B.D.-Nr. 6506

La fe sin amor está muerta....

Solo la fe viva os abre el reino de los cielos.... Y sólo unos pocos poseen esta fe viva, porque requiere una vida de amor. Primero tenéis que aclarar el concepto de “fe”: probablemente podéis afirmar una doctrina, sólo para no contradecirla; incluso podéis considerarla posible en vuestro interior, pero aún no disponéis de una convicción firme dentro de vosotros, y entonces tampoco es una fe viva, la fe que os llevará a la Salvación....

Así también la creencia en Jesucristo y Su obra de Redención sólo puede llamarse “fe” cuando un ser humano está plenamente convencido de que Dios Mismo vino a la Tierra en Jesús para sufrir y morir por la humanidad, para borrar la pecaminosidad de los seres humanos, y así redimirlos. Y esta convicción interior solo estará presente en el ser humano cuando hay amor también en Él.... cuando muestra amor a Dios y al ser humano, cuando ha despertado así la fe en sí mismo a través de este amor.

Precisamente esta diferencia entre una fe viva y una creencia formal es tan crucial, porque Jesucristo mismo dijo: “El que cree en Mí vivirá para siempre”.... Con estas Palabras, sin embargo, nunca se refirió a una creencia superficial y formal, a la aceptación de una doctrina sin contradicciones, pero también sin convicción interior. Pues la verdadera fe en Jesucristo produce un cambio de estilo de vida, una transformación de uno mismo en amor, y el amor ilumina el espíritu, que ahora otorga al ser humano un conocimiento tan claro del divino Redentor Jesucristo que no deja lugar a la duda, la indiferencia y a una creencia muerta en él. Más bien, todo cobre vida, y se establece una relación entre el ser humano y el divino Salvador y Padre desde la Eternidad, que también garantiza la entrada al reino de la luz después de la muerte del cuerpo.

Una creencia muerta jamás podrá reemplazar al amor, que solo se valora en el ámbito espiritual.... Y por lo tanto, nadie puede alcanzar el Reino de los Cielos sin amor. Cuando Jesucristo promete vida a quienes creen en Él, presupone el amor que primero vivifica la fe, porque Jesús no habló de una creencia muerta, porque todas Sus Palabras eran solo verdad y vida, y nunca se escondió un falso significado tras ellas.... un significado que los humanos mismos como mejor les pareciera....

Jesús sólo habló de una fe viva.... Pero lo que los humanos suelen describir como la palabra “fe” son más bien frases vacías, conceptos aprendidos, ceremonias rutinarias, con las que Jesucristo no se conforma para poder bendecir a los seres humanos con la vida eterna.... Sin embargo, ya es una ventaja considerable para el alma si no se opone a Jesucristo, si no lo rechaza abiertamente en la Tierra, pues entonces sus pensamientos pueden al menos dirigirse hacia Aquel Que le puede abrir las puertas si se dirige a Él con plena confianza.... aunque también puede tardar un tiempo infinito antes de enviarle este llamado vivo....

Pero sólo alcanzará la vida en el más allá a través de la obra del amor, que entonces podrá ejercer sobre las almas desafortunados que, como ella, están muertas en espíritu. Una vida en el Reino espiritual requiere amor, y donde el amor ya se practica en la Tierra, la fe en Jesucristo también está viva, y esta fe es, por lo tanto, la garantía de una “vida en la eternidad”.... como Jesús Mismo prometió....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.