lo tanto, os permite experimentar la transformación de vuestro ser, si la usáis correctamente, pero también podéis usarla mal, y entonces habréis perdido la gran y última oportunidad de tomar el camino de regresar hacia Mí. En esta vida terrenal, por lo tanto, podéis completar fácilmente la transformación de regreso a vuestro ser primordial, porque solo necesitáis usar vuestra fuerza original para actuar con amor.... Entonces, paso a paso, cubriréis el último y corto camino y regresaréis a Mí, a la casa de vuestro Padre.

Este es el propósito y el objetivo de Mi plan de Salvación del amor: poder concederos nuevamente la dicha que podíais disfrutar al principio. Pero al caer en el abismo habéis perdido todo conocimiento al respecto.... y aunque os sea transmitida carecéis de la evidencia y, por lo tanto, no la tomáis en serio ni os esforzáis por el objetivo de vuestra vida terrenal. Pero solo el acercamiento a Mí os devolverá la dicha, mientras que la distancia de Mí es y seguirá siendo un estado de infelicidad para vosotros. Por lo tanto, solo debéis preguntaros si sois verdaderamente bendecidos.... Y debéis responder esta pregunta con sinceridad.... debéis preguntaros si la “dicha” se refiere a los bienes que el mundo os ofrece.... ¿si os hacen dichosamente felices.... si podéis imponérseos, y si perdurarán y os otorgan una felicidad duradera?

Si sois honestos, debéis responder negativamente a todas estas preguntas, incluso si creéis temporalmente que podéis crearos alegrías y placeres. Pero sabéis también, que lo que amáis os puede ser quitado cada hora y cada día, que no tenéis la garantía de poseer bienes mundanos y placeres para siempre. Sabéis, que las cosas por las que os esforzáis y que os traen felicidad son solo bienes ilusorios, y que no podéis hablar de una dicha eterna. Pero precisamente esta misma dicha debe ser vuestro objetivo, pues es lo que Yo os concederé cuando hayáis regresado a Mí después de ese interminable período de separación.

Y estas serias preguntas deberían, por lo tanto, guiaros al uso correcto de la fuerza vital, que es un don extraordinario de gracia de Mí, porque una vez la rechazasteis. ¡Qué rico puede haceros esta fuerza vital. !Qué fácil podría ser para vosotros realizar obras de amor, precisamente porque poseéis esta fuerza vital! Pero también poseéis sobre el libre albedrío en vuestra vida terrenal como seres humanos, y este entonces determina si progresáis hacia arriba o retrocedéis de nuevo hacia las profundidades.

Y aunque Mi amor os considera abundantemente con Mi gracia, aunque cree todas las posibilidades para vosotros y os muestre el camino que os lleva de regreso a Mí.... Yo no fuerzo vuestra voluntad, pues de lo contrario nunca podríais lograr la perfección. Simplemente os recuerdo constantemente la gran responsabilidad que la vida terrenal como ser humano conlleva para vosotros. Y nunca dejo de informaros de lo que eráis, lo que sois y lo que debéis volver a ser.... Y si podéis creer esto incluso sin pruebas, entonces viviréis responsablemente en la Tierra, entonces siempre os esforzaréis por acortar la distancia entre nosotros, y Yo os ayudaré, si vosotros lo queréis, a regresar a casa, a la casa de vuestro Padre....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.