Um zur Reife zu gelangen, muß der Mensch Widerstände überwinden, weil sein Aufstieg nur möglich ist, so er kämpfet oder dienet. Der Abfall von Gott hat stattgefunden in Selbstüberheblichkeit, in der falschen Annahme, so mächtig zu sein, daß sich das Wesen von Gott lossagen könnte, daß es auch ohne Ihn im Vollbesitz der Kraft sei. Und also wollte das Geistige herrschen neben Gott, um sich durch Vermehrung der eigenen Kraft über Gott zu stellen. Und es muß nun den Weg rückwärts gehen.... es muß, um mit Gott herrschen zu können, zuerst seine Kraftlosigkeit erkennen und nun um die ihm fehlende Kraft ringen und bitten, es muß in tiefster Demut dienen Gott und dem Wesenhaften, das ihm beigesellt ist.... Es muß kämpfen oder dienen, also sich selbst überwinden, es muß aus seiner Überheblichkeit heraus zur Demut werden und nun die Kraft anstreben, die es einst besaß und sich deren unwürdig bewies. Also muß es den Beweis der Würdigkeit erbringen und dies durch Ringen und Dienen bezeugen. Dann entwickelt sich das Geistige zur Höhe.... Ist nun aber im Menschen das Herrschergefühl zu stark entwickelt, dann muß er ankämpfen dagegen, er muß also einen Kampf führen gegen sich selbst. Und es ist dies bedeutend schwerer. Er soll die Demut üben auch dem Nächsten gegenüber, er muß die Überheblichkeit, die er Gott gegenüber aufbrachte, abtragen, indem er in dienender Liebe sich seinen Mitmenschen zuwendet. Diese sind auch Gottes Geschöpfe, und sie sollen vor Gott als Menschen behandelt werden und nicht als unter ihm stehend, sondern als gleichberechtigt angesehen werden. Und so der Mensch eine Herrschernatur ist, muß er sich sehr überwinden, will er dieser Anforderung nachkommen. Er muß dienen, wo er herrschen wollte; er muß ringen, wo er glaubte, bestimmen zu können. So nur kann er sich zur Höhe entwickeln, denn es wird ihm sein Wesen viele Widerstände eintragen, an denen er reifen kann. Und nicht eher wird er sich überwunden haben, bis er seine einstige Überheblichkeit aufgibt, bis er klein und demütig Gott gegenübersteht und mit Ihm vereinigt zu sein begehrt....
Amen
ÜbersetzerPara alcanzar la madurez, el hombre tiene que superar la resistencia, porque su ascenso solo es posible si lucha o sirve. La apostasía de Dios ha tenido que lugar en la arrogancia propia, en la falsa suposición de ser tan poderoso que el ser podría renunciar a Dios a que también estaría en plena posesión de poder sin Él. Y entonces lo espiritual quería reinar al lado de Dios para elevarse encima de Dios a través del aumento de su propia fuerza. Y tiene que ir hacia atrás ahora.... para poder gobernar con Dios, primero tiene que reconocer su falta de fuerza y ahora luchar y pedir por la falta de fuerza que le falta, tiene que servir a Dios y a la esencia que está unida con él con la más profunda humildad.
Tiene que luchar o servir, es decir, superarse a sí mismo, debe salir de su arrogancia y convertirse en humildad y ahora luchar por la fuerza que una vez tuvo y a la que se demostró ser indigno. Por lo tanto, debe demostrar su valía y testificarlo luchando y sirviendo. Entonces lo espiritual se desarrolla hacia arriba....
Pero si el sentimiento de reinar está demasiado desarrollado en el hombre, entonces tiene que luchar contra esto, así que tiene que luchar contra sí mismo. Y esto es significativamente más difícil. Debe practicar la humildad y también hacia su prójimo, debe quitarse la arrogancia de encima, que ejerció contra Dios, dedicándose con amor a sus semejantes.
Estas también son criaturas de Dios, y deben ser tratados como seres humanos ante Dios y no deben verse como si estuvieron debajo de Él, sino ser mirados con los mismos derechos. Y si entonces el hombre es una naturaleza gobernante, tiene que superarse mucho si quiere cumplir con este requisito. Tiene que servir donde quería gobernar, tiene que luchar donde creía que podía gobernar. Esta es la única manera en que pueda desarrollarse hacia la altura, porque su naturaleza le brindará muchas resistencias por las cuales puede madurar.
Y no se habrá superado a sí mismo hasta que renuncie a su arrogancia anterior, hasta que esté pequeño y humildemente enfrente de Dios y anhela estar unido con Él....
Amén
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