Ein Gleichnis will Ich euch geben, und ihr sollet daraus lernen, wie Ich Mein Wort verstanden haben will. Meine Erdenkinder gleichen einer Herde verstreuter Schafe, die durch den bösen Willen eines Feindes aus dem Sehkreis des Hirten gejagt und in alle Richtungen verstreut wurden. Und es geht nun der Hirt, weil er seine Schafe liebt, auf die Suche nach ihnen; er sucht sie in den verborgensten Winkeln, er klettert auf Berge, steigt hinab in Bergesklüfte, er ruft und locket und ruhet nicht, bis er seine Herde wieder zusammen hat. Er hilft den Schäflein, die sich verstiegen haben und nicht mehr zurückkönnen allein, er geht weite Wege, wo sie sich schon zu weit entfernt haben, er nimmt die müden Schäflein auf seine Schultern und trägt sie zurück, er überlässet keines seinem Schicksal, seinem Feind, daß dieser es ihm raube und der eigenen Herde unterschiebe. Denn er kennt seine Schafe, und seine Schafe kennen ihn und folgen seiner Stimme.... Und des guten Hirten Herz frohlocket, so er alle seine Schäflein wiedergefunden hat, so sein Stall seine vollzählige Herde birgt, so heimgefunden hat jedes Schäflein, das verloren war.... Ihr alle seid Meine Schafe, ihr gehöret zu Meiner Herde, die jedoch freien Auslauf haben und darum sich auch verlaufen können, so sie ein anderes Ziel als Mich erstreben. Der feindliche Hirt ist Mein Gegner, der euch Mir abwendig zu machen sucht. Und es wird ihm oft gelingen.... Meine Schafe treiben ab von dem Wege, da Ich mit Meiner Herde wandle, sie suchen die Höhen zu erklimmen.... Ehre und Reichtum suchet ihr Menschen, und um solche weichet ihr vom Wege ab, ihr fallet in Schluchten und Abgründe, die Laster und Begierden der Welt nehmen euch gefangen, ihr sinket Schritt für Schritt zur Tiefe und könnet dankbar sein, wenn ihr an Hecken und Gestrüpp hängenbleibt.... wenn noch kleine Bedenken in euch auftauchen, ihr solche nicht abschüttelt und so noch vom tiefsten Absturz bewahrt bleibet, bis euer Retter kommet. Andere wieder weiden auf fremder Flur, sie verirren sich und finden nicht mehr zurück in ihren Stall.... das sind die Menschen, die gedankenlos durchs Erdenleben wandeln, die Nutznießer sind von Handlungen, die nicht Meinem Willen entsprechen, ihnen aber großen irdischen Vorteil eintragen. Diese wähnen sich nicht schlecht, sie sind lau, weder Mir ab- noch Mir zugewandt, sie wandeln durch das Erdental uneingedenk ihrer Erdenaufgabe, sie müssen aufgescheucht werden und zurückgejagt, daß sie wieder in Meine Arme flüchten, Der Ich als guter Hirt jederzeit bereit bin, sie aufzunehmen. Überall muß Ich Meine Schäflein suchen, die verloren waren, Mein Ruf muß überallhin dringen, und daher muß Meine Stimme immer wieder ertönen.... immer wieder muß Ich im Wort kommen zu den Menschen und sie rufen heim ins Vaterhaus. Mein Wort ist des guten Hirten Ruf, Mein Wort wird in Liebe den Menschen zugeleitet, Mein Wort dringt in alle Winkel, wo es nur Eingang findet in die Menschenherzen. Und wer Meinem Ruf nicht Folge leistet, der versteigt sich immer mehr oder er versinkt immer tiefer.... Und dennoch wird der Arm des guten Hirten ihn einst erreichen, auch wenn Zeiten noch darüber vergehen.... Einmal kehret auch der Mensch zu Mir zurück, der lange im Widerstand verharrte.... einmal wird er müde sein seines Irrweges und sich heben lassen auf Meine Schultern, einmal wird auch er folgen willig dem guten Hirten, Seiner Stimme Klang wird ihn locken.... er wird sie erkennen als des Vaters Stimme und Mir folgen, und Ich werde ihn führen ins Vaterhaus und ihm ein Mahl bereiten aus Freude, daß Ich wiedergefunden habe, was verloren war....
Amen
ÜbersetzerOs voy a dar una parábola para que de ella aprendáis cómo quiero que comprendáis mi Palabra. Mis niños terrenales parecen a un rebaño de ovejas dispersadas que, por la mala voluntad de un enemigo, fueron ahuyentados del campo visual del pastor en todas direcciones. Como el pastor las ama va en busca de ellas pues las busca en los rincones más ocultos, trepa montañas, baja a abismos, llama y reclama y no para antes de haber recuperado todo su rebaño.
A las ovejas que se han extraviado en la montaña y que ya no pueden volver solas les ayuda... donde ya se hayan alejado demasiado aún les sigue... y las ovejitas fatigadas se las carga a los hombros para que así regresen; pues no deja ni una sola abandonada a su suerte –a su enemigo– permitiendo que este se lo robe y lo incorpore en su propio rebaño.
Pues el pastor conoce sus ovejas y estas le conocen a él, y siguen a su voz... Y si el pastor ha recuperado todas sus ovejitas y en su corral se encuentra el rebaño completo, y si cada ovejita perdida ha regresado, el corazón del buen pastor se regocija sumamente.
Todos vosotros sois ovejas Mías. Formáis parte de mi rebaño... Pero estas ovejas tienen la salida libre, por lo que también pueden extraviarse si aspiran a otra meta - que no soy Yo... El pastor enemigo es mi adversario que intenta robarme mis ovejas. En muchos casos también lo conseguirá pues mis ovejas se pierden del camino en que Yo ando con mi rebaño e intentan a subir las cumbres...
Vosotros los seres humanos buscáis honor y riquezas por los que os apartáis del camino, caéis en barrancos y abismos... los vicios y las codicias os dominan. Paso a paso os hundís más, y podéis ser agradecidos si os engancháis en un seto o en arbustos... cuando todavía surgen escrúpulos en vosotros y no los sacudís, de modo que aún quedáis salvados de la caída más profunda hasta que llegue vuestro Salvador...
Otros pastan en campo ajeno, se pierden y ya no saben volver a su corral. Ahí se trata de los hombres que viven la vida terrenal con descuido... los que aprovechan de acciones que no corresponden a mi Voluntad pero que les producen grandes ventajas terrenales. A estos les parece que se encuentran en condiciones cómodas pues son tibios, no van en pro ni en contra de Mí, y caminan por el valle de la Tierra sin tener presente su tarea terrenal. Pero a estos hay que espantar y rechazarlos para que vuelvan a refugiarse en mis Brazos porque como buen Pastor Yo estoy siempre dispuesto a acogerlos.
Por todas partes debo buscar mis ovejitas perdidas, de modo que también mi Llamada debe llegar a todas partes, y por eso mi Voz debe resonar cada vez de nuevo... y también cada vez de nuevo Yo debo venir a los hombres en la Palabra y reclamar que vuelvan a la Casa del Padre... Mi Palabra es la Llamada del buen Pastor... Mi Palabra está llevada a los hombres en todo Amor y entra en todos lugares donde encuentre acceso a los corazones humanos.
El que no hace caso a mi Llamada, o está en las nubes o pierde cada vez más el suelo. Sin embargo, cierta vez el Brazo del buen Pastor le alcanzará aunque pase mucho tiempo. Vendrá el día en que también todo aquel hombre regresará a Mí que había opuesto resistencia durante mucho tiempo, porque se cansará de su camino erróneo y permitirá que Yo me le cargue en los Hombros... pues también él seguirá voluntario al buen Pastor cuya voz le atraerá... la reconocerá como la del Padre y me seguirá, y Yo le llevaré a la Casa paternal donde le prepararé un banquete por Alegría de haber vuelto a encontrar lo que estaba perdido.
Amén.
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