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Geistige Gespräche.... Ausstreuen des Samens....

Jeder geistige Zuspruch, jede geistige Aufklärung oder Anregung bleibt im menschlichen Gehirn haften, wenngleich es auch anfangs nicht an die Oberfläche dringt, wenn es durch den Willen des Menschen nicht bewußt aufgenommen wird in sein Gedankengut. Etwas Geistiges aber kann nicht verlorengehen, also es kann zu jeder Zeit wieder in das Bewußtsein steigen, und immer ist es nur der Wille des Menschen, daß es dort ständig bleibt. Gott gibt jedem Menschen Gelegenheit, geistiges Gedankengut zu empfangen, nur die Verwertung dessen steht ihm frei. Und darum ist die Arbeit eines Dieners auf Erden gesegnet, sie entspricht dem Willen Gottes, der Menschen benötigt, die für Ihn und an Seiner Statt zu den Mitmenschen reden. Er will es, daß geistige Gespräche geführt werden, auf daß der Gedankengang des Menschen in eine Bahn gelenkt wird, die dem geistigen Reich zuführt, denn die Anregung muß zumeist von außen kommen, weil der Mensch die Liebe zu wenig übt und sonach das Wirken des Geistes von innen ausbleibt. Also müssen die Menschen zuerst auf das Liebegebot hingewiesen werden, sie müssen auf den Sinn und Zweck des Erdenlebens aufmerksam und zu eifriger Seelenarbeit angehalten werden. Die Mission der Diener Gottes auf Erden nun ist, immer und überall den Samen auszustreuen, auf daß er aufgehe und Früchte trage. Der Mensch sucht selten von selbst, das göttliche Wort zu hören, obzwar er Zeiten innehält, wo er sich zum Empfang des Gotteswortes vorbereitet. Doch es ist weit ratsamer, den Menschen Gelegenheit zu geben, sich selbst zu äußern und durch Rede und Gegenrede belehrt zu werden, weil er dann selbst zum Nachdenken gezwungen wird und nun das Gedankengut in ihm haftenbleibt, selbst wenn er sich nicht sofort zustimmend dazu einstellt. Doch die Zeit wird kommen, wo es an die Oberfläche steigt, die Zeit wird kommen, wo eines jeden Wortes gedacht wird, wo der Mensch Trost und Hoffnung daraus schöpfen wird und der Same nun Wurzeln schlägt, und dieser Zeit wegen soll zuvor emsig gearbeitet werden, es soll den Menschen ihre Erdenaufgabe eindringlich vor Augen gestellt und des Lebens nach dem Tode Erwähnung getan werden, es sollen die Menschen für kurze Zeit wenigstens dem irdischen Leben entrissen und ihnen ins geistige Leben Einblick gewährt werden, weshalb jede Gelegenheit genützet werden soll in Anbetracht der großen Bedürftigkeit der Menschen und der kommenden Notzeit, die um der menschlichen Seele willen die Erde noch betreffen wird. Wirket und schaffet, solange noch Tag ist.... Dies bedenket, daß die Nacht nicht mehr lange auf sich warten läßt. Zündet überall noch ein Lichtlein an, die ihr Gott dienen wollet, und fürchtet euch nicht zu reden, denn es ist Gottes Wille, und darum werdet ihr auch stets Seine Unterstützung finden, Er wird euch Kraft und Gnade geben, so daß ihr auch stets nach Seinem Willen reden werdet.... Und Er wird eure Arbeit segnen, denn die geistige Not auf Erden ist übergroß....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Conversaciones espirituales.... Sembrando la semilla....

Todo estímulo espiritual, toda aclaración o sugerencia espiritual queda en el cerebro humano, incluso si inicialmente no penetra hasta la superficie, si no es absorbida conscientemente incorporado al pensamiento a través de la voluntad del ser humano. Pero algo espiritual no se puede perder, es decir, puede resurgir a la conciencia en cualquier momento, y siempre es sólo la voluntad del ser humano que permanezca allí permanentemente. Dios le da a cada humano la oportunidad de recibir bienes espirituales, pero la utilización de estos bienes depende de él.

Y por eso el trabajo de un siervo en la Tierra es bendito y corresponde a la voluntad de Dios; que necesita seres humanos que hablen a sus semejantes por Él y en Su lugar. Él quiere que se realicen conversaciones espirituales para que el tren de pensamiento del ser humano sea guiado en un camino que conduzca al reino espiritual, pues el estímulo debe venir mayoritariamente desde afuera, porque el ser humano no practica lo suficientemente el amor y así falta el trabajo del espíritu desde adentro. Por eso es necesario en primer lugar concientizar a los humanos sobre el mandamiento del amor, concientizarlos sobre el significado y el propósito de la vida terrenal y alentarlos a trabajar diligentemente en sus almas.

La misión de los siervos de Dios en la Tierra es sembrar la semilla siempre y en todo lugar para que brote y dé fruto. El ser humano rara vez busca escuchar la Palabra divina por su propia cuenta, aunque a veces mantenga ciertas horas en que se prepara para recibir la Palabra de Dios. Pero es mucho más aconsejable dar a los humanos la posibilidad de expresarse y de educarse a través del discurso y del contra discurso, porque entonces se ven obligados a pensar por sí mismos y las ideas les quedan grabadas, aunque no estén inmediatamente de acuerdo con ellas.

Pero llegará el tiempo en que saldrá a la superficie, llegará el tiempo en que cada palabra será recordada, cuando el ser humano sacará consuelo y esperanza de ella y la semilla ahora echará raíces, y por el bien de este tiempo, se ha de realizar un trabajo diligente de antemano, los humanos deben ser conscientes de su tarea terrenal y mencionar la vida después de la muerte, los humanos deben ser arrancados de su vida terrenal al menos por un corto tiempo y se les dará una visión de la vida espiritual, por eso se debe aprovechar cada oportunidad en vista a la gran necesidad de la humanidad y el próximo tiempo de necesidad que todavía afectará a la Tierra por el bien del alma humana.

Trabajad y obrad mientras aún es de día.... Acordaos de esto, porque la noche no está lejos. Encended una vela en todas partes, todos los que queréis servir a Dios, y no tengáis miedo de hablar, porque es la voluntad de Dios, y por eso siempre encontraréis Su apoyo, Él os dará fuerza y gracia, para que siempre habléis conforme a Su voluntad.... Y Él os bendecirá vuestro trabajo, porque la necesidad espiritual en la Tierra es inmensa....

amén

Übersetzer
Übersetzt durch: Hans-Dieter Heise