Ein gerüttelt Maß sollt ihr empfangen.... Wie ihr ausmesset eurem Nächsten, so soll euch wieder zugemessen werden, laut Meiner Verheißung. Meine Liebe will unentwegt geben und beglücken, Meine Liebe will euch überreich bedenken, aber Liebe kann sich eben nur der Liebe zugesellen, also will Ich euch Glück schenken, so müsset ihr das gleiche tun, geben-wollen und Freude bereiten denen, die euch umgeben und eure Liebe annehmen wollen. Ich kann nicht Liebe geben einem Menschen, der selbst ein hartes Herz besitzt, der keine Liebewerke verrichtet, der darum weder Liebe verdient noch sich beglücken lassen will.... Aber Ich gebe unbeschränkt, wo Ich Liebe erkenne, und Meine Gaben fallen wahrlich nicht spärlich aus. Und wenn Ich nun ersehe, wie Meine Kinder bemüht sind, einander Freuden zu bereiten, wenn Ich sehe, daß sie Not zu lindern suchen, daß sie gebebereit sind, wo der Mitmensch bedürftig ist, dann bin Ich wahrlich auch bereit, einen freundlichen Geber zu bedenken, weil Ich ihn liebe. Wie ihr ausmesset, so wird euch wieder zugemessen werden. Das soll aber nicht so verstanden werden, daß ihr berechnend nun solche Werke tut, nur um wiederzuempfangen.... Vor Meinen Augen gilt nur die wahre Uneigennützigkeit, der Drang des Herzens zu beglücken. Und im gleichen Maße werde auch Ich Meine Liebe ausstrahlen lassen über den Menschen, der nur seine Liebe sprechen lässet, wenn er austeilet, was es auch sei. Alle Güter sind einbezogen in diese Meine Verheißung, irdische und geistige.... und ebenso werde Ich den Geber bedenken irdisch und geistig. Denn der Mitmensch sowohl als auch der liebetätige Mensch benötigen irdische und geistige Güter während des Erdenlebens, doch es soll den geistigen Gütern mehr Beachtung geschenkt werden, denn diese allein sichern das Seelenheil, und wer seines Seelenheils zuerst gedenkt, der braucht auch keine Sorge zu haben um die Erhaltung seines irdischen Lebens. Auch da wird er bedacht werden von Mir aus entsprechend seines Verhaltens zum Nächsten. Und so könntet ihr ungemessen empfangen, geistig und irdisch, wenn ihr dieser Meiner Verheißung immer gedenket: "Wie ihr ausmesset, so wird auch euch zugemessen werden...." Ihr brauchet niemals zu fürchten, daß ihr selbst Mangel zu leiden brauchet, wenn ihr euch verausgabt.... Ich rechne nicht kleinlich, Ich gebe euch "ungemessen", d.h. eurer Liebe entsprechend, mit der ihr eure Gaben begleitet habt. Und wahrlich, ihr kommet nicht in Nachteil, auch wenn ihr ohne Bedenken hingebet, was ihr vielleicht selbst benötigt.... Ihr werdet nicht leer ausgehen und wieder reichlich Ernte halten können, weil Meine Liebe auch keine Grenzen kennt, wenn sie euch beglücken will. Darum brauchte es auch keine Not zu geben auf Erden, wolltet ihr nur alle dieser Meiner Verheißung eingedenk sein, denn ihr würdet anderen helfen, Ich würde euch helfen, wann immer es nötig wäre. Wer aber ängstlich rechnet, daß er nicht selbst zum Schaden komme, wenn er dem Nächsten hilft, der wird auch nicht viel des Segens zu verzeichnen haben, denn seine Liebe und sein Vertrauen zu Mir ist noch sehr klein, die Ich aber fordern muß, um geben und beglücken zu können unbeschränkt. Ihr habt einen Vater, Der Seinen Kindern immer nur Freude bereiten will, aber Er will auch, daß Seine Kinder gleichen Geistes sind, daß auch sie Freude schenken möchten und daß Liebe aus allem spricht, was ein Kind tut. Dann kann Meine Liebe so offensichtlich den Kindern zugewendet sein, daß sie schenkt und beglückt ohne Maß und Ziel, damit die Kinder ihren Vater in Seinen Gaben erkennen und Ihn lieben mit aller Innigkeit, die das Kind zum Vater drängt, um Ihm auf ewig nun anzugehören, um Sein zu werden und zu bleiben in Ewigkeit....
Amen
ÜbersetzerRecibiréis una medida sacudida.... como medisteis a vuestro prójimo, asó os será medido de nuevo, conforme a Mi promesa. Mi amor quiere daros y haceros felices constantemente, Mi amor quiere daros mucha atención, pero el amor sólo puede asociarse con el amor, por eso quiero daros felicidad, por eso vosotros tenéis que hacer lo mismo, querer dar y dar alegría a quienes os rodean y quieren aceptar vuestro amor. Yo no puedo dar amor a una persona que tiene un corazón duro, que no realiza ninguna obra de amor, que por tanto no merece amor que no quiere ser feliz....
Pero doy libremente donde reconozco el amor, y Mis dones ciertamente no son escasos. Y cuando ahora veo cómo Mis hijos se esfuerzan por darse alegrías unos a otros, cuando veo que intentan aliviar la angustia, que están dispuestos a dar cuando el prójimo lo necesita, entonces Yo también estoy realmente dispuesto a considerar a un dador amigable porque lo amo. Según midáis, os será medido otra vez. Pero esto no debe entenderse en el sentido de que ahora hagáis tales obras de manera calculada sólo para volver a recibir....
Ante Mis ojos sólo cuenta el verdadero desinterés, el impulso del corazón de hacer feliz. Y en la misma medida también dejaré que Mi amor irradie sobre la persona que sólo deja hablar su amor cuando distribuye, sea lo que sea. Todos los bienes están incluidos en esta promesa Mía, terrenales y espirituales.... y de la misma manera consideraré también al dador, terrenal y espiritual. Porque tanto el prójimo como la persona que está activa en el amor necesitan bienes terrenales y espirituales durante su vida en la tierra, pero se debe prestar más atención a los bienes espirituales, porque sólo éstos aseguran la salvación del alma, y quien piensa primero en la salvación de su alma tampoco necesita preocuparse por la preservación de su vida terrenal.
También ahí será considerado por Mí según su comportamiento hacia el prójimo. Y así podréis recibir sin medida, espiritual y terrenalmente, si recordáis siempre esta promesa Mía: “Como midáis, asó os será medido”.... Nunca debéis temer que vosotros mismos tendréis que sufrir carencias, si os agotáis.... No cuento las nimiedades, os doy “sin medida”, es decir, según el amor que acompañasteis vuestros dones. Y, en verdad, no estaréis en desventaja, incluso si dais sin dudarlo, lo que quizás lo necesitas tú mismo....
No os quedaréis con las manos vacías y podréis volver a tener una cosecha abundante porque Mi amor no conoce límites cuando quiere haceros felices. Es por eso que no tendría haber ninguna necesidad en la tierra, si todos vosotros simplemente quisierais recordaros de esta promesa Mía, porque ayudaríais a los demás, y los ayudaríais cuando fuera necesario. Pero quien temerosamente calcula que él mismo no sufrirá daño si ayuda a su prójimo, no tendrá mucha bendición, porque su amor y confianza en Mí es todavía muy pequeña, pero lo cual tengo que exigirlo para poder dar y hacer feliz a la gente sin límites.
Tenéis un Padre que siempre quiere dar alegría a Sus hijos, pero también quiere que Sus hijos sean del mismo espíritu, que ellos también quieran dar alegría y que el amor se exprese en todo lo que hace un niño. Entonces Mi amor puede dirigirse de manera tan evidente hacia los hijos que los da y los hace felices sin medida ni objetivo, para que los hijos reconozcan a su Padre en Sus dones y Lo amen con todo el fervor que impulsa al niño al Padre para pertenecerle para siempre, para llegar a ser y seguir siendo suyo por toda la eternidad....
amén
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