0438 Flores.... Transformación de los seres.... Obra de creación....

28 de mayo de 1938: Libro 9

Aceptad el jardín del Señor como una de sus creaciones más queridas. Las flores en su número sobremanera grande y tipo os señalan el poder inconmensurable y el amor creativo del Señor. Cada vez que un ser se encarna se requiere una forma por la voluntad de Dios en la que este ser puede permanecer y obrar en ella. De la misma manera, también todos los seres para quienes el poder de Dios ha hecho un obrar visible como deber, son puestos en formas una y otra vez, dependiendo de su actividad determinada. El hecho de que ahora miles y miles de tales seres tengan una vida extremadamente corta se basa en el hecho de que todo en el mundo debe seguir existiendo de la misma manera.... pero que, por otra parte, el impulso de destrucción produce un cambio permanente de esta.

Pero como ahora no puede tener lugar una aniquilación concreta de un ser, necesariamente debe encarnarse siempre en una forma diferente.... De ahí el rápido cambio en la naturaleza.... el eterno surgimiento y desaparición de todos los seres vivos.... (en todas las plantas de color heliotropo se encarnan los seres que el Padre del Universo ha designado como portadores del Dios-Espíritu en el reino vegetal....) Una formación tan maravillosa de todas las criaturas en la tierra se ha convertido en una necesidad para los seres creativos, que pueden expresarse de mil maneras diferentes y diversas.

La tarea de cada ser es vivificar la forma por tanto tiempo hasta que él mismo haya madurado para el rediseño en otra forma, también para cumplir el propósito de participar en la obra de creación de Dios, aunque sin voluntad e inconscientemente. Una remodelación continua entonces también resulta en tareas cada vez más altas por sí misma, y tal ser entonces también se libera más y más del impulso hacia abajo al que todavía está apegado.... se esfuerza hacia la luz en cualquier encarnación....

Y en diversas formas tales seres ya tienen la oportunidad de proclamar alabanza y honor al Señor de la creación, porque cada forma es una verdadera obra de milagro.... pero el entendimiento humano.... precisamente porque es incapaz de reconocer, a menudo no presta atención a estas obras maravillosas.... ¿Dónde se ha manifestado el gran amor del Señor más gloriosamente que en los diversos diseños de lo que cubre toda la tierra.... ya sea en campos o bosques, en las montañas o en el valle, ya sea en la tierra o en el aire.... es una obra inconmensurable de la omnipotencia de Dios que el Señor ha puesto en exhibición para los seres humanos, y en la multiplicidad de las flores yace un significado tan profundo que cada una de ellas podría ocupar la mente del hombre sin medida.

Vosotros, los humanos, siempre deberíais recordar que aquellos que descuidadamente pasan de largo a ellas no han reconocido el valor de las flores, pero que todos vosotros también habéis caminado por este camino y solo obtuvisteis vuestra forma actual después de una larga, larga lucha, pero que antes solo podíais encontrar la conexión con la tierra a través del hecho de que tomasteis parte en la obra de creación del Señor a través de la encarnación en tales formas más pequeñas y criaturas más pequeñas. Por lo tanto respetad al eterno Creador del cielo y de la tierra en cada flor, en cada brizna de hierba.... y respetad también a los seres más pequeños que sirven al Señor del cielo y de la tierra a través de su encarnación....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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