• Back

Mimosa-like sensitivity.... Equanimity....

There are infinite difficulties to overcome and it takes an extremely strong will to dedicate oneself to a task of utmost importance. And such a task has to be carried out by a person who declares himself fully committed to it.... who is willing to fight the obstacles and for whom divine will is paramount. And God endows such willing people with His strength so that they are not depressed and thus can enter into the extraordinary in their experience joyfully and freely. So where a person is faced with a task and he gives up his own will, i.e. surrenders it to God, God now directs every step towards the right realisation. And this also requires a heart that can withstand every onslaught. Therefore, such a heart must not be sensitive like a mimosa in order not to collapse under the onslaught of events affecting it or to lose itself anxiously fluttering in contemplations that could hinder the fulfilment of the task. The human being lives along in a certain equanimity, or he is shaken by what earthly life allows him to see. Both can be God-ordained at times, for equanimity can also be beneficial if at the same time strength is demanded of the human being, for equanimity is not indifference.... Equanimity is only a less strong sensitivity, but need not be unkindness. In order to be able to fulfil a task that requires a clear view and clear thinking at all times, the emotional life must also be well-balanced in order to be able to sense the various currents within oneself, and thus utilise them in accordance with divine will. For every task is carried out in accordance with God's will as long as the human being subordinates his will to the divine will, thus the emotional life of an earthly child who subordinates himself to God will also be shaped in such a way that it is good for the fulfilment of the task assigned to him....

Amen

Sensibilidad similar a la mimosa.... Ecuanimidad....

Hay un sinfín de dificultades que superar y se requiere de una voluntad y eso requiere una voluntad extraordinariamente fuerte para dedicarse a una tarea que es de suma importancia. Y tal tarea debe ser realizada por un ser humano que se declara preparado para ella con total dedicación.... que está dispuesto a luchar contra los obstáculos y para quien la voluntad divina se antepone a todo. Y Dios ahora equipa a esos humanos dispuestos con Su fuerza para que no se depriman y, por lo tanto, puedan abrazar con alegría y libertad lo extraordinario de su experiencia.

Dondequiera que el hombre se enfrenta a una tarea y renuncia a su propia voluntad, es decir, la entrega a Dios, Dios ahora dirige cada paso hacia el conocimiento correcto. Y también requiere un corazón que pueda resistir a cualquier embate. No hay que ser sensible a la mimosa para no desplomarse bajo el embate de los acontecimientos que lo afectan o perderse, revoloteando ansiosamente, en consideraciones que podrían obstaculizar el cumplimiento de la tarea.

El hombre vive en cierta ecuanimidad o está conmocionado ante lo que la vida terrenal le permite ver. Ambas pueden ser a veces la voluntad de Dios, porque la ecuanimidad también puede ser beneficiosa, si al mismo tiempo se exige una fuerza del humano, porque la ecuanimidad no es indiferencia.... La ecuanimidad es simplemente una sensibilidad menos fuerte, pero no tiene por qué ser desamor.... Para poder realizar ahora una tarea que requiere una visión clara y un pensamiento claro en cualquier momento, la vida emocional también debe estar bien equilibrada para poder sentir las diversas corrientes dentro de uno mismo y, por lo tanto, utilizarlas de acuerdo con la voluntad divina. Porque cada tarea se realice como Dios quiere, en la medida en que el hombre someta a su voluntad a la voluntad divina, así la vida emocional de un niño terrenal que se somete a Dios será formada de tal manera que sea buena para realizar la tarea que se le ha encomendado....

amén