In der christlichen Nächstenliebe liegt die Begründung des Friedens und der Eintracht, sowohl im Großen als auch im Kleinen, d.h., Völker und Staaten werden in Frieden leben miteinander, wie aber auch die Menschen unter sich einträchtig zusammenleben werden, so ihr Verhalten vom Prinzip der Nächstenliebe ausgeht, sie einander nur Gutes erweisen wollen und bemüht sind, dem Mitmenschen Leid und Sorge fernzuhalten. Dann wird auf der Erde wirklich Friede sein.... doch wie weit sind die Menschen nun davon entfernt.... Sie kränken einander und sind voller Rücksichtslosigkeit, wenngleich sie auch nicht bewußt dem Menschen Schaden zufügen wollen, doch von Liebe zueinander ist nichts zu spüren, und darum ist auch der große geistige Verfall so offensichtlich, denn ohne Liebe kann der Mensch auch nicht geistig streben, ohne Liebe gibt es keinen geistigen Fortschritt.... es gelangen die Menschen nicht zum Ziel.... Wenige nur lassen noch das Gesetz der Liebe gelten, das aber erfüllt werden muß, ansonsten es keinen Frieden geben kann. Und so soll sich jeder einzelne ernstlich fragen, wie er sich diesem Gesetz gegenüber verhält.... er soll sich fragen, ob er alles tut, was in seinen Kräften steht, um Freude zu machen, um Leid zu lindern und der Not zu steuern, die ihm offensichtlich wird und seine Hilfe erfordert. Es soll der Mensch mehr an andere als an sich denken, dann wird er auch sehen, woran es fehlt und Abhilfe schaffen können. Es soll der Mensch alles vermeiden, wodurch er seine Mitmenschen kränkt, dagegen alles tun, womit er ihnen Freude macht. Fraget euch ernstlich, ob ihr euch rechtfertigen könntet, so eine solche Rechtfertigung von euch gefordert würde. Und ihr werdet viele Unterlassungen entdecken, die dann eine Sünde sind, wenn der Mitmensch dadurch leidet oder darbt, sei es seelisch oder körperlich. Helfet, wo ihr helfen könnet und bewahret den Nächsten vor Leid, wo ihr dies vermöget.... Lasset niemals die Ichliebe vorsprechen, lasset niemals den Nächsten hungern, so ihr selbst es euch gut gehen lasset.... Es ist dies wörtlich und auch bildlich zu verstehen, denn auch ein freundliches Wort, ein guter Blick, eine hilfreiche Handlung können den Mitmenschen laben und stärken, darum lasset es daran nicht fehlen. Übet die Nächstenliebe.... und euer Erdenleben wird harmonisch verlaufen, es wird Friede sein und Eintracht in und um euch, und so alle Menschen diesem Gebot entsprechend lebten, wäre wahrlich das Paradies auf Erden. Wie aber sieht es in der Welt aus? Alle schlechten Eigenschaften, Habgier, Haß, Neid, Zwietracht, Unaufrichtigkeit und Eigenliebe beherrschen die Menschen, sie sind einander nicht Freund, sondern Feind, sie achten einander nicht, sondern suchen sich selbst hervorzuheben, sie legen keine lindernde Hand auf Wunden, sondern schlagen neue, und also wird das Übel stets größer und stürzet die Menschen ins Verderben. Die Liebe ist erkaltet unter den Menschen, und das ist das Ende.... Denn wo die Liebe nicht mehr ist, verhärtet sich jegliche Substanz, wo das Herz keine Liebe mehr empfinden kann, dort geht auch jegliche Erkenntnis verloren, also wird auch alles Leben ersterben, denn nur die Liebe allein ist Leben.... Ihr Menschen könnet daher wohl körperlich noch leben, doch geistig seid ihr tot, so ihr bar jeder Liebe seid. Immer wieder wird euch die Liebe gepredigt, lasset diese Ermahnungen nicht an eurem Ohr verhallen, sondern wisset, daß sie die letzten Rufe sind aus der Höhe; wisset, daß nicht mehr viel Zeit ist bis zum Ende, ihr aber gerichtet werdet nach eurer Liebe. Darum sorget, daß ihr das Gericht nicht zu fürchten brauchet.... Übet euch in der Nächstenliebe und erwerbet euch dadurch den ewigen Frieden....
Amen
ÜbersetzerEn el cristiano amor al prójimo yace la argumentación de la paz y de la concordia, tanto en los grandes como también en los pequeños, es decir, gentes y naciones vivirán todos juntos en paz, pero también como los hombres entre sí, vivirán juntos unánimes, si su comportamiento parte del principio del amor al prójimo, hacíéndose mutuamente sólo el bien, si lo quieren y se esfuerzan realmente en la tierra, manteniendo a sus semejantes alejado el sufrimiento y las preocupaciones. Sin embargo, qué lejos están pues, los hombres de ello. Ellos se mortifican unos a otros y están llenos de falta de consideración, aún cuando ellos no quieran conscientemente causar daños, pero del amor mutuo no se nota nada, y por eso es también la gran decadencia espiritual tan evidente, pues el hombre sin amor no tiene ambición espiritual, sin amor no hay ningún progreso espiritual. Los hombres no llegan a la meta. Muy pocos sólo admiten aún el mandamiento del amor, mas tiene que ser cumplido, de lo contrario no puede haber paz ninguna.
Y así, que se pregunte cada uno seriamente, cómo él se comporta ante este mandamiento, que se pregunte si él hace todo lo que está en sus fuerzas, para hacer alegría, para mitigar la pena y remediar la desgracia que se le hace manifiesta y exige su ayuda. Que el hombre piense más en los otros que en él mismo, entonces verá también en qué peca o qué le falta para poder poner remedio. El hombre tiene que evitar todo, con lo que él ofenda a su semejante, por lo contrario hacer todo con lo que pueda darle alegría. Preguntaos con seriedad, si podéis justificaros, si tal justificación se exigiera de vosotros. Y descubriréis muchas omisiones y descuidos, los cuales son entonces un pecado, si vuestro semejante, de ese modo, sufre o padece hambre, ya sea síquica o corporalmente.
Ayudad, donde podáis ayudar y preservad al prójimo del sufrimiento, donde podáis, no dejéis jamás que el egoísmo hable primero, jamás dejéis pasar hambre al prójimo, en tanto que a vosotros dejáis que os vaya bien. Esto se ha de entender textualmente y también en sentido figurado, pues también una palabra amable, complaciente, una mirada bondadosa, un acto caritativo pueden refrescar a los hombres y reforzarlos, por eso haced todo lo posible. Practicad el amor al prójimo, y vuestra vida terrenal transcurrirá en armonía, se hará paz y concordia en vosotros y en vuestro derredor, y si todos los hombres vivieran correspondientemente a este mandamiento, sería en verdad el paraíso en la tierra. ¿ Mas qué aspecto tiene el mundo?
Todas las malas cualidades dominan los hombres; condicia, odio, envidia, discordia, falta de sinceridad y egoísmo, uno al otro no es amigo, sino enemigo, no se respeta uno al otro, sino que tratan de realzarse a sí mismo, no ponen una mano mitigadora sobre la herida, sino que golpean nuevas, y por eso el mal, siempre es mayor y los hombres se arrojan en la perdición. El cariño se ha enfriado entre los hombres, y eso es el fin. Porque donde ya no hay amor, toda sustancia se endurece, donde el corazón no puede más sentir amor, allí se pierde toda clase de entendimiento, es decir que toda la vida morirá también, pues sólo el amor es la única vida.
Vosotros hombres podéis por lo tanto vivir aún bien corporalmente, pero espritualmente ¡sí ! estáis muertos, si estáis desprovistos de todo amor. Cada vez de nuevo se os predicará el amor, no dejéis que esta exhortación se extinga en vuestro oído, sino sabed que ésta es la última llamada desde la altura; sabed que ya no queda más tiempo hasta el fin, mas vosotros seréis juzgados según vuestro amor. Por eso preocuparos, para que no tengáis que temer el Juicio. Ejercitaos en el amor al prójimo y adquirid por medio de él, la paz eterna.
Amén
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