B.D.-Nr. 5768
Debéis reconocer a Jesucristo como Hijo de Dios y Redentor del mundo.... y entonces también Lo confesaréis ante el mundo. Pero para reconocerlo, primero tenéis que saber acerca de vuestra gran culpa, de la cual Jesucristo os ha redimido. De lo contrario, Su sufrimiento y muerte en la cruz os resultarán incomprensible, y Jesús no será más que un hombre que vivió una vida buena y sin pecado en la Tierra y tuvo que entregar Su vida por Su concepto de la vida....
Sólo muy rara vez un ser humano considera seriamente el significado y el propósito de su existencia terrenal, sin darse cuenta de que la existencia humana es el resultado del gran pecado de la rebelión de los espíritus primordialmente creados contra Dios, quienes una vez se separaron de Él en arrogancia y ambición de poder. Era una inmensa culpa que el mundo espiritual había cargado sobre sí mismo.... una culpa que jamás podría ser borrada si el ser individual debería pagarla, como lo requiere la justicia de Dios.
Desde tiempos inmemoriales, el ser expiaba parte de su culpa en un estado atado, pero la misericordia y el amor de Dios le devuelven nuevamente la libertad, dándole una oportunidad más de confesar su lealtad a Él para que pueda cumplir de nuevo su propósito original. Sin embargo, esta expiación de la culpa jamás es suficiente, pues la magnitud de la culpa es inconmensurable, y un ser cargado de culpa jamás podría elevarse libremente hacia Dios. La culpa siempre representaría una separación entre Dios y el ser, por lo que el objetivo nunca podría ser alcanzado que Dios estableció para lo creado una vez de Él.
El pecado original era un grillete para el ser de la que nunca habría podido liberarse por sí solo.... Por lo tanto, tenía que ser redimido con la ayuda de Dios o permanecer desterrado de la faz de Dios pata siempre; nunca más podría encontrar la unificación con Dios que significa la felicidad para el ser.... El luminoso mundo espiritual también vio este estado desesperanzado de lo espiritual caído, y el amor de todos los seres que permanecieron con Dios siguió a los hermanos caídos a las profundidades.
Pero un Ser del reino de la luz Se ofreció a Sí Mismo para una misión, para la salvación de los seres que se encontraban en las profundidades.... Quiso descender a ellos y, en lugar de las desafortunadas criaturas hacer expiación por sus pecados.... Él Mismo quiso sacrificarse, quiso pagar con Su vida lo que los seres debían a Dios.... Este ser de luz Se ofreció como sacrificio a Dios y descendió a la Tierra para tomar una forma humana y, en esta forma, hacer un sacrificio como solo el amor podía hacer.... Y el hombre Jesús tomó la carga del pecado de toda la humanidad sobre Sus hombros y recorrió con ella el camino de la cruz.... Y Dios aceptó el sacrificio porque el amor lo trajo....
(13.09.1953) Él permitió que un ser humano soportara los mayores tormentos, que sufriera la muerte de un criminal en la cruz y que Su alma luchará contra todos los poderes de las tinieblas.... Porque vio el amor de este hombre Jesús, o también.... Él como el Amor Eterno mismo, estaba en el hombre Jesús, y este amor quería expiar la culpa del pecado de la humanidad. Pues a través del amor que el hombre Jesús desarrolló en Sí Mismo, sabía acerca del terrible destino de todos los humanos, y así, el hombre Jesús ofreció el sacrificio a Dios, que hizo que el alma conocedora de la luz descendiera a la Tierra.... El hombre había adquirido el mismo conocimiento en la Tierra a través del amor, y Su libre albedrío fue el factor decisivo.... un hombre Se sacrificó por Sus semejantes.... Y el Amor que moraba en Él.... Dios Mismo.... no Se opuso a Él, sino que Se conformó con este sacrificio expiatorio y absolvió a toda la humanidad de la culpa del pecado, por amor a este hombre Jesús....
El hecho de que vosotros, los humanos, habitáis en la Tierra es consecuencia de vuestro anterior pecado de rebelión contra Dios. Sin embargo, vuestra existencia como seres humanos es una condición temporal, que también debéis reconocer como una condición defectuosa, pues sois criaturas sin falta de fuerza, sometidos a la ley natural, que probablemente pueden desear libremente, pero que no pueden actuar con libertad ilimitada. Así pues, estáis, por así decirlo, atados, y este estado de impotencia y de privación de libertad no termina con la muerte de vuestro cuerpo a menos que seáis redimidos.... Y Jesucristo realizó esta obra de Redención para vosotros, pero siempre dejó en vuestras manos si deseáis aceptar Su Obra de misericordia y gracia.... Y, por lo tanto, depende de la propia voluntad de cada ser humano si parte de esta Tierra redimida, para llevar ahora una vida verdaderamente libre en fuerza y luz, o si se lleva su grillete al reino espiritual, para pasar allí la eternidad en la infelicidad, a menos que entonces recurra a la ayuda del divino Redentor, Jesucristo. Vosotros, los humanos, no podéis ni debéis pasar por alto a Jesucristo, y por eso se os se os debe aclarar la razón y el significado de la obra de Redención, para que no seáis ni permanezcáis ignorantes, para que podáis tomar vuestra propia y libre decisión antes de que sea demasiado tarde....
amén