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Persecución de los discípulos del tiempo final

Vosotros seréis atacados de la forma más violenta igual que Mis primeros discípulos, cuando haya llegado el tiempo en donde se trata de decidirse por Mí o contra Mí. Entonces cada uno que es por Mí, tendrá muchos enemigos el que Me defiende a Mí y a Mi Doctrina ante el mundo, y para entonces vaís a necesitar mucha fuerza, para poder hacer resistencia frente a las exigencias del mundo, de renunciar a Mí y retractando todo lo que hasta ahora habéis sostenido. Pero vosotros no temeréis al igual que Mis primeros discípulos pues, igual que ellos estaréis realizados de Mi Espíritu, confesando alegremente quien es vuestro Señor. Y vuestra voluntad será siempre, el continuar siéndome fieles, y puesto que sabéis sobre Mi Poder y Fuerza también, de modo que no temeréis a ninguno, que si bien pueden matar vuestro cuerpo, pero no a vuestra alma.

Y Yo quiero por eso bendeciros de que alcéis Mi Nombre, que confeséis ante vuestros semejantes, que únicamente Yo soy vuestra fortaleza. Es cierto que como Mis discípulos estaréis perseguidos, sin embargo, no sentiréis las vejaciones tanto y todo lo que os quiere hacer el enemigo a vuestra alma rebotará en vosotros, porque el escudo de la fe os cubre. E igualmente como Mis primeros discípulos, ganaréis también aún hombres para Mí, que mediante vuestro ejemplo serán guiados a la fe, que al reconocer una gran fuerza en Mi Nombre, volutariamente se entregan a Mí.

Y también estos recibirán la recompensa todavía, que Yo he prometido a todos los que creen en Mí, ellos también cosecharán la vida eterna y serán acogidos en el Reino de la Luz. Pero sólo los que Me confiesan públicamente, los que Me han encontrado, a los que Mi Palabra les ha llevado la Luz, que por su amor han alcanzado la fe viva, y que por lo tanto están también en la plena convicción de que Yo los salvo de todo apuro del cuerpo y del alma.

Sin embargo, el que no ha alcanzado esa profunda fe viva hasta el tiempo de la lucha por la fe, ese renuncia fácilmente a Mí, el mundo lo atrae aún más, y entrega irreflexivamente por eso, lo que para él debiera ser lo más alto en esta tierra, renuncia a Mí, porque no Me ha reconocido bien jamás.

Mas vosotros, Mis discípulos del tiempo del fin, vosotros debéis perseverar, y la fuerza para ello os será en abundancia dirigida, porque vuestra voluntad en permenecer siéndome fieles, os garantiza también Mi ayuda y Mi aprovisionamiento de fuerza y energía en medida ilimitada. En caso de que vosotros no pertenezcáis a los que Yo arrebataré, podéis perder sólo la vida, pero ésta no acabará antes, hasta que sea Mi Voluntad, pero entonces cambiáis en cambio una vida deliciosa en el reino espiritual.

Mas a Mí, vosotros Mis discípulos, no Me daréis a cambio de las promesas tan grandes que por parte de aquellos os den, que si bien pueden dar bienes terrenales, pero la eterna Bienaventuanza no os pueden dar.

En esta tierra sí que tendréis que luchar todavía, pero el triunfo es vuestro con seguridad, porque lucháis Conmigo y por Mí, lucháis por Mi Nombre y Mi Doctrina, combatís por la Verdad, por la Luz y con eso para vuestra Bienaventuranza también.

Amén

Persecuzione dei discepoli nel tempo della fine

Voi verrete attaccati con veemenza come i Miei primi discepoli, quando sarà venuto il tempo, dato che si tratta di decidere, per o contro di Me. Allora ognuno che è per Me. che sostiene Me ed il Mio Nome davanti al mondo, verrà attaccato, ed allora avrete bisogno di molta forza per poter porre resistenza nei confronti degli inviti mondani di rinunciare a Me e di rinnegare tutto ciò che avete finora sostenuto. Ma non sarete impauriti, perché come i Miei primi discepoli, colmi del Mio Spirito, ammetterete gioiosi, chi è il vostro Signore. E la vostra volontà sarà sempre di rimanere fedeli a Me, e dato che sapete anche della Mia Potenza e Forza, non temerete coloro che possono bensì uccidere il vostro corpo, ma non la vostra anima. E vi voglio benedire per questo, perché tenete in alto il Mio Nome, perché ammettete nei confronti dei vostri prossimi che Sono Io unicamente la vostra forza. Verrete perseguitati come i Miei primi discepoli, ma non sentirete così l’afflizione, e tutto ciò che vuole fare il nemico alla vostra anima, rimbalzerà da voi, perché vi copre lo scudo della fede. E come i Miei primi discepoli, allora conquisterete ancora degli uomini per Me, che vengono guidati dalla fede mediante il vostro esempio, che riconoscono nel Mio Nome una Forza, alla quale si concedono poi volontariamente. Ed anche questi otterranno ancora la ricompensa, che ho promesso a tutti coloro che credono in Me, anche loro mieteranno la Vita eterna e verranno accolti nel Regno di Luce. Ma Mi riconosceranno apertamente soltanto coloro che Mi hanno trovato, a cui la Mia Parola ha portato la Luce, che sono giunti alla viva fede mediante l’amore, e che sono anche perciò totalmente convinti che li salvo da ogni miseria del corpo e dell’anima. E chi non ha raggiunto questa profonda, viva fede fino al tempo della lotta di fede, costui rinuncia facilmente a Me, costui è ancora più attratto dal mondo, e perciò rinuncia anche spensieratamente ciò che dovrebbe essergli la Cosa più Alta su questa Terra, egli rinuncia a Me, perché non Mi ha mai veramente riconosciuto. Ma voi, Miei discepoli del tempo della fine, dovete resistere, e per questo vi giungerà anche riccamente la Forza, perché la vostra volontà di rimanerMi fedeli, vi garantisce anche il Mio Aiuto ed il Mio Apporto di Forza in illimitata misura. Voi potete soltanto perdere la vita terrena, se non appartenete a coloro che rimuoverò, ma anche questa non sarà terminata prima finché non sia la Mia Volontà, ma allora voi la scambierete con una Vita meravigliosa nel Regno spirituale. Ma non rinuncerete mai più a Me, per qualsiasi grande promessa da parte di colui che può bensì darvi dei beni terreni, ma non l’eterna Beatitudine. Dovrete ancora lottare su questa Terra, ma la vittoria vi è sicura, perché combattete con Me e per Me, voi lottate per il Mio Nome e la Mia Dottrina, voi combattete per la Verità, per la Luce e con ciò anche per la vostra beatitudine.

Amen