Die weltliche Ordnung wieder herzustellen wird so lange unmöglich sein, wie Haß und Neid die Menschen erfüllt, denn diese sind Gott-widrige Eigenschaften, die jegliche Ordnung zerstören müssen, wie alles, was wider Gott ist, auch wider die göttliche Ordnung gerichtet ist. Und es ist der Zustand äußerster Lieblosigkeit, der sich niemals aufbauend bemerkbar macht, sondern immer zerstörend sich auswirkt. Verständlicherweise kann aber ein so zerstörender Zustand nicht auf die Dauer bleiben, und darum wird Gott Selbst ihn beenden, in einer Weise, die zwar auch die größte Unordnung bringt, jedoch von Gottes Weisheit erkannt wurde als einziges Mittel, die Ordnung wiederherzustellen. Die Menschheit selbst macht keine Anstalten, einen Kampf zu beenden, der über die ganze Welt Leid und grenzenloses Elend bringt. Folglich muß er in einer anderen Weise beendet werden; doch das Leid auf Erden wird nicht geringer werden, weil die Menschheit es benötigt. Es müssen die Menschen zur alten Ordnung zurückkehren, sie müssen wieder lernen, Verzicht zu leisten auf die Güter des Nächsten, deren Besitz sie anstreben und um diesen Besitz sie mit furchtbarsten Waffen kämpfen. Denn die Sucht nach irdischen Gütern brachte den Weltenbrand zustande, der schwerlich zu löschen ist.... Doch er bringt den Menschen keinen irdischen Gewinn, sondern vielmehr ungeheure irdische Verluste, über deren Umfang der Mensch nicht unterrichtet ist. Denn alle Triumphe sind mit unbeschreiblichen Verlusten erkauft worden, sowohl an irdischem Gut wie an Menschenleben. Doch die Menschheit ist abgestumpft diesen Verlusten gegenüber, sie beachtet nicht, was menschlicher Wille veranlaßt hat, also greift der göttliche Wille selbst ein, um eine gewaltsame Änderung des Weltgeschehens herbeizuführen.... weil ein Umschwung des Denkens der Menschen erst dann erzielt werden kann, wenn sie es spüren, daß sie selbst machtlos sind, daß eine Macht, die stärker ist als sie, ihnen die Zügel aus der Hand nimmt und ihren Willen völlig zunichte macht. Die geistige Dunkelheit, in der sie sich befinden, ist Anlaß ihres lieblosen Handelns, ihre Lieblosigkeit wieder Anlaß der Finsternis.... Und es muß blitzartig in ihnen die Erkenntnis auftauchen, daß ihr Denken verkehrt ist, daß sie falschen Zielen nachjagen und sich verrennen, so sie nicht umkehren zur göttlichen Ordnung und ihren Lebenswandel von Grund aus ändern. Und diesen Blitz der Erkenntnis soll ihnen der göttliche Eingriff bringen, wenngleich sie noch weit davon entfernt sind, zu glauben an eine höhere Macht, Die ihr Schicksal in der Hand hält.... Doch zum Glauben können sie nur durch Nachdenken gelangen, und das Denken soll angeregt werden, wenn sie sehen, daß alles anders kommt, als es nach menschlichem Ermessen vorauszusehen war. Es ist ein Chaos, geistig sowohl als irdisch, das Menschenwille heraufbeschworen hat und das ohne den Eingriff Gottes immer größer werden und zur endgültigen Vernichtung führen würde, weil die Menschheit nicht mehr die göttliche Ordnung achtet bis auf wenige, die Gott ergeben sind und Seinen Willen zu erfüllen trachten. Diese aber halten den Gang der Entwicklung nicht auf, sondern sind nur noch Anlaß zu verschärften Maßnahmen wider die göttliche Ordnung; und es ist die Zeit gekommen, wo die Menschheit sich dem Willen des Gegners von Gott unterwirft und immer liebloser wird im Denken und Handeln. Der Eingriff Gottes zieht unsägliches Leid und Elend nach sich, ist aber die einzige Möglichkeit, die Menschen wieder zur göttlichen Ordnung zurückzuführen und ihren geistigen Zustand zu wandeln, was zwar nur bei wenigen Menschen der Fall sein wird. Und darum rückt die Zeit der endgültigen Vernichtung dessen, was unbekehrbar ist, immer näher, wie es angekündigt ist in Wort und Schrift....
Amen
ÜbersetzerEstablecer el orden mundial se hace imposible, porque el odio y la envidia llena a los hombres, porque son ideas contra Dios que tienen que destruir cualquier orden, como todo lo que está contra Dios se dirige contra el orden divino. Y es el estado de una falta de amor extremo que no se puede establecer construyendo, sino destruyendo. Se entiende que un estado tan destructor no puede mantenerse siempre, y por esto Dios mismo lo va a finalizar de un modo que va a contraer un caos mayor, pero la sabiduría divina lo ha reconocido como único remedio para establecer el orden de nuevo. Los hombres mismos no se esfuerzan para terminar con una lucha que lleva sufrimiento y una miseria ilimitada sobre todo el mundo. A consecuencia tiene que ser finalizada de otro modo; pero el sufrimiento no se disminuirá en la tierra, porque los hombres lo necesitan. Los hombres tienen que dar la vuelta hacia el orden viejo, tienen que aprender nuevamente de renunciar a bienes cuya posición anhelan y por cuya posición están luchando con armas terribles. Porque la posición por bienes terrenales causaba el infierno mundial y difícilmente se eliminará.... Pero no conlleva al hombre una ganancia terrenal, sino mucho más a pérdidas terrestres terribles sobre su magnitud el hombre no está informado. Porque todos los triunfos fueron comprados con pérdidas terribles, tanto en bienes terrestres como en vidas humanas. Pero la humanidad está despuntado frente a estas pérdidas, no contempla lo que la voluntad humana causa, así la voluntad divina misma tiene que intervenir para llevar a cabo una transformación brutal de los sucesos mundiales.... porque un giro de la mente humana sólo se puede conseguir si sienten que son impotentes, que existe un poder que es más fuerte que ellos, que toma las riendas y que destruye por completo a su voluntad. La oscuridad espiritual en la cual se encuentra es la razón de sus actos sin amor, y esta falta de piedad causa nuevamente la oscuridad.... Y el conocimiento tiene que llegar como un relámpago que sus pensamientos están equivocados, que están persiguiendo metas falsas y que se pierden si no dan la vuelta hacia el orden divino cambiando su estilo de vida básicamente. Y este relámpago de iluminación de su mente debe traer la intervención divina, aunque estén muy alejados de creer en una fuerza superior que mantiene su destino en la mano.... Pero solo pueden llegar a la creencia pensando y este proceso debe ser activado si ven que todo viene de otra manera que con la mente humana calculada anteriormente. Es un caos, espiritualmente tanto como terrestre, que la voluntad del hombre ha contraído y esto deja hacer posible cada vez más la intervención de Dios y esto conlleva a la destrucción final, porque los hombres no respetan al orden divino, a pesar de solo unos pocos que están fieles a Dios y que intentan cumplir su voluntad. Pero aquellos no frenan al procedimiento, sino son razón para un aumento de medidas contra el orden divino; ha llegado el tiempo cuando la humanidad se somete a la voluntad del adversario de Dios y actúa y piensa cada vez con menos piedad. La intervención divina conlleva un sufrimiento y una miseria indecible, pero es la única oportunidad de hacer volver a los hombres al orden divino y hacerles cambiar su estado espiritual, pero esto solo va a pasar con algunos pocos. Y por esto el tiempo de la destrucción final de lo que no va a volver, se acerca cada vez más como está proclamado en palabra y por escrito....
amén
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