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L’Amore di Dio – La Protezione divina – Tempeste

Con quanta Cura e Provvidenza il Padre conduce i Suoi veri figli attraverso la vita terrena, attraverso tutti i pericoli e li protegge da grave miseria, sia fisicamente che spiritualmente, perché il Padre nel cielo ama questi Suoi figli che Lo desiderano continuamente e si sforzano con tutte le forze di servirGli e di adempiere la Sua Volontà. Perciò non temete e non indugiate nemmeno in tempi di miseria terrena, perché il Signore la lascia passare oltre a voi ed Egli fa in modo che non vi prema e che troviate sempre l’Aiuto. Questo vi deve essere di consolazione e dovete guardare al futuro con cuore gioioso perché sempre, ovunque sia, il Padre vi concede la Sua Protezione, perciò non siete mai abbandonati, anche se sembra che intorno a voi minacci tutto di crollare. Colui che si raccomanda al Padre nel Cielo e supplica per la Sua Grazia, è nella Custodia più sicura, perché una preghiera di fede inviata in Alto a Lui viene esaudita. Passerà ancora qualche tempesta su di voi, ma dopo splenderà sempre di nuovo il sole ed una soave calma ed un Cielo senza nuvole faranno impallidire sempre di nuovo il ricordo alle tempeste passate. Ricordate che anche queste tempeste devono avvenire perché il Signore che comanda su vita e morte ha anche queste tempeste nel Suo Potere, e quando Egli concede l’infuriare degli elementi, ha anche sempre soltanto per Scopo una purificazione di tutto ciò che è destinato ad un agire più alto. Dapprima Egli elimina tutte le impurità, affinché per l’essere sia libera la via alla perfezione. E di tali tempeste devono venire ancora molte sull’umanità, perciò non dovete essere timidi e scoraggiati. Finché vi dimostrate degni dell’Amore di Dio, Egli tiene anche su di voi la Sua Mano Protettrice, così vi dovete esercitare nell’amore, perché con ciò testimoniate a Lui la vostra volontà ed annunciate anche il vostro amore per Lui. Egli vi proteggerà da ogni pericolo e ri rivolgerà anche il Suo Amore.

Amen

Amor de Dios.... Protección divina.... Tormentas....

Con qué cautela y cuidado lleva el Padre a sus verdaderos hijos a través de la vida en la tierra.... a través de todos los peligros y los protege de la extrema necesidad, tanto corporal como también espiritualmente.... Porque el Padre en el cielo ama a estos hijos Suyos, que Le anhelan constantemente y se esfuerzan lo mejor que puedan para servirle y obedecer Su voluntad. Y por tanto, no os preocupéis ni vaciléis, incluso en los momentos de tribulación terrenal, porque el Señor hace que estos pasen de vuestro lado y hará que no os agobien y que siempre encontréis ayuda....

Y este debe ser vuestro consuelo, y debéis mirar al futuro con el corazón alegre, porque dondequiera que esté, el Padre os concede Su protección, por eso nunca sois abandonados, también puede parecer que todo a vuestro alrededor amenaza con colapsar. El que se encomienda al Padre que está en el cielo e implora Su misericordia está en la más segura protección, porque Él no deja sin respuesta una oración enviada con fe. Muchas tormentas probablemente todavía pasarán sobre vosotros, pero después siempre brillará el sol de nuevo, y una y otra vez una suave calma y un cielo sin nubes harán que el recuerdo de las tormentas anteriores se desvanezcan....

Y considerad, que estas tempestades también tienen que ser, porque el Señor, Que manda sobre la vida y la muerte, también tiene estas tempestades en Su poder, y si permite que los elementos se enfurecen, también sólo pretende una purificación de todo lo que ha destinado para mayor actividad. Él separa de antemano todo lo que es injusto, para que el camino a la perfección se vuelva libre para el ser. Y de tales tormentas aún tienen que pasar muchas sobre la humanidad, y es por eso que no debéis vacilar y volveros pusilánimes. Mientras os mostréis dignos del amor de Dios, él también tiene Su mano protectora sobre vosotros, y por tanto debéis practicar el amor, porque con eso Le testificáis vuestra voluntad y también Le declaráis vuestro amor. Y Él os protegerá de todo peligro y también os dará Su amor....

amén