B.D.-Nr. 6199

Vida o muerte....

Estáis destinados a vivir y escapar de la muerte eterna. Por lo tanto, camináis por la Tierra para ganaros la vida eterna, la cual, sin embargo, sólo podéis alcanzar si os esforzáis por alcanzar la luz y la fuerza, porque la luz y la fuerza son los signos de la vida.... porque sin luz y fuerza no podéis estar activos, y la vida significa actividad constante. Sin luz y fuerza, estáis en un estado de muerte, es decir, impotentes y en la oscuridad, pero dolorosamente consciente de ello.

Si la muerte os extinguiera por completo, entonces la muerte no os asustaría y tampoco os moviera a esforzaros por la vida. Sin embargo, seguís existiendo y la muerte no pone fin a vuestra existencia. Sin embargo, tampoco podéis seguir vuestro destino que os fue establecido desde el principio. Y no podéis ser bendecidos. Pues la bienaventuranza consiste en el uso correcto de la fuerza y la luz, en obrar y crear según el orden divino.... la bienaventuranza consiste en el reconocimiento, en el saber acerca de la verdad y, por lo tanto, en obrar según su propósito.

No fuisteis creados para la muerte, sino para la vida, para un desarrollo perpetuo de fuerza, para recibirlo y distribuirlo.... En el estado de muerte, sin embargo, no podéis distribuir nada porque no poseéis nada, y vosotros mismos sufrís un tormento extremo por esta falta de fuerza y luz. En la vida terrenal, sin embargo, podéis alcanzar fácilmente la vida eterna si tan sólo os mantendréis en el orden divino, si respetáis la voluntad de Dios y os sometéis a Él, si vivís en el amor....

Porque entonces adquirís fuerza que ya no se os puede quitar, entonces hacéis que el Amor Eterno se vacíe y fluya aún más a través de vosotros. Porque entonces atraéis el Amor Eterno.... la Fuente primordial de la fuerza.... hacia vosotros. Y a través de esta aceptación de la fuerza, también debéis llegar a ser capaces para crear y obrar.... lo cual consiste en la Tierra en una obra de amor cada vez más ferviente, en utilizar la fuerza de Dios según Su voluntad.

Ahora podéis entrar al reino del más allá sin temor, porque ahora os habéis ganado la vida y jamás podéis perderla. Y encontraréis un rico campo de trabajo, cuyo trabajo os deleitará, pues poseeréis la fuerza y el conocimiento necesario y cumpliréis con alegría las tareas que se os ha asignado. Y resucitaréis a los muertos; podréis evaluar el tormento y sacarlos de las tinieblas lleno de amor. Y les impartiréis fuerzas e intentaréis todo para rescatarlos de la muerte.... Porque solo lo vivo es divino.... pero a lo que está en estado de muerte, el amor lo puede despertar a la vida.... Y todos vivirán, porque el amor de Dios los creó para la vida y no para la muerte....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.