Und wenn ein Engel vom Himmel steigen würde, um den Menschen das Evangelium zu bringen, sie würden es nicht glauben.... Denn der Ablehnungswille ist in der Endzeit so stark, weil Mein Gegner große Macht hat über die Menschen und weil die Entfernung von Mir so groß ist, daß sie nichts Göttliches spüren oder fassen können, weil die Erde sie so festhält, daß sie sich nicht in geistige Gefilde zu versetzen vermögen und alles Geistige darum abgelehnt oder abgestritten wird. Es ist dies ein so deutliches Zeichen des nahen Endes, denn gerade diese Einstellung veranlaßt Mich, ein Ende zu machen, weil es keine Fortentwicklung auf dieser Erde mehr geben kann, denn die Menschen wandeln sich nicht, sondern sie werden stets weltlicher und stets mehr untauglich für geistige Strömungen. Und es ist darum immer schwerer, den Menschen Mein Evangelium zu verkünden; es ist immer schwerer, ihr Denken zu wandeln und ihre Herzen aufnahmefähig zu machen für Mein Wort, weil sie es nicht erkennen als Mein Wort und daher ihre Ohren verschließen.... aber damit auch das Mittel zurückweisen, das ihnen helfen und sie aus der Tiefe emporheben könnte. Ganz vereinzelt nur öffnet sich ein Ohr, und ganz selten nur wird das Wort vom Herzen aufgenommen und auch erkannt als göttliche Gabe.... Und um dieser einzelnen willen greife Ich nicht eher ein, sondern Ich lasse erst den Tag herankommen, der bestimmt ist seit Ewigkeit, wenngleich der Tiefstand der Menschen schon den Grad erreicht hat, der ein Ende bedingt.... Aber jede einzelne Seele, die Ich noch gewinne, ist Mir diese Verzögerung wert, jeder einzelnen Seele, die guten Willens ist, stehe Ich helfend zur Seite, und Ich lasse sie den Weg finden zu Verkündern Meines Wortes. Aber es sind deren noch sehr wenige, und bald ist die Zeit erfüllet, bald werden sich die Anzeichen mehren, die auf das Ende hinweisen, und bald wird für alle Menschen die Stunde des Gerichtes schlagen.... In einer Zeit, wo Mein Gegner das Regiment hat, weil die Menschen sich ihm angeschlossen haben, wird die Arbeit Meiner Diener auf Erden besonders schwer und auch oft erfolglos sein, und dennoch muß sie getan werden, denn niemand soll sagen können, von Mir aus keine Gnaden erfahren zu haben.... Jeder Mensch soll einmal angesprochen worden sein von Mir, und eines jeden Menschen Weg wird ein Bote von Mir kreuzen, nur kann dieser Bote gänzlich unbeachtet gelassen oder seinen Gaben Abwehr entgegengebracht werden.... was aber immer der Wille des Menschen selbst bestimmt. Und diesem Willen müssen Erprobungsmöglichkeiten geboten werden, wozu also auch die Darbietung Meines Wortes gehört, das niemals im Zwang einem Menschen vermittelt werden kann. Und ebenso werden noch erschreckende Ereignisse solche Menschen des öfteren berühren, die harten Herzens sind, und sie können auch dann noch aus ihrer Erstarrung sich lösen, denn bis zum letzten Tage versuche Ich es noch, den Menschen Rettung zu bringen. Keinen lasse Ich fallen vor dem Ende, aber Ich kann das Ende nicht länger hinausschieben, als Mein Plan von Ewigkeit es vorgesehen hat, um die Seelen der Verlorenen nicht noch tiefer sinken zu lassen, um ihnen ein noch schmerzlicheres Los zu ersparen, als die Neubannung in den Schöpfungen der neuen Erde ist, die darum auch in der festgesetzten Zeit erfolgen muß. Und Ich weiß es wahrlich, was den Seelen der Menschen dient, und Ich weiß auch, wie Ich sie schützen kann vor dem Äußersten.... Meinen Dienern auf Erden aber werde Ich Kraft geben, auf daß sie trotz scheinbarer Erfolglosigkeit doch emsig tätig sind in Meinem Weinberg, denn es ist keine Arbeit vergeblich getan, und einmal werden sie auch selbst es erkennen und glücklich sein, durch ihre Seelenarbeit beigetragen zu haben an der Erlösung des Geistigen, weil Mein Segen auf jeder Arbeit ruht, die gern und freudig getan wird für Mich und Mein Reich....
Amen
ÜbersetzerY si descendiera un ángel del cielo para traer a los hombres el Evangelio, ellos no lo creerían, porque en el tiempo final el rechazo es tan intenso a causa del gran poder que mi adversario tiene sobre los hombres... porque la distancia de Mí es tan grande que los hombres no pueden sentir o percibir algo Divino... porque la Tierra los agarra de una manera que no pueden trasladarse a esferas espirituales, por lo que rechazan o niegan todo lo espiritual.
Esto ya es una señal clara del final cercano, porque precisamente esta actitud me obliga a consumar el final. Pues ya no puede haber progreso en esta Tierra porque los hombres no cambian, sino que se hacen cada vez más mundanos e ineptos para corrientes espirituales. Y por eso resulta cada vez más difícil hacerles llegar mi Evangelio... y es cada vez más difícil cambiar su forma de pensar y hacer que sus corazones lleguen a ser receptivos para mi Palabra, porque no la reconocen como tal y por eso cierran sus oídos... Pero de esta manera también rechazan el medio que les podría ayudar para sacarlos de las profundidades.
Sólo de vez en cuando se abre un oído, y sólo raras veces la Palabra está recibida por el corazón y reconocida como Dádiva divina. Y sólo por estos pocos no intervengo antes, sino espero hasta que llegue el día previsto desde hace eternidades, aunque ya haya llegado el punto bajo de los hombres que requiere un final. Pero para cada alma a la que Yo todavía puedo ganar, este retraso vale la pena; pues a cada alma que tiene buena voluntad Yo le asisto y hago que encuentre el camino a los divulgadores de mi Palabra. Sólo que de estas almas hay muy pocas y pronto expira el plazo... pronto irán aumentando las señales que indican el final... y pronto llegará la hora del juicio para todos los hombres.
En una época en que mi adversario llevará el mando porque los hombres se han unido a él, el trabajo de mis siervos en la Tierra resultará muy pesado y frecuentemente no tendrá éxito, pero aun así hay que ejecutarlo para que nadie pueda decir que no haya recibido Gracia alguna de Mí.
A cada hombre Yo le habré hablado alguna vez, y el camino de cada hombre se cruzará con él de un mensajero mío - sólo que este mensajero puede ser totalmente ignorado o sus dádivas pueden ser rechazadas, lo que siempre será cosa de la voluntad del hombre mismo... Y a esta voluntad hay que ofrecer posibilidades para su puesta a prueba, de lo que también forma parte la presentación de mi Palabra, la que nunca puede ser introducida a la fuerza.
Además, frecuentemente aún habrá acontecimientos espantosos que abordarán a tales hombres de corazón duro, los que incluso entonces aún pueden remediar su insensibilidad, porque hasta en el último día Yo procuro todavía traer a los hombres la salvación. A ninguno le dejo caer antes del fin. Pero Yo no puedo retrasar el final más de lo que está previsto en mi Plan desde eternidades, para que las almas de los perdidos no se hundan aún más... para evitar que les toque una suerte aún más dolorosa que aquella que les significa la nueva cautividad del espíritu en la materia de las Creaciones de la nueva Tierra - razón por la que la nueva cautividad tiene que producirse en el tiempo determinado.
En verdad, Yo sé muy bien qué es lo que sirve a las almas de los hombres, y también sé cómo Yo los puedo proteger de lo extremo... Pues a mis siervos en la Tierra les daré fuerza para que a pesar de una aparente ineficacia obren con aplicación en mi Viña, porque en esta no hay trabajo que fuera en vano. Y vendrá el día en que también ellos se darán cuenta de esto, y serán felices que por su colaboración en el campo de las almas hayan contribuido para la salvación de lo espiritual... Pues mi Bendición se halla en cada trabajo con gusto y alegría realizado para Mí y mi Reino.
Amén.
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