Allein werdet ihr niemals die Umgestaltung eures Wesens zuwege bringen, denn es fehlt euch dazu an Kraft. Es hat aber Einer für euch diese Kraft erworben.... Der Mensch Jesus hat für euch etwas getan, um euren Schwächezustand zu beheben, der Folge war eurer einstigen Auflehnung wider Gott.... Die Auswirkung dieser eurer Schuld also hat Er für euch auf Sich genommen, Er hat eure Schuld bezahlt mit Seinem Tod am Kreuz und dadurch euch wieder die Zufuhr von Kraft möglich gemacht.... Er hat für euch die Kraft erworben und teilet sie euch nun auch aus als Gnadengeschenk.... vorausgesetzt, daß ihr selbst die Gnaden in Anspruch nehmet, wozu das Anerkennen Jesu Christi als Gottes Sohn und Erlöser der Welt Vorbedingung ist, die auch das Anerkennen der Gottheit Jesu in sich schließt.... Was aber nun zuvor unmöglich war, daß sich der Mensch selbst umformen konnte wieder zu dem Lichtwesen, das er uranfänglich gewesen ist, wurde durch den Kreuzestod Jesu möglich, und so ist die Rückkehr zu Gott auch mit Sicherheit erfolgt, wenn sich der Mensch nur an Jesus Christus hält, wenn er Ihn angeht um Hilfe auf dem Wege zur Vollendung. Die Kraft, die ihm nun zugeführt wird, genügt, um sich zu befreien aus der Gewalt dessen, der ihn herabzog zur Tiefe und unbarmherzig dort gefesselthält, weil die eigene Kraft zum Widerstand dem Wesen fehlt ohne Hilfe Jesu Christi. Also war Jesus nach Seinem Kreuzestod auch in die Hölle hinabgestiegen, denen Hilfe zu bringen, die schon vor dem Erlösungswerk das Erdenleben verloren hatten und sich immer noch in der Gewalt des Gegners von Gott befanden. Ihnen war es nicht möglich gewesen, während des Erdenlebens sich zu befreien, denn sie waren völlig geschwächten Willens, und darum unterlagen sie jenem und blieben so lange in dessen Gewalt, bis der Retter Jesus Christus kam, Dem sie nun ungehindert folgen durften, weil Er auch für ihre Seelen den Kaufpreis gezahlt hatte mit Seinem Blut. Dennoch mußte auch der freie Wille jener Seelen beachtet werden.... der aber nun Stärkung erfuhr, so die Seele nicht völlig gegnerisch eingestellt war.... Es wird nun aber die Niederfahrt zur Hölle nicht recht verstanden, wenn nur jener willigen Seelen Erwähnung getan wird.... Jesus, der Gekreuzigte, erschien auch im Pfuhl tiefster Verworfenheit, Er wagte Sich in das Bereich Seines Gegners, des gefallenen Bruders Luzifer.... Er stand auch vor ihm mit Seinen Wundmalen und zeigte ihm, was die Liebe vermochte.... Er trat ihm wie ein Bruder entgegen, aber auch dieses größte Opfer konnte dessen steinernes Herz nicht erweichen.... Höhnisch wandte sich der Fürst der Hölle ab und mit ihm eine große Schar übelster Geister.... Die Liebe fand nicht den Weg zu deren Herzen, der Haß war größer, und ihr Wille war frei. Gott wußte wohl um diesen Mißerfolg, dennoch wurde jenen Bewohnern der Hölle auch der Gnadenschatz angetragen, denn die Liebe macht keinen Halt, auch nicht vor dem verworfensten Geschöpf, doch sie zwingt nicht, sich zu ergeben.... Selbst das Liebewerk des Menschen Jesus vermochte nicht, den Haß und Widerstand zu brechen, doch es wurde auch den Wesen der Finsternis angetragen, denn die Liebe Jesu galt allen Geschöpfen, und die Niederfahrt zur Hölle war noch ein letzter Versuch, den Gegner Gottes zur Umkehr zu bewegen, ihm die letzten Chancen zu geben, sich zu wandeln und die Zeit der Erlösung des Gefallenen zu verkürzen.... Aber auch dieses größte Liebeswerk, das Gott Selbst im Menschen Jesus vollbracht hat, vermochte nicht, den Hochmut und die Lieblosigkeit Luzifers zu wandeln, denn dieser sah in dem Kreuzestod Jesu noch einen Triumph seiner Macht und Stärke.... Er fühlte sich als Sieger, dem es gelungen war, ein göttliches Wesen seinen Knechten auszuliefern.... der wohl den zu "Tode Gekommenen" in dem Wesen sah, Das zur Hölle herabgestiegen war, nicht aber den "Auferstandenen".... Luzifer ergab sich nicht, was die Gottheit von Ewigkeit voraussah.... und darauf auch das Werk der Rückführung des Gefallenen aufbauen konnte, das einmal aber auch diesen verlorenen Sohn in das Vaterhaus führen wird, wenn er seine Machtlosigkeit erkennen wird, was aber noch Ewigkeiten dauert, bis alles von ihm Verführte restlos erlöst sein wird....
Amen
ÜbersetzerNunca lograréis a realizar la conversión de vuestro ser todos solos, porque para esto no tenéis la Fuerza necesaria. Pero hay Uno que ha conseguido esta Fuerza para vosotros. El Hombre Jesús ha hecho algo para vosotros para remediar este estado de debilidad que, en aquellos tiempos remotos, era la consecuencia de vuestra apostasía de Dios... De modo que Él, para vosotros, se ha cargado con la repercusión de esta culpa porque la pagó con su muerte en la cruz; con lo que hizo posible que de nuevo os llegara el suministro de Fuerza...
Jesús consiguió para vosotros la Fuerza, la que ahora reparte entre vosotros como Regalo de Gracia, suponiendo que vosotros mismos os serviréis de ella para lo que, como requisito previo, hay que reconocer a Jesucristo como Hijo de Dios y Redentor del mundo - lo que incluye el reconocimiento de la Divinidad de Jesús...
Lo que antes no era posible –que el hombre mismo pudiera volver a transformarse en el ser de Luz que había sido en aquellos tiempos remotos– por la muerte de Jesús en la cruz se hizo posible. De modo que donde el hombre se había atenido únicamente a Jesucristo y si en su camino a la perfección le había suplicado que le ayudara, el regreso del ser humano a Dios se realizaba con toda seguridad.... La Fuerza que ahora le llega es suficiente para poder liberarse del poder de aquel que le arrastró a las profundidades donde le mantiene atado despiadadamente, pues sin la Ayuda de Jesucristo al ser le falta la fuerza propia para oponer resistencia...
De modo que Jesús, después de su muerte en la cruz, también había descendido al infierno para prestar Ayuda a aquellos seres humanos que habían perdido su vida terrenal ya antes de la Obra de Redención, y que todavía se encontraban en el poder del adversario de Dios. Para estos no había sido posible liberarse durante su vida en la Tierra porque su voluntad estaba muy debilitada. Por eso estaban dominados por el adversario y se quedaban bajo su poder hasta cuando vino el Salvador Jesucristo, al que ahora podían seguir sin trabas porque Él, con su sangre, había pagado el “Rescate” también para ellos...
Sin embargo, también hacía falta respetar la libre voluntad de estas almas, la que ahora ha obtenido un fortalecimiento - si la postura del alma no estaba totalmente antagonista... Pero lo del Descenso no está bien interpretado si ahí sólo se entiende aquellas almas voluntarias. Porque Jesús, el Crucificado, se presentó también en el lodazal de extrema depravación. Él se atrevía meterse en el campo de su adversario - de Lucifer, su hermano caído... Él, con sus estigmas, se presentó también ante él y demostró de lo que el Amor es capaz... se dirigió hacia el adversario como un Hermano, pero incluso este gran Sacrificio no pudo conmover el corazón pétreo de este pues de manera burlona el príncipe del infierno se apartó, y junto con él una gran multitud de espíritus más malvados... a cuyos corazones el Amor no tenía acceso porque su odio era mayor - pues su voluntad era libre...
Por supuesto, Dios sabía de este fracaso. Pero aun así a aquellos habitantes del “infierno” estaba ofrecido el Tesoro de Gracia porque el Amor no se contenía ni ante la criatura más pervertida - pero no obligaba a rendirse... Ni siquiera la Obra de Amor del Hombre Jesús pudo vencer el odio y la resistencia - Obra que aun así también estaba dedicada a los seres de las tinieblas, porque el Amor de Jesús estaba dedicado a todos los seres.
Ahí el Descenso al infierno fue un último intento para inducir al adversario de Dios que regrese, para darle las últimas oportunidades de cambiarse, y así abreviar el plazo de la Redención de todo lo caído...
Pero ni siquiera esta mayor Obra de Amor que Dios mismo ha llevado a cabo en el Hombre Jesús logró a convertir la altanería y la falta de amor de Lucifer porque este, en la muerte de Jesús en la cruz, no vio sino un triunfo de su propio poder y fuerza... él se tomó por vencedor que había conseguido entregar un ser divino a sus siervos malvados. Pues en Aquel al que había tocado la muerte bien vio un ser que había descendido al infierno, pero no vio en Él al Resucitado...
Lucifer no se rindió - lo que la Divinidad ya presagió desde eternidades, de modo que siendo así, podía establecer su Obra de “Repatriación” de lo caído... la que en tiempos venideros también llevará este hijo perdido a la Casa paternal - eso en cuanto reconozca su propia impotencia... lo que aún tardará eternidades hasta que todo lo que él ha seducido esté totalmente redimido...
Amén.
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