B.D.-Nr. 6550

El amor infinito de Dios.... Condenación eterna....

Vosotros no conocéis el amor y la misericordia de Dios, ni Sus incesantes esfuerzos por ayudaros a vosotros, Sus criaturas, desde las profundidades hasta las alturas. Él no dejará nada en las profundidades, todo lo caído una vez debe regresar a Él, para que en Su presencia pueda ser indeciblemente dichoso. Lo que está separado de Él, lo que habita a gran distancia de Él, es infeliz, y Él tiene misericordia por ello.... Y Su amor seduce y llama para que este infeliz vuelva a dirigirse hacia Él, de Quien se había apartado una vez voluntariamente.... Sin embargo, todo sucede sin coerción, no se puede influir obligatoriamente a esos seres a regresar a Dios; el regreso a Él sólo puede lograrse a través del amor, pero que tendrá lugar en algún momento es seguro, porque el amor de Dios no renuncia a nada que Le pertenezca, a lo que ha emanado de Él.

Pero como solo el amor puede influir en un ser caído para que regrese voluntariamente, la radiación del amor tiene que tocarlo una y otra vez hasta que se abra y se sienta determinado por la fuerza del amor a acercarse de nuevo a Dios. Y este proceso tiene lugar en la vida terrenal cuando el ser humano llega a ser consciente de que está dirigido y guiado por un poder superior, que se entrega a ese poder y sigue su voz interior, que es un dulce discurso de Dios.... Entonces su resistencia se rompe, y el ser está en el camino de regreso a Dios.... porque ahora el amor de Dios lo atrae, y Su misericordia incluso ayuda a los que aún no son dignos de ascender a las alturas.

El amor de Dios es infinito.... Y por lo tanto, ningún ser puede perderse para siempre.... El amor de Dios y Su misericordia persiguen a quienes se han hundido en las profundidades, y por eso también hay una redención incluso del infierno, porque el amor de Dios es mayor que la culpa del pecador.... y porque la misericordia busca compensar la debilidad del caído, y por eso todo ser es cortejado por el amor de Dios hasta que se abre y permite que un rayo actúa en su interior. Y entonces se rompe el hechizo, pues el amor tiene un gran poder. Por lo tanto, los humanos no deben hablar de una “condenación eterna”.... Pues la condenación eterna presupone un juez estricto y sin amor que priva al ser de toda libertad y juzga sin piedad....

Pero Dios no quiere la condición en la que se encuentra el ser desdichado, en la que ha caído por su propia culpa, por su libre albedrío.... Dios quiere rescatarlo de ella, quiere guiarlo a la bienaventuranza, quiere iluminarlo con Su amor, y Su misericordia no distingue entre la magnitud de la culpa del pecado. Pero no obliga a ningún ser a la bienaventuranza.... Y, por lo tanto, tales condiciones desafortunadas pueden durar eternamente, pues el ser mismo debe ponerles fin.... Vosotros, los humanos, podéis creer que se les concede toda la ayuda, porque el amor de Dios es infinito y nunca disminuirá, por mucho que sus criaturas persistan en la resistencia....

Dios no está enojado, sino que se apiada de la infelicidad de esas criaturas, pero no puede llevarlas a un estado de felicidad fuera de Su poder, porque esto no correspondería ni a Su justicia ni al libre albedrío de Sus criaturas.... Por lo tanto, sólo buscará influir en la voluntad de las almas de tal manera que se dirijan a Él voluntariamente.... Pero entonces se garantiza un regreso completo, porque el amor de Dios es de tal poder que conquista todo dondequiera que su efectividad sea permitida.... Y un día cada ser habrá regresado a Él, un día incluso las profundidades tendrán que liberar todo, porque el amor de Dios es más fuerte que el odio y porque incluso el adversario de Dios se dirigirá voluntariamente de nuevo a Dios, incluso si esto tomará eternidades, pero el amor de Dios lo conquistará....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.