Mein Wort zu verbreiten ist eure Aufgabe, die ihr Mir dienen wollet. Auch zu euch sage Ich die Worte: "Traget Mein Evangelium hinaus in die Welt...." Die Menschen hören viel.... von allen Seiten wird ihnen religiöses Wissen angeboten, Mein Wort wird ihnen verkündet in Form von Glaubenslehren, und es müßte sonach den Anschein erwecken, als werde Mein Auftrag ausgeführt, den Ich Meinen Jüngern einst erteilt habe.... Und doch ist es notwendiger denn je, daß Ich Mir wieder Jünger erwecke, die Ich hinaussenden kann in die Welt.... Denn die Mein Evangelium verkünden sollen, müssen von Mir Selbst belehrt werden.... sie müssen es zulassen, daß Mein Geist in ihnen wirket, weil sie durch die Stimme des Geistes vernehmen, was sie den Mitmenschen predigen sollen.... Unerweckte Prediger reden leere Worte ohne Geist, wenngleich sie sich an Mein einst verkündetes Wort halten. Ohne Wirken Meines Geistes verstehen sie selbst nicht, was sie reden, d.h., sie können nicht lebendig den Mitmenschen Mein Wort darbieten, und es wird darum wieder nur das Ohr des Hörers berühren, nicht aber das Herz ansprechen. Kann aber Mein Geist tätig sein in dem Verkünder Meines Wortes, so wird er voller Überzeugung reden.... er wird den geistigen Sinn Meines Wortes erklären, er wird die Herzen der Menschen ansprechen, er wird das Bindeglied sein zwischen Mir und dem Zuhörer, und es wird dieser Mich Selbst zu sich sprechen lassen und von Meiner Ansprache wahrlich beeindruckt sein. Ihr sollet Mein Evangelium hinaustragen in die Welt.... Viele Menschen noch sollen Kunde erhalten von Meinem Wort, und Ich brauche dazu noch viele Jünger, die zur rechten Ausbreitung Meines Evangeliums befähigt sind.... die Ich hinaussenden kann, weil sie Mir rechte Knechte sein wollen, die nun in Meinem Auftrag tätig sind, die nichts reden aus sich heraus, die immer nur lauschen, was Ich ihnen auftrage, und die nun von Meinem Geist getrieben das austeilen, was sie von Mir Selbst erhalten.... Denn wenn Ich ihnen den Auftrag gebe, Mein Evangelium.... Mein Wort.... hinauszutragen in die Welt, dann müssen sie es zuvor selbst von Mir empfangen haben, ansonsten sie nichts bieten können. Es genügt nicht, daß sie sich den Schatz, den sie austeilen sollen, selbst zusammentragen, daß sie etwas darbieten, was sie selbst nicht bezeugen können als göttliche Gabe.... Sie müssen von Mir Selbst diese Schätze empfangen, ansonsten Ich ihnen den Auftrag nicht geben kann, hinauszugehen in die Welt und Mein Evangelium zu verkünden.... Ich weiß wahrlich, woran die Menschheit krankt, Ich weiß es, welche zweifelhaften Gaben ihr schon angeboten wurden und wie wenig Heilkraft sie daraus entziehen konnte, Ich weiß auch, was ihr mangelt, und möchte es ihr darum zuleiten.... Ich möchte den Menschen Selbst entgegentreten, doch Ich kann dies nur im Wort, das durch Mittler ihnen zugetragen wird, die es direkt von Mir empfangen haben.... Und was nun getan wird, um Mein reines Wort zu verbreiten, das sehe Ich als Erfüllung des Auftrages an, den Ich euch, Meine Jünger der Endzeit, gegeben habe.... Und Ich werde euch segnen.... Denn die Not ist groß, die Menschen darben, weil ihnen kraftlose Kost geboten wird und sie doch nötig Kraft gebrauchen, um ihren Erdenlebensweg erfolgreich zurücklegen zu können.... Und ihr, die ihr reichlich empfanget, ihr könnet auch reichlich austeilen; ihr, die ihr im Besitz Meines Wortes seid, ihr könnet es hinaustragen in die Welt.... Ihr könnet Mein Evangelium bringen allen Menschen, die guten Willens sind, denn diese werden es erkennen als Mein Wort, weil es ihnen zu Herzen geht, weil sie nun gesunden an ihren Seelen.... weil sie es als lockende Stimme des Vaters erkennen, der sie nun folgen ohne Widerstand....
Amen
ÜbersetzerVosotros, los que queréis servirme a Mí, es vuestra misión de divulgar Mi Palabra. También a vosotros os digo las Palabras: “Llevad afuera en el mundo Mi Evangelio...” Los hombres oyen mucho, por todas partes se les ofrece un saber, Mi Palabra se les anuncia en forma de dogmas, y por eso después tendría que parecer que es cumplida Mi Orden que Yo participé una vez a Mis discípulos.
Y sin embargo, es más necesario que nunca el que Yo me dispierte de nuevo otra vez discípulos que pueda Yo enviar afuera en el mundo. Pues los que anuncien Mi Evangelio, tienen que ser enseñados por Mi Mismo, ellos tienen que permitir que en ellos obre Mi Espíritu, porque a través de la Voz del Espíritu, perciben lo que ellos deben predicar.
Los predicadores no despiertos hablan Palabras vacías sin Espíritu, mismo si se atienen a Mi Palabra una vez anunciada. Sin el Obrar de Mi Espíritu no comprenden ellos mismos lo que hablan, es decir, que no pueden ofrecer Mi Palabra viva a los hombres, y por eso sólo afecta otra vez el oído del oyente, pero al corazón no llega, mas si Mi Espíritu actúa en el anunciador de Mi Palabra, hablará de ese modo lleno de convicción, él explicará el sentido espiritual de Mi Palabra, él se aproxima al corazón de los hombres, él será el vínculo entre Mí y el oyente, y ese me dejará a Mi Mismo que Yo le hable y será en verdad impresionado de Mi Alocución.
Vosotros llevad Mi Evangelio afuera en el mundo. Muchos hombres deben recibir la noticia de Mi Palabra, y para ello necesito Yo aún muchos discípulos que esten capacitados para la verdadera difusión de Mi Evangelio, a los que Yo pueda enviar, porque ellos quieren serme buenos servidores, los que ahora actúan por encargo de Mí, que no dicen por sí mismos nada que sólo escuchan lo que Yo les encargo, y que ahora están impulsados por Mi Espíritu a que repartan lo que ellos han recibido de Mí Mismo. Pues si Yo les doy la misión, de llevar afuera Mi Evangelio, Mi Palabra, en el mundo, entonces tienen ellos mismos que haberla recibido antes de Mí, de lo contrario no podrían ofrecer nada.
No es sufiente que ellos mismos se recopilen el tesoro que distribuyan, de que ellos ofrezcan algo que ellos mismos no puedan atestiguar como Dádiva divina. Ellos tienen que recibir de Mí esos tesoros, de lo contrario Yo no puedo darles la misión y el encargo de que lleven afuera en el mundo Mi Evangelio. Yo sé en verdad, de qué padece la humanidad, Yo sé, qué dádivas inciertas se les han sido ya ofrecidas y cuán poca fuerza saludable pudieron sacar de ellas, Yo sé también lo que a ella le hace falta y quisiera Yo dirigírselo por eso. Yo quiero, afrontarme, Yo Mismo a los hombres, pero Yo sólo puedo hacerlo con Mi Palabra, la cual les será llevada a través de medianeros, quienes la han recibido directamente de Mí.
Y lo que ahora se hará para que se extienda Mi Palabra, eso lo veo Yo como el cumplimiento del encargo que Yo os he dado a vosotros, Mis discípulos del tiempo final. Y Yo os bendeciré. Pues es grande la desgracia, los hombres se mueren de hambre, porque les ofrecen alimento flojo y necesitan, sin embargo, sin falta, fuerza, para que puedan dejar atrás con éxito su camino de la vida terrenal.
Y vosotros, los que recibís abundantemente, podéis también distribuir abundantemente; vosotros, que estáis en posesión de Mi Palabra, podéis llevarla afuera en el mundo. Podéis llevar Mi Evangelio a todos los hombres que son de buena voluntad, pues estos lo reconocerán como Mi Palabra, porque les llega al corazón, porque ellos recobran ahora la salud en sus almas, porque ellos la reconocen como Voz seductora del Padre, al que ahora siguen sin oponer resistencia.
Amén
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