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Sonnenwelten.... Feuerspeiender Berg.... Eruptionen....

Im Einklang mit dem großen Schöpfungswerk steht auch das ganze Sonnensystem. Wollet ihr all die Sonnenwelten euch vergegenwärtigen, so bliebe euch wahrlich der Verstand stehen, denn es sind dies Dimensionen, welche die Denkfähigkeit des Menschen übersteigen. Schon die Erde in ihren Ausmaßen dünkt euch wesentlich umfangreicher, als ihr verstandesmäßig aufnehmen könnt. Doch ist die Erde nur winzig zu nennen, wollte man an ihr die Größe der kleinsten Sonnenwelten messen. In unendlichem Weltenraum sind aber wieder unzählige solcher Sonnenwelten, die wieder in ihrem Maß, Beschaffenheit und Art voneinander abweichen, jedoch in ihrer Endbestimmung alle dem gleichen Zweck dienen.... im beständigen Höher-Entwickeln der Wesenheiten, die, aus Gott entstanden, sich von Gott getrennt haben und wieder zu Gott finden sollen. Jeder Sonnenkörper ist in unendlicher Vergrößerung ein gleiches Schöpfungswerk wie die Erde.... Wenigen nur ist es verständlich, daß man die Sonne vergleichen kann mit einem feuerspeienden Berg.... Jedoch wird dieser Vergleich erst dann begreiflich sein, wenn man bedenkt, daß der Schöpfer auch das Erdinnere eines solchen Berges wohlweislich so gestaltet hat, daß Wesen ohne Zahl dieses als Aufenthaltsort haben.... und daß die Tätigkeit dieser Wesen darin besteht, unbegrenzte Eruptionen zustande zu bringen, durch welche wiederum die ganze Beschaffenheit des Berges steten Wandlungen ausgesetzt ist.... daß wieder ein Teil der Wesen sich seiner Umhüllung entäußern kann und ihm der Weg frei wird in andere Regionen auf und über der Erde. Infolgedessen läßt auch der Schöpfer solche Eruptionen mit vollem Willen zu, und wer durch solche Vorgänge das irdische Leben verliert, dessen Tätigkeit auf Erden war begrenzt und geht einer anderen Entwicklungsmöglichkeit entgegen. In ganz gleicher Weise sind auch die Sonnenwelten Schöpfungen, die der Herr zum Zwecke immer neu erstehender Weltkörper ins Weltall gesetzt hat. Eine jede Sonne ist in immerwährender Tätigkeit. In ihrem Inneren toben ungeahnte Kräfte, die fort und fort vermöge ihrer Elementargewalt Teile aus dem Inneren ins Weltall schleudern, die dort wieder von Geistwesen erfaßt und zu völlig freien, für sich tätigen Weltkörpern gestaltet und von schaffenden Geistwesen versehen werden mit allem, was wieder für darauf existieren-sollende Geschöpfe erforderlich ist. In gewissem Zusammenhang wird jeder solche Weltkörper aber immer mit der Sonne stehen, aus welcher er hervorgegangen ist. Genau wie der Auswurf des Feuer-speienden Berges wieder auf die Erdoberfläche zurückfällt kraft seiner Erdenschwere.... so wird auch der aus der Sonne gelöste Körper immer im Bereich dieser Sonne bleiben durch die Anziehungskraft dieser Sonne.... und wird von eben dieser Sonne auch fortgesetzt mit Licht und Wärme gespeist werden, ohne die kein Weltkörper im Weltall bestehen könnte. Nur wird die Bestimmung eines jeden Weltkörpers verschieden sein, indem durch immer andere Lebensbedingungen auch immer andere Erfolge gezeitigt werden und so eben die Geistwesen einen solchen Aufenthaltsort benötigen, die in gewisser Hinsicht sich fortentwickeln müssen.... also vom Schöpfer des Himmels und der Erde in Erkenntnis des ihnen Mangelnden dorthin gewiesen werden. Das Weltall ist endlos.... Der Geistwesen sind unzählige.... und so muß allen diesen immer wieder die Möglichkeit geboten werden, das ihnen gesetzte Ziel zu erreichen.... Daher glaubet nicht, daß nur das im Weltall besteht, was euren Augen sichtbar ist.... Endlos ist der Raum.... endlos ist die Macht Gottes.... und endlos Seine Liebe zu Seinen Geschöpfen.... Darum ist alles geschaffen aus der Liebe und der Macht Gottes....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Mundos solares - Erupciones de volcanes

Todo el sistema solar está en armonía con la gran Obra de la Creación. Si intentaseis haceros una idea del conjunto de todos los mundos solares, vuestra inteligencia se paralizaría pues las dimensiones a tener en cuenta superan vuestra facultad de pensar. Ya sólo la Tierra con las suyas y con sus particularidades sobrepasa los límites de vuestro horizonte mental. Ahora bien, la Tierra resulta diminuta si la comparáis con el más pequeño de los mundos solares. En el espacio infinito hay incontables mundos solares, todos distintos por lo que se refiere a tamaño, composición y características, aunque todos sirvan a la misma finalidad: el desarrollo continuo y la perfección de todos los seres que surgieron de Dios, que se separaron de Él y que deben encontrar el camino de regreso a Él. En este sentido cada mundo solar es una inmensa ampliación de la misma Obra de Creación en la que consiste la Tierra.

Pocos pueden imaginarse que se puede comparar el Sol con un volcán1. Para ello hay que tener presente que el Creador, por buenas razones, ha organizado incluso el interior de los volcanes de manera tal que incontables seres tienen en ellos su morada y su campo de actividad, actividad que consiste en producir erupciones, resultando de ello que la constitución íntegra de la montaña está en continuo cambio. Pues, mediante este proceso, también aquí parte de los seres pueden liberarse de su envoltura, con lo que tiene el camino libre a otras regiones de la Tierra o sobre ella. Por este mismo motivo esas erupciones se producen con la conformidad del Creador; y si en tales ocasiones alguien pierde su vida física, es porque su actividad en la Tierra estaba limitada y para poder entrar posteriormente en otra etapa de desarrollo. Los mundos solares son creaciones que el Señor ha colocado en el universo, para producir más cuerpos celestes. Cada Sol está en actividad continua. En su interior actúan desencadenadas fuerzas inimaginables que continuamente lanzan grandes cantidades de materia al espacio, las cuales son utilizadas por seres espirituales para formar nuevos astros con una existencia totalmente autónoma. Otros seres espirituales creativos proveen estos astros con todo lo necesario para permitir una futura población de criaturas. Aun siendo autónomo, cada astro mantendrá una cierta relación con el Sol del cual surgió. Así como las erupciones de un volcán vuelven a caer sobre la superficie de la Tierra por la fuerza de la gravedad, también el astro que surgió de un Sol permanecerá siempre en su ámbito a causa de la fuerza de atracción de ese Sol. Y el mismo Sol también le suministrará la luz y calor sin las cuales no podría subsistir ni un solo astro en todo el universo. La finalidad de cada astro es distinta y, según las condiciones de vida fijadas, los resultados son diferentes. Así cada astro es preparado de la manera adecuada para que en él puedan hospedarse seres que necesitan precisamente esas condiciones de vida para poder lograr un desarrollo específico.

El universo es infinito y hay incontables seres espirituales, a todos los cuales hay que darles la posibilidad de poder alcanzar la finalidad que le es propuesta en cada una de sus etapas de purificación. Por eso, ¡no creáis que el espacio se limita a aquello que está al alcance de vuestra vista!

Infinito es el espacio.

Infinito es el Poder del Señor.

Infinito es su Amor hacia sus criaturas.

Por esto, todo está creado por el Amor y el Poder de Dios.

Amén.

Übersetzer
Übersetzt durch: Meinhard Füssel