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La bendición de la duda.... Verdad....n

El hecho de que las dudas se cuelen repetidamente en vuestros corazones es beneficioso en la medida en que os hace reflexionar sobre cuestiones que os conmueven, y que ahora también podéis ser influenciados mentalmente de seres que se esfuerzan por resolver vuestras dudas. Sin embargo, solo deben comprenderse tales dudas que atormentan a un buscador serio, que animan a indagar y cuestionar constantemente.... no aquellas dudas que los seres humanos indiferentes utilizan para justificar el rechazo del conocimiento que se les ofrece porque no lo desean en absoluto y, por lo tanto, nunca quieren reconocer a un portador de la verdad. Sus dudas no son más que excusas y una forma de huir de vuelta a la oscuridad.

Sin embargo, quienes buscan con seriedad no se conforman fácilmente, y sus dudas pueden convertirse en una bendición, pues no abandonan sus preguntas. Este mismo hecho brinda a los seres de luz la oportunidad de influir continuamente en ellos mentalmente hasta que su pensamiento se aclara y lo que antes les parecía todavía dudoso. Además, un ser humano pensativo generalmente no es superficial, por lo que no rechaza simplemente lo que le parece creíble, sino que profundiza antes de rechace por completo una enseñanza que ha recibido.

Así pues, la duda puede conducir a la clarificación; también puede proteger contra la aceptación del error, si uno se esfuerza por caminar en la verdad. Por lo tanto, quien expresa dudas no debe ser condenado, pues tales dudas solo dan testimonio de una seriedad justificada. Pero también debe considerar la posibilidad y no descansar hasta haber llegado interiormente a la plena convicción de que puede aceptar el conocimiento como verdad o rechazarlo definitivamente como error. Y la duda le ayuda a alcanzar esta convicción.

Un ser humano que se cree sabiendo ya no puede ser instruido, pues ya no se abre a las corrientes del mundo de la luz, él deja que solo si intelecto se pone activo, pero no escucha lo que le susurran los que poseen conocimiento. En cambio, un ser humano que duda escucha, pregunta y probablemente también cree poder resolver sus dudas intelectualmente. Pero en cuanto se esfuerza seriamente por alcanzar la verdad, puede confiar en que su pensamiento también está guiado correctamente, pues el ser humano que busca la verdad seriamente tiene esta garantía, porque Dios, como Verdad Eterna, también Se deja encontrar por él.

Por lo tanto, el ser humano mismo también determina el valor de su conocimiento, que él se apropia como propiedad intelectual suya, pues este valor depende únicamente de la intensidad de su deseo de verdad. Y también de ello debe rendir cuentas él mismo, ya que todos saben que “la gente puede equivocarse”, que él no puede confiar en un conocimiento que otros le imparten y que, por consiguiente, también tiene que estar dispuesto a renunciar a ese conocimiento si puede acceder a la “verdad pura”.

Y solo puede desear y recibir la verdad pura donde reside la Fuente de la Verdad. Por lo tanto, también tiene que presentar primero a Dios el conocimiento que ya ha recibido anteriormente y pedirle, que le permita a él reconocer claramente en cuanto este conocimiento corresponde a la verdad. Y Dios escuchará verdaderamente a esta petición y quizá incluso siembre dudas en su corazón, porque solo entonces puede tener lugar la transmisión de la verdad pura, cuando el ser humano se abre a recibir de la Fuente Suprema lo que anhela: la verdad pura de Dios.

Este se refiere principalmente al conocimiento espiritual, pero también terrenalmente los pensamientos del ser humano ahora serán guiados correctamente, que ha emprendido este camino hacia Dios, hacia la Fuente de la Verdad. Y la profunda certeza interior, la firme convicción que ahora lo llena, es la mejor garantía de que ha ido por el buen camino, pues ningún argumento contrario podrá hacerle tambalear en su perspectiva; también podrá defender su convicción ante sus semejantes y ahora él ya no entrará nuevamente en dudas.... a menos que surjan nuevos problemas, los cuales resolverá con confianza del mismo modo.... Porque Dios da la verdad a quienes la desean seriamente, pero se la niega a quienes confían en sus propias fuerzas, quienes pretenden comprender intelectualmente lo que solo Dios sabe....

The blessing of doubting.... Truth....

The fact that doubts creep into your hearts time and again is insofar favourable as that you will think about the questions that move you and subsequently can also be influenced by the beings which try to clarify your doubts. However, only such doubts are meant by this which befall a serious seeker, which motivate a person to keep searching and asking for more.... and not those doubts which makes indifferent people feel justified into rejecting the information offered to them because they don't actually desire it, who will therefore never acknowledge a bearer of truth. Their doubts are merely excuses and an escape into darkness again. Serious seekers, however, are not instantly satisfied and their doubts can become a blessing for them since they do not stop questioning, and precisely this provides the beings of light with the opportunity to mentally influence them time and again until their thinking becomes clarified and what previously had still been doubtful to them will become a conviction. The thinking human being will generally not be superficial either by simply dismissing what does not seem credible to him, but he will dig deeper before he completely rejects a teaching he has received. Thus doubt can lead to clarification as well as protection against the acceptance of errors if a person endeavours to know the truth. This is why a person should not be condemned by voicing reservations, for they only testify to genuine seriousness. But he should also consider the possibility and not rest until he has completely gained an inner conviction so that he can either accept the information as truth or safely dismiss it as error. And doubts help him in order to gain this conviction. A person who deems himself knowledgeable cannot be instructed anymore, for he is no longer receptive to the currents from the world of light, he only uses his intellect but he doesn't hear what is whispered to him by enlightened beings.

However, someone who doubts listens within, he asks questions and then certainly also believes that he is able to solve these doubts himself in an intellectual way, but as soon as he seriously strives for the truth he can rely on the fact that his thinking will be guided correctly, for the serious seeker of truth has this guarantee, because God as the Eternal Truth will also allow Himself to be found by him. This is why the human being determines the value of knowledge he acquires himself.... since it only depends on how seriously he desires the truth. And for this, too, he should give account to himself, for everyone knows that 'people can err'.... that he therefore cannot rely on knowledge he has received from other people, and that he therefore must also be willing to relinquish that knowledge if he can receive the 'pure truth'. And he can only ever desire and receive pure truth at the source of the truth. Hence he must inform God of the knowledge he received previously and appeal to him for clarification as to what extent it corresponds to truth. And God will truly grant this appeal and perhaps even place doubts into his heart, for the transmission of pure truth can only take place if the person opens himself in order to receive what he desires from the highest source: the pure truth from God.... This mainly concerns spiritual knowledge, but even earthly thoughts will be guided correctly in a person who has taken this path to God, to the source of truth. And the profound inner certainty, the firm conviction, which he will then feel is the best assurance that he has taken the right path, for no objection to the contrary will be able to shake his point of view, he will also be able to maintain it towards his fellow human beings without doubting it again.... unless new problems arise which he will also safely be able to solve again in the same way.... For God gives the truth to all who merely desire it sincerely but withholds it from those who rely on their own strength, who try to intellectually ascertain that which is known by God alone....

Amen