Yo os hablo a través de Mi Espíritu, siempre con el mismo amor y paciencia inmutable. Mis Palabras siempre son sólo medios de gracia para ayudaros a alcanzar la Salvación. Mi amor por vosotros hace que Me revele a vosotros, y para que Me reconozcáis, obro en vosotros, porque Mi adversario también trata de influir en vosotros desde fuera, pero jamás podrá expresarse en vosotros a través del espíritu. Porque la chispa espiritual en vosotros sólo está activa cuando establecéis la conexión Conmigo a través de actos de amor o de oración sincera. Por tanto, la actividad espiritual es siempre la expresión de Mí Mismo y, por tanto, está por encima de toda duda. Pero el adversario también puede influir en los pensamientos del ser humano, que ahora también ve como viniendo desde dentro, y por eso es importante examinar qué se entiende por actividad espiritual, para la cual Mi adversario no tiene capacidad y nunca la tendrá.

Mi adversario no puede dejar surgir nada en el corazón humano, sino que sólo puede despertar o traer a la mente aquellos pensamientos que ya se encuentran latentes dentro de él, es decir, pensamientos que ya han dado una impresión al cerebro a través de acontecimientos externos o procesos de pensamiento basados en experiencias o conocimientos impartidos al ser humano desde afuera. Por tanto, debe haber algo en el ser humano que el adversario estimule mediante su influencia y, comprensiblemente, sólo traerá a la mente del ser humano aquello que sirve a su esfuerzo por separarlo de Mí; Por tanto, nunca le influenciará en Mi voluntad.... Pero la actividad espiritual saca a la luz resultados intelectuales que el ser humano no ha adquirido previamente de ninguna manera y que nunca pueden serles comunicados desde fuera, a menos que se le traiga a su atención la actividad espiritual de otro.

La actividad espiritual es una introducción a la Verdad eterna, una aclaración de áreas previamente oscuras, una solución de problemas que exceden a la comprensión humana. Además, la actividad espiritual es la obtención de un conocimiento profundo del significado de la creación y de la relación primordial del Creador con lo creado.... Es una sabiduría superior, que, sin embargo, llega al hombre desde dentro, porque el mismo conocimiento traído hacia él desde fuera sólo se convierte en conocimiento cuando el espíritu en el ser humano se lo ilumina, cuando por tanto puede obrar en el ser humano a través del espíritu.

Ahora bien, a un ser humano a quien nunca se le ha dado tal conocimiento, Mi adversario tampoco puede transmitirle este conocimiento, porque no tiene la capacidad al respecto, y por tanto nunca puede dar este conocimiento desde dentro a un ser humano que está bajo su esclavitud, porque él mismo ya no lo posee, puesto que ha caído y esta caída también trajo consigo la oscuridad del espíritu. Él mismo está en un estado de pensamiento completamente erróneo y buscar impartir esto a los humanos, y siempre sólo impartirá a los humanos estos pensamientos que corresponden a su oscuridad y los aleja de Mí.

Mi adversario huye de la verdad y por eso nunca la llevará al ser humano a quien quiere apartar de Mí. Pero la verdad es el conocimiento que Me presenta como el más amoroso, todopoderoso y sumamente sabio Creador del Cielo y de la Tierra.... La verdad es el conocimiento que da luz, es decir, trae a la humanidad el conocimiento de Mi Plan eterno de Salvación. Porque también aprenderá a reconocerme como Dios de Amor, como Quien también quiero ser reconocido por Mis criaturas, para que Me vuelvan a amar y se esfuerzan por la unificación Conmigo, que es el fin primero y el último de toda la creación, porque esta unificación significa la bienaventuranza eterna, que quiero prepara a Mis criaturas....

A través de la chispa espiritual en el hombre, éste está inseparablemente conectado Conmigo, pero despierta a la vida está primero, cuando él mismo establece la conexión con el Espíritu Padre de la eternidad. Y para que vosotros, los humanos, podáis reconocer esto, Yo obro a través de Mi Espíritu en vosotros, que creéis en Mí y Me anheláis. Me revelo a vosotros en Mi amor, sabiduría y poder....

amén

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