B.D.-Nr. 6967
Vosotros os encontráis en servidumbre espiritual, mientras vuestra voluntad sea coaccionada por parte de vuestros semejantes, mientras no se os conceda el derecho a poder decidir libremente. Por lo tanto, jamás podrá ser Mi voluntad que, bajo amenazas de castigos eternos, que se os inducirá a aceptar o rechazar lo que se os prescribe. Debéis tomar vuestras decisiones con total libertad, pues es vuestra libertad que debe decidirse; es decir, cada individuo debe tomar sus propias decisiones, pues esta determina el destino del alma después de la muerte.
Yo Mismo no os obligo, ni tampoco os he dado mandamientos algunos que podrían perjudicar vuestra voluntad.... Pues incluso mis mandamientos de amor requieren vuestro libre albedrío, ya que el amor no se puede coaccionar, lo que tiene que entender cada ser humano. Sin embargo, es el amor que primero abre el conocimiento de la verdad. Por lo tanto, de nada os sirve a vosotros, los humanos, cuando se os describe lo qué debéis creer, lo que debéis aceptar como verdad. Pues solo un ser humano que vive en el amor podrá juzgar si las doctrinas de fe que se os transmiten corresponden a la verdad.
Y este examen tiene que ser realizado por cada ser humano mismo, sin que prohibiciones ni mandamientos lo impidan.... Pues esto último es “coerción espiritual”. Y dicha coerción ha llevado a los seres humanos a moverse en una maraña de falsas doctrinas, y ellos mismos no se esfuerzan por encontrar la salida, por temor a los “castigos” que se les amenazan. La libertad de pensamiento es un derecho de todos, y solo el propio juicio puede ser una bendición.
La coerción espiritual es cualquier doctrina dogmática, independientemente de si corresponde o no a la verdad. Os ofrezco a vosotros, los seres humanos, continuamente la pura verdad, pero no os obligo a aceptarla.... precisamente porque debéis elegir libremente en vuestra vida terrenal. Y las medidas coercitivas son siempre una admisión de debilidad, de incapacidad para guiar a los seres humanos hacia su objetivo por otro camino. Quien seriamente quiere servirme debe esforzarse por mostrar con amor a sus semejantes las bendiciones del pensamiento y la acción correctos. Debe predicarles continuamente Mi Evangelio de amor, debe animarlos a vivir una vida de amor, pero debe abstenerse de cualquier medida coercitiva.
Él puede instar a sus semejantes a escuchar repetidamente la proclamación de la Palabra divina.... debe exhortarlos con amor a hacerlo, pero no debe obligarlos a hacerlo bajo amenaza de castigo divino ni forzarlos mediante mandamientos.... pues eso no está de acuerdo con Mi voluntad. Por lo tanto, no puedo estar de acuerdo con los preceptos eclesiásticos emitidos por los seres humanos, que sólo impulsan a todos al cumplimiento del deber, pero a menudo socavan la devoción voluntaria a Mí.... Y menos aún puedo aprobar la prohibición de consultar los escritos espirituales de otras escuelas de pensamiento.... Pues cada ser humano debería tener derecho de examinar la verdad de estas cosas por sí mismo, y podrá hacerlo si se toma en serio el deseo de alcanzar la verdad, si él mismo Me pide apoyo....
El libre pensamiento y la voluntad son determinantes para el éxito de la vida terrenal de un ser humano, pues Yo solo juzgo lo que el libre albedrío logra, mientras que lo que se hace por deber o por obligación de cumplir un mandamiento carece de valor ante Mis ojos. Y quien se esfuerce una vez por vivir una vida de amor reconocerá clara y distintivamente que solo el amor es decisivo, que un ser humano se mueve en la verdad.... Reconocerá que entonces todos los mandamientos quedan obsoletos, porque un ser humano amoroso hace por su propia voluntad, lo que es Mi voluntad.
Él también sabrá, que cada ser humano tiene que esforzarse por sí mismo para poder tomar una decisión libre. Pues el amor es el único vínculo Conmigo, Que soy el Amor Mismo, y tan pronto como recorra el camino terrenal Conmigo, porque vive en el amor, su voluntad también estará siempre dirigida de tal manera que ya no necesita órdenes humanas.... Desde Mi perspectiva, siempre sois libres.... pero Mi adversario busca conquistaros mediante la coerción. Y como él mismo no puede ejercer coerción sobre vosotros, busca lograrla a través de quienes le son subordinados.... Por lo tanto, rechazad toda coerción, pues siempre es una señal de la obra de aquel que busca destruiros....
amén