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Reue der Seele im Jenseits....

Ungeheuer belastend ist für die Seele im Jenseits das Bewußtsein, selbst ihre Lage verschuldet zu haben und jeder Möglichkeit beraubt zu sein, aus eigener Kraft ihren Zustand zu wandeln. Dieses Bewußtsein aber hat sie erst dann, wenn sich in ihr das Verlangen einstellt, sich eine Besserung zu schaffen. Zuvor ist sie apathisch, strebt weder nach oben noch nach unten, spürt nur eine Qual ohnegleichen und ist völlig willenlos, bis sich ihr durch Hilfe von Lichtwesen, die sich ihr in Verkleidung nahen, wieder eine Möglichkeit bietet, mit anderen Seelen zusammenzukommen, und nun in ihr der Trieb erwacht, in eine andere Umgebung zu kommen, im Glauben, dann auch dem qualvollen Zustand entflohen zu sein. Und nun wird es ihr erst klar, daß sie das nachholen muß, was sie auf Erden versäumte, daß sie wirken muß in Liebe. Und nun erkennt sie auch ihren Leerlauf auf Erden, und die Reue über die vielen ungenützten Gelegenheiten ist überaus tief. Bei gutem Willen wird sie bald eine Besserung spüren, denn sowie sie Reue empfindet, nützet sie auch jede Gelegenheit, liebend sich zu betätigen den notleidenden Seelen gegenüber, denn eine Seele, die verhärtet ist, wendet sich mehr nach unten und empfindet auch niemals Reue über ihre eigene Schuld, weil eine solche Seele durch Beeinflussung böser Kräfte niemals ihr Unrecht einsehen kann und sonach auch keine Reue empfindet. Erst die Erkenntnis ihrer Schuld vermag die Seele im Streben nach oben anzuregen. Und dann setzt auch das Liebeswirken ein, das ihr Kraft zuführt zum Aufstieg. Das Bewußtsein ihrer Schuld ist stets die Folge von Mitleid für die Seelen, die gleich ihr einen qualvollen Zustand zu erdulden haben, und diese Regung trägt der Seele schon die Hilfe der Lichtwesen ein, die nun nicht nachlassen, bis sie den Weg zur Höhe gefunden und betreten hat. Und je weiter die Seele in der Erkenntnis fortschreitet, desto emsiger kommt sie der Liebetätigkeit im Jenseits nach und leistet allen denen Hilfe, die noch unter ihr stehen, weil sie um deren Qualen weiß und sie ihnen verringern helfen möchte. Und diese Liebetätigkeit läßt die eigene Reue nun schwächer werden, hat sie doch nun die Möglichkeit, gleichfalls noch zu reifen, und wenn sie auch niemals den höchsten Grad erreichen kann, die Gotteskindschaft, die nur durch ein Liebeleben auf Erden erworben werden kann, so ist sie doch selig im Bewußtsein, Gott, Den sie nun über alles liebt, dienen zu können bis in alle Ewigkeit....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Arrepentimiento del alma en el más allá...

La conciencia de que tiene la culpa de su situación y que está privada de toda oportunidad de cambiar su estado por sí misma es extremadamente estresante para el alma en el más allá. Pero solo tiene esta conciencia cuando siente el deseo de una mejoría para sí. Antes de eso, ella es apática, no se esfuerza ni hacia arriba ni hacia abajo, solo siente un tormento sin igual y está completamente sin voluntad hasta que, a través de la ayuda de seres de luz que se acercan a ella disfrazados, se le ofrece nuevamente la oportunidad de encontrarse con otras almas, y ahora se despierta en ella el impulso de entrar en un entorno diferente, en la creencia, entonces también haber podido escapar del estado doloroso.

Y recién ahora le queda claro que tiene que recuperar algo de lo que se descuidó en la tierra, que tiene que obrar en amor, y ahora ella también reconoce su ociosidad en la tierra, y el remordimientos por las muchas oportunidades no aprovechadas es extremadamente profundo. Con buena voluntad pronto sentirá una mejoría, porque en cuanto siente remordimiento, aprovecha también todas las oportunidades para actuar amorosamente con las almas necesitadas, porque un alma endurecida se dirige más hacia abajo y nunca y tampoco siente demasiado remordimiento por su propia culpa, porque tal alma nunca puede ver su error por la influencia de las fuerzas del mal y, por lo tanto, tampoco siente remordimiento. Sólo el reconocimiento de su culpa puede estimular al alma a esforzarse hacia arriba. Y entonces comienza también la obra del amor, que le da fuerza para el acenso.

La conciencia de su culpa es siempre la consecuencia de la compasión por las almas, que como ellas tienen que soportar un estado agonía, y este impulso ya le gana al alma la ayuda de los seres de luz, que ahora no cejan hasta haber encontrado y entrado en camino hasta arriba. Y cuanto más progresa el alma en el reconocimiento, más diligentemente cumple la actividad de amor en el más allá y presta ayuda a todos los que están todavía debajo de ella, porque sabe de sus tormentos y quiere ayudarles a disminuirlos. Y esta actividad de amor deja que el propio remordimiento se debilite ahora, porque ahora todavía tiene la posibilidad de poder madurar y aunque nunca llegue al grado más alto, la filiación de Dios, que solo puede ser adquirido a través de una vida de amor en la tierra, por eso es feliz de poder servir a Dios, a Quien ahora ama sobre todas las cosas, por toda la eternidad...

amén

Übersetzer
Übersetzt durch: Hans-Dieter Heise