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El llamado constante de Dios....

Los seres humanos se han alejado tanto de Mí que Mi llamado apenas toca sus oídos, que probablemente aún son capaces de oírlo, pero no son conscientes de que tienen que prestarle atención y que, por lo tanto, lo dejan resonar dentro de ellos, porque les llegan otros sonidos a los que siguen voluntariamente.... La voz del mundo es escuchada por todos, y sólo unos pocos cierran sus oídos, pero Mi voz se pierde, porque no se impone; llama y advierte, seduce y amonesta de manera amorosa, sin ejercer ninguna coerción sobre los humanos, porque debe ser escuchada voluntariamente para que traiga resultados beneficiosos....

Pero cuanto más lejos está un ser humano de Mí, más débil es el efecto de Mi voz, y por lo tanto, Mis portadores de luz tendrán poco éxito con aquellos cuyo estilo de vida sin amor delata su gran distancia de Mí.... Porque incluso si Mi Palabra les llega, no se sienten conmovidos por ella; para ellos es sólo un sonido vacío, que los perturba mucho de lo que les beneficia. Sin embargo, intenta una y otra vez ser escuchado.... Reúno repetidamente mis portadores de luz con ellos, Yo mismo les hablo a través de Mis siervos, y de vez en cuando logro que alguien se detenga y escuche.... Este éxito sólo se registrará en raras ocasiones, y sin embargo, no debe dejarse nada sin hacer si se quiere salvar aunque sólo sea una sola alma de la destrucción.

El que Me ha dado por vencido difícilmente encontrará el camino de regreso a Mí, y entonces se requiere todavía pedios poderosos, que también emplearé antes de que llegue el fin. Mi voz entonces resonará fuerte y audible, confirmando únicamente lo que previamente les fue anunciado.... Mi preocupación siempre está con aquellos que aún están lejos de Mí y no tienen idea de lo que esta gran distancia significa para ellos. No me rendiré con nadie hasta el final, y si tan sólo logro que Me escuchen conscientemente una vez, Mis Palabras serán tan poderosas que no quedarán sin éxito.

Pero a menudo esto no es posible, pues no les quito el libre albedrío, y se requiere el libre albedrío para escucharme sin resistencia. Pero entonces mi Palabra tiene gran poder y ya no soltará al ser humano, y en la hora del fin, si no antes, él enviará un llamado lleno de miedo hacia Mí arriba, que, por salir del corazón, será escuchado por Mí, y se le evitará lo último: un nuevo destierro en la materia. Sólo quiero salvar a los humanos de esto, sólo quiero lograr esto: que Me encuentren de antemano, que pueda llamarlos antes del fin.... que no estén entre los que tienen que languidecer eternamente en la falta de libertad y la oscuridad.

Por eso se debe aprovechar todavía el corto tiempo de gracia, y vosotros, Mis siervos en la Tierra, debéis recordar que cada alma salvada significa una alegría infinita para Mí, porque no quiero que este ser sufra y será desterrado de nuevo.... Debéis hacer todo lo posible para que Mi Palabra sea accesible a los que están lejos de Mí.... Debéis aprovechar todas las posibilidades de actuar en Mi nombre, debéis saber que Mi bendición estará siempre descansa sobre vosotros y vuestro comienzo, porque sólo lleváis a cabo Mi voluntad cuando os ocupáis de aquellos a quienes quisiera dirigirme, pero no puede dirigirme sin vuestra cooperación, porque se alejan de Mí y no escuchan Mi llamado.

También tenéis acceso a aquellos a quienes se Me niega el acceso, y podéis hablar con ellos de forma puramente humana e informarles de Mi obra en vosotros y en vosotros. No os creerán, pero no os escucharán, sino sólo de vez en cuando y algo podrá penetrar en ellos lo que entonces sale a la superficie cuando haya llegado el momento que anuncio continuamente. Y entonces una semilla puede brotar, una pequeña planta puede germinar y aspirar a la luz.... Un ser humano puede reconocerlo en un instante antes del fin y entonces refugiarse en Mí.... Y aceptaré a todo aquel que aún venga a Mí, porque quiero salvar, pero no condenar eternamente....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Gottes ständiger Lockruf....

Die Menschen haben sich so weit von Mir entfernt, daß Mein Lockruf kaum ihre Ohren berührt, daß sie ihn wohl noch zu hören vermögen, doch sie sich nicht bewußt werden, daß sie ihm Beachtung schenken müssen und daß sie darum ihn an sich vertönen lassen, weil andere Laute auf sie eindringen, denen sie willig Folge leisten.... Die Stimme der Welt wird von allen gehört, und ihr verschließen nur wenige das Ohr, Meine Stimme aber geht verloren, denn sie drängt sich nicht auf, sie rufet und warnet, sie locket und mahnet in liebevoller Weise, ohne jedoch einen Zwang auszuüben auf den Menschen, denn sie muß willig angehört werden, wenn sie segensreichen Erfolg bringen soll.... Je entfernter aber der Mensch ist von Mir, desto schwächer ist die Wirkung Meiner Stimme, und darum werden auch Meine Lichtträger bei denen wenig Erfolg verzeichnen können, deren liebloser Lebenswandel die weite Entfernung von Mir verrät.... Denn ob diesen auch Mein Wort nahegebracht wird, sie fühlen sich nicht davon berührt, es ist für sie nur leerer Schall, der sie weit eher stört als sie wohltätig beeinflußt. Dennoch versuche Ich immer wieder, Gehör zu finden.... Ich führe Meine Lichtträger immer wieder mit jenen zusammen, Ich spreche sie selbst an durch Meine Diener und erreiche doch hin und wieder, daß ein Mensch stutzig wird und aufhorchet.... Selten nur wird dieser Erfolg zu verzeichnen sein, und doch soll nichts unterlassen werden, wenn auch nur eine Seele gerettet wird vor dem Untergang. Wer Mich aufgegeben hat, wird schwerlich wieder zu Mir finden, und es bedarf dann noch ganz gewaltiger Mittel, die Ich auch noch anwende, bevor das Ende kommt. Meine Stimme wird dann laut und vernehmlich ertönen und nur bestätigen, was zuvor in leiser Ansprache ihnen verkündet wurde.... Immer gilt Meine Sorge denen, die Mir noch fernstehen und nicht ahnen, was diese weite Entfernung für sie bedeutet.... Ich gebe keinen Menschen auf bis zum Ende, und so es Mir nur gelingt, daß sie einmal bewußt Mich anhören, werden Meine Worte so eindringlich sein, daß sie nicht ohne Erfolg bleiben. Aber oft ist dies nicht möglich, denn die Freiheit ihres Willens nehme Ich ihnen nicht, und es gehört der freie Wille dazu, Mich ohne Widerstand anzuhören. Dann aber hat Mein Wort große Kraft, es läßt den Menschen nicht mehr los, und er wird, wenn nicht eher, in der Stunde des Endes einen angstvollen Ruf zu Mir emporsenden, der.... weil er aus dem Herzen kommt.... gehört wird von Mir und ihm das letzte erspart bleibt.... die Neubannung in der Materie.... Nur davor möchte Ich die Menschen erretten, nur das möchte Ich erreichen, daß sie vorher noch zu Mir finden, daß Ich sie noch abrufen kann, ehe das Ende da ist.... daß sie nicht zu jenen gehören, die endlose Zeiten wieder schmachten müssen in Unfreiheit und Finsternis.... Die kurze Gnadenzeit bis zum Ende soll darum noch ausgenützt werden, und ihr, Meine Diener auf Erden, sollet daran denken, daß jede gerettete Seele für Mich eine unendliche Freude bedeutet, weil Ich nicht will, daß das Wesen leidet und aufs neue gebannt werde.... Ihr sollet alles tun, um Mein Wort denen zugänglich zu machen, die Mir fernstehen.... Ihr sollet alle Möglichkeiten erschöpfen, in Meinem Namen tätig zu sein; ihr sollet wissen, daß immer Mein Segen auf euch und eurem Beginnen liegen wird, weil ihr nur Meinen Willen zur Ausführung bringt, wenn ihr euch derer annehmet, die Ich ansprechen möchte, aber ohne eure Mitwirkung sie nicht ansprechen kann, weil sie sich von Mir entfernen und Meinen Lockruf nicht hören. Ihr habt Zugang auch zu jenen, wo Mir der Zugang verwehrt wird, und ihr könnet rein menschlich mit ihnen sprechen und sie in Kenntnis setzen von Meinem Wirken an und in euch. Sie werden euch nicht glauben, aber sie werden euch doch vorübergehend ihre Ohren öffnen, und es kann etwas in sie eindringen, was dann an die Oberfläche kommt, wenn die Zeit da ist, die Ich ankünde fort und fort. Und dann noch kann ein Samenkorn aufgehen, es kann ein winziges Pflänzchen aufkeimen und dem Licht zustreben.... Es kann ein Mensch blitzartig noch erkennen vor dem Ende und zu Mir dann seine Zuflucht nehmen.... Und Ich will jeden annehmen, der dann noch zu Mir kommt, denn Ich will erretten, nicht aber ewiglich verdammen....

Amen

Traductor
This is an original publication by Bertha Dudde