Cada uno de vosotros está obligado a salvar a su prójimo cuando está en peligro. A estar a su lado para que pueda escapar de este peligro... Eso es lo que dicta la caridad, aunque no podréis ser obligados a brindar tal ayuda; pero algún día tendréis que responder ante Dios si habéis fallado en esto. Porque todos vosotros sois hijos de un Padre, y si amáis al Padre, también debéis amaros los unos a los otros...
Pero el amor asegura protección y guardia a los demás seres humanos, y el amor también siempre encuentra una salida, un medio para evitar el peligro, porque el amor es irradiación divina, y Dios sabe verdaderamente de qué manera se puede ayudar. Y la irradiación de amor de Dios también transfiere este conocimiento a la persona que quiere ayudar... Pero mayoritariamente los hombres viven en plena indiferencia unos con otros de la suerte del otro. Y el mandamiento de amar al prójimo es un concepto vacío para ellos. La necesidad y el peligro del semejante no les afectan, y la voluntad de ayudar se ha bajado al mínimo... porque los hombres no tienen amor.
Solo las obras voluntarias de amor conllevan ricas bendiciones para la eternidad... Si se las descuidan, también se suspende la riqueza espiritual y la gente se mantiene pobre y se espíritu oscurecido. Pero si el semejante obviamente está en peligro y vosotros pasáis de largo por esta emergencia con indiferencia, entonces os habéis cargado con un pecado grave y no solo habéis omitido un acto de amor, porque esta omisión os será acreditada, como si vosotros mismos hubierais puesto en peligro a vuestro prójimo...
Ya sea un peligro espiritual o terrenal lo que amenaza a vuestro semejante, estáis obligados a prevenir este peligro, si está en vuestro poder... así como también estáis obligados a proteger la vida de vuestro prójimo si hay peligro. Pero si os alejáis de mala gana, entonces os cargáis con una tremenda deuda, por la que debéis responder y por la que también tenéis que pagar y podéis estar agradecidos si se os ofrece todavía la oportunidad en la vida terrenal para pagarla...
El deber es siempre solo para con Dios, porque la gente no puede obligaros a hacer obras de amor. Pero lo que solo hacéis porque el poder terrenal os lo ordena, pero eso no os libera de vuestra responsabilidad ante Dios y eso tampoco os trae ninguna riqueza espiritual... Pero vosotros mismos estaríais felices de encontrar un ayudante en el mismo peligro y, por lo tanto, sabéis exactamente cómo apreciar el valor de tal ayuda... y si ahora falláis, es esto un señal de la mayor falta de amor, es una prueba repetida de vuestra actitud, que todavía sigue siendo completamente influenciada por el oponente de Dios. Por eso todos vosotros tenéis una cierta obligación hacia vuestro vecino cuando está en peligro...
Y así ahora también sabréis que Dios no os condenará si tomáis las armas en caso de un emergencia, tan pronto como solo queráis evitar un peligro, tan pronto como queráis proteger a vuestro vecino cuando su vida se vea amenazada... Pero también sólo entonces actuáis agradando a Dios, pero los motivos nunca deben estar en el amor propio... La vida de la persona individual debe ser sagrada para todos vosotros, porque Dios os la dio para que pudierais madurar, para que podáis recuperar la perfección... Pero donde esta vida está en peligro, allí el hombre tiene que ponerse de lado del que está en peligro y buscar preservar su vida... Y entonces, incluso un acto aparentemente malvado no será contrario a la voluntad de Dios...
amén
TraductorJeder von euch ist verpflichtet, den Nächsten zu retten, wenn er sich in Gefahr befindet, ihm beizustehen, daß er dieser Gefahr entrinnen kann.... Das gebietet die Nächstenliebe, wenngleich ihr nicht gezwungen werden könnet zu solchen Hilfeleistungen; aber vor Gott werdet ihr euch einst verantworten müssen, wenn ihr dies versäumt habt. Denn ihr seid alle Kinder eines Vaters, und so ihr den Vater liebet, müsset ihr euch auch untereinander lieben.... Die Liebe aber sichert Schutz und Schirm dem Nebenmenschen, und die Liebe findet auch immer einen Ausweg, ein Mittel, die Gefahr abzuwenden, denn die Liebe ist göttliche Ausstrahlung, und Gott weiß es wahrlich, in welcher Weise Hilfe geleistet werden kann, und die Liebestrahlung Gottes überträgt auch dieses Wissen auf den Menschen, der helfen will.... Zumeist aber leben die Menschen nebeneinander in völliger Gleichgültigkeit des Schicksals des anderen. Und das Gebot der Nächstenliebe ist ihnen ein leerer Begriff. Not und Gefahr des Mitmenschen berühren sie nicht, und der Hilfswille ist auf ein Minimum herabgesunken.... weil die Menschen ohne Liebe sind. Freiwillige Liebewerke allein tragen reichen Segen für die Ewigkeit.... Werden sie unterlassen, so fällt auch der geistige Reichtum aus, und die Menschen sind arm und finsteren Geistes. Ist aber offensichtlich der Nebenmensch in Gefahr und geht ihr an diesem Notfall teilnahmslos vorüber, so habt ihr eine schwere Sünde auf euch geladen und nicht nur ein Liebewerk unterlassen, denn es wird euch diese Unterlassung angerechnet, als hättet ihr selbst den Mitmenschen in Gefahr gebracht.... Sei es nun eine geistige oder eine irdische Gefahr, die dem Mitmenschen droht, ihr seid verpflichtet, diese Gefahr zu verhüten, wenn dies in eurer Macht liegt.... wie ihr auch verpflichtet seid, das Leben des Mitmenschen zu schützen, wenn es in Gefahr ist. Wendet ihr euch nur unwillig ab, so ladet ihr eine ungeheure Schuld auf euch, für die ihr euch verantworten müsset und die ihr auch abtragen müsset und dankbar sein dürfet, wenn euch dazu im Erdenleben noch Gelegenheit geboten wird.... Die Pflicht besteht zwar immer nur Gott gegenüber, denn von Menschen könnet ihr nicht gezwungen werden zu Liebewerken. Was ihr aber nur deshalb tut, weil euch irdische Macht dies gebietet, das befreit euch nicht von der Verantwortung Gott gegenüber und das trägt euch auch keine geistigen Reichtümer ein.... Ihr selbst aber wäret glücklich, in gleicher Gefahr einen Helfer zu finden und darum wisset ihr auch genau den Wert einer solchen Hilfe zu schätzen.... Und versaget ihr nun, so ist das ein Zeichen größter Lieblosigkeit, es ist ein erneuter Beweis eurer Gesinnung, die vom Gegner Gottes noch völlig beeinflußt wird. Darum also habt ihr alle eine gewisse Verpflichtung eurem Nächsten gegenüber, wenn er in Gefahr sich befindet.... Und so werdet ihr nun auch wissen, daß Gott euch nicht verdammen wird, wenn ihr im Notfall zu den Waffen greifet, sowie ihr nur eine Gefahr abwenden wollet, sowie ihr euren Nächsten schützen wollet, wenn dessen Leben bedroht ist.... Doch auch nur dann handelt ihr gottgefällig, niemals aber dürfen die Motive in der Selbstliebe liegen.... Das Leben des einzelnen Menschen soll euch allen heilig sein, denn Gott gab es euch, auf daß ihr ausreifet, auf daß ihr die Vollkommenheit wiedererlanget.... Wo aber dieses Leben in Gefahr ist, dort muß sich der Mensch auf Seite des Gefährdeten stellen und ihm sein Leben zu erhalten suchen.... Und dann wird auch eine scheinbar üble Tat nicht dem Willen Gottes zuwidergerichtet sein....
Amen
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