B.D.-Nr. 6744
Vuestra vida está en manos de Dios.... Vosotros mismos sois impotentes si Dios quiere terminarla, y además ignoráis por completo cuándo lo hará. Tenéis que someteros a Su voluntad y abandonar la Tierra, sin importar si sois maduros o inmaduros en vuestras almas. Porque solo Dios sabe por qué ya no quiere dejaros en la Tierra y quiere recibiros en el reino espiritual.... Y si consideráis seriamente que no hay garantía de una larga vida, si tenéis que contar de que hoy puede ser vuestro último día, verdaderamente deberíais vivir cada día conscientemente.... No deberíais considerar nada casual, sin saber que cada acontecimiento, todo lo que experimentáis, sirve a un propósito: ayudar a vuestra alma a madurar....
Debéis tener claro que Aquel Que determina la duración de vuestra vida no os creó como un producto de capricho, sino que asignó un fin determinado a todas Sus creaciones, y en especial al ser humano, y que por tanto tenéis que cumplir vuestro destino.... Y vosotros debéis intentar comprender este destino, y no consideraros como criaturas sin valor, que os da igual si vivís o no, durante cuánto tiempo y cuál será vuestra condición cuando seáis llamados de la Tierra.
Pues todos pueden reconocer que el ser humano es un ser sumamente complejo en su constitución física, y por lo tanto también que su Creador debe estar lleno de sabiduría.... así como las demás obras de creación dan testimonio de la sabiduría de Dios. Un Creador sabio, sin embargo, no permite que exista nada inútil.... un Creador sabio persigue un plan con Sus obras creadas. Pero quienes viven sin sentido de día a día, a pesar de conocer su transitoriedad terrenal, aún no se han acercado a la idea de que ellos mismos, como obra de la creación, tienen un propósito.
Él también ha sido dotado por un Creador sabio con diversas capacidades destinadas que le deberían demostrar una fuerza creativa pensante y sabia, pero no las utiliza y él mismo se convierte en una forma vacía, él sólo ve su caparazón transitorio y no lo que este caparazón contiene, algo de que se daría cuenta si usara su mente, si reflexionara sobre sí mismo y su propósito en la vida.... Y a menudo su vida termina prematuramente para no dejarle sentir aún más culpable por no haber aprovechado la gracia de la encarnación en la Tierra.
Cada ser humano pensante que se pone la pregunta acerca de su propósito de existencia también llegará al conocimiento que le permite vivir conscientemente, porque Dios Mismo le da este conocimiento, pues no deja sin respuesta ninguna pregunta tan importante. Pero si una criatura dotada de todos los dones no los usa, si él, dotado de entendimiento y razón, vive como un animal y solo se esfuerza por lo que es beneficioso para su cuerpo.... pero no puede ignorar el hecho de que su vida está en manos de un Dios poderoso, abusa de la gracia de la encarnación en la Tierra; su vida terrenal carece de propósito, y está aumentando su culpa del pecado en lugar de liberarse de esta, como es su destino.
Todos los seres humanos pueden observar el devenir y el perecer en la naturaleza y observar repetidamente que una nueva vida surge de la antigua, pasada.... y así también podrían concluir los mismo acerca de sí mismos, y la muerte de un ser humano tendría que dar a pensar a cada uno lo que será de él mismo cuando su vida termine.... y un fallecimiento en la nada debería resultarles mucho menos creíble que una supervivencia después de la muerte, porque toda en la creación solo cambia para surgir en una nueva forma....
Con una reflexión seria el ser humano puede ponerse muchas preguntas, y ninguna quedará sin respuesta.... pero primero, debe reflexionar sobre ellas, él debe querer experimentar, pues entonces usará las capacidades que le fueron otorgadas, como es la voluntad de Dios. Y el hecho mismo de que nadie conoce la hora de su fin, que solo Uno la determina, probablemente impulsa a los humanos a reflexionar.... Y con frecuencia, se le muestra a los humanos lo repentino que puede terminar una vida terrenal.... Pero los humanos también se han acostumbrado a esto; no se les puede obligar a pensar de otra manera....
amén