Die Macht des Bösen auf die menschliche Seele ist gewaltig, und sie wirket sich entsetzlich aus.... Wird ihr kein Widerstand entgegengesetzt von seiten des Menschen, so vergiftet sie alles Denken und Fühlen dessen, und es macht sich jener geistige Zustand bemerkbar, wie er zur Zeit die Erde beherrscht. In welcher Verfassung die Menschheit nun geistig ist, das bringen die Zeitereignisse deutlich zum Ausdruck. Ohne Erbarmen wütet die Menschheit gegeneinander, und ohne Einsicht bekämpfet sie sich, und sie erkennet nicht ihren Geisteszustand.... sie gibt sich nicht Rechenschaft, was dem grenzenlosen Elend der Menschheit zugrunde liegt.... Ein jeder hat nur sich und seine Vorteile vor Augen und schrecket nicht vor entsetzlichen Mitteln zurück, um diesen Vorteil auszunutzen. Und jegliches Mitgefühl, jegliches Erbarmen ist unter der Menschheit verschwunden. Es ist nur Haß und Zwietracht auf Erden vorherrschend es wird das Liebesgebot völlig mißachtet und es betrachtet keiner den Nächsten als gleichfalls Gottes Geschöpf.... Es ist ein nahezu haltloser Zustand geworden, ein Wüten untereinander, das alles Bisherige in den Schatten stellt.... Und wer brachte diese Verworfenheit der Menschen zustande? Wer war der Anlaß zu diesem ungeheuren geistigen Verfall der gesamten Menschheit? Es fehlt dieser der Widerstandswillen, es fehlt ihr die Kraft, um Widerstand zu bieten gegen die Anstürme ebendieser bösen Macht.... Es könnte der Mensch jede Anfechtung überwinden, so er sich die dazu nötige Kraft erbitten würde, doch er begehret sie nicht, er geht achtlos vorüber, wo ihm die Kraft zum Widerstand geboten wird und ungemessen ihm zur Verfügung steht.... Er schaltet sozusagen Gott aus und glaubet, Seine Unterstützung nicht zu benötigen, und die Folge davon ist, daß er der bösen Macht nicht mehr gewachsen ist.... Die Folge seiner Überheblichkeit ist der tiefe Fall, denn es ringet die gegnerische Macht den Willen nieder, sie schwächt ihn zuerst, um den Menschen zuletzt völlig willenlos zu machen, und es ist dann dessen Kraft nicht mehr groß genug, sich aus den Fesseln des Feindes zu befreien, so er sich bemüht, sich ihr zu entwinden.... Denn ihm fehlt der Retter, ihm fehlt der Beistand in der Not. Und wenn ihr Menschen nun dies bedenket, wie fest euch der Widersacher in seinen Händen hält, wie er völlig über euch Gewalt hat, so müsset ihr nun einen Ausweg suchen aus der Gefangenschaft, in die ihr euch selbst brachtet.... ihr müsset noch in letzter Stunde euch an Den wenden, Der euch befreien kann aus jeder Not und Gefahr.... und ihr werdet wahrlich keine Fehlbitte tun.... Er wird euch stärken mit Seiner Kraft, Er wird eure Gedanken leiten dem rechten Erkennen entgegen, und Er wird einem jeden, der reuig sein bisheriges falsches Denken erkennt, beistehen im Streben nach der Wahrheit, nach dem Recht.... In jeder geistigen Schwäche gibt Er euch Kraft zum Widerstand, und Er ringet gleichsam mit dem Widersacher um eines jeden Menschen Seele.... Und es sendet der Herr Seine Boten, auf daß sie Kunde geben sollen von der Liebe Gottes und warnen die Ungläubigen oder stärken, die schwach im Glauben sind, auf daß sie im Kampf mit dem Widersacher sich von ihrem Erkennen leiten lassen, auf daß sie den rechten Weg gehen, und zwar den Vater im Himmel um Hilfe angehen, Der sie ihnen wahrlich nicht versagen wird.... Nur ihren Willen müssen sie der ewigen Gottheit opfern, sie dürfen nicht wollen, was ihnen als einzig begehrenswert erscheint, sondern nur an das Heil ihrer Seelen denken, und also müssen sie auch willens sein, sich zu lösen von der Welt, die sie bis dahin beherrschte. Und so dies erreicht würde ohne Strenge und gewaltsame Maßnahmen, würde das Strafgericht abgewendet bleiben, doch denen, die verstockten und harten Herzens sind, wird die Stimme gewaltiger ertönen, und die Not auf Erden wird den klarsten Beweis dessen erbringen, daß Gott Seiner nicht spotten läßt und Er die Ereignisse daher so über die Erde und ihre Bewohner kommen läßt, gleichsam als letzten Ruf aus der Höhe, auf daß er entweder die Menschheit vom Abgrund zurückreiße oder ihr ewiges Verderben ankündige, denn es ist dies das einzige Mittel, das die geistige Not auf Erden noch beheben kann....
Amen
ÜbersetzerEl poder del mal sobre el alma humana es tremendo y tiene efectos terribles... Si no se le ofrece resistencia por parte del ser humano, entonces envenena todo su pensar y sentir, y ese estado espiritual se hace notorio ya que actualmente domina en la tierra. Los acontecimientos de la época actual expresan claramente el estado espiritual en el que se encuentra ahora la humanidad. La humanidad se enfurece unos contra otros sin piedad y se combate entre sí sin juicio, y no reconoce su estado espiritual... no se da cuenta de lo que subyace a la miseria sin límites de la humanidad... cada uno tiene en mente solo a sí mismo y sus propias ventajas y no rehúye los medios horribles para explotar esta ventaja.
Y toda compasión, toda misericordia ha desaparecido entre la humanidad. Sólo el odio y la discordia predominan en la tierra, el mandamiento del amor es completamente desacatado y nadie considera al prójimo también como criatura de Dios... Se ha convertido en un estado inestable, una rabia entre unos y otros que pone todo lo anterior en la sombra... ¿Y quién provocó esta depravación del pueblo? ¿Quién fue la causa de este tremendo declive espiritual de toda la humanidad? A ésta le falta la voluntad para resistir, le falta la fuerza para resistir a los ataques de este poder tan maligno...
El hombre podría superar cualquier desafío si pidiera la fuerza necesaria, pero no la desea, pasa de largo descuidadamente por donde se le ofrece la fuerza para resistir y está disponible para él inconmensurablemente... Él apaga a Dios, por así decirlo, y cree que no necesita Su apoyo, y la consecuencia de esto es que ya no es capaz de hacer frente al poder maligno... La consecuencia de su arrogancia es la caída profunda, porque el poder opuesto se sobrepone a la voluntad, primero lo debilita para finalmente hacer a la persona completamente débil de voluntad, y entonces la fuerza de aquel ya no es lo suficientemente fuerte para poder liberarse de las cadenas del enemigo si trata de liberarse de ellas... Porque le falta el Salvador, le falta el apoyo que necesita.
Y cuando vosotros, los hombres, consideráis esto, cuán fuertemente el adversario os tiene en sus manos, cómo tiene completo poder sobre vosotros, entonces ahora tenéis que buscar una salida del cautiverio al que vosotros mismos os habéis metido... aún en la última hora tenéis que dirigiros a Aquel, Que puede libraros de cualquier necesidad y peligro... y ciertamente no pediréis en vano... Él os fortalecerá con Su poder, Él guiará vuestros pensamientos hacia el correcto reconocimiento, y Él apoyará a todo que reconozca con pesar su anterior pensamiento erróneo en la lucha por la verdad, por la justicia... En toda debilidad espiritual os da fuerza para resistir y también lucha con el adversario por el alma de cada ser humano...
Y el Señor envía a Sus mensajeros para que anuncien el amor de Dios y adviertan a los incrédulos o los fortalezcan a los que son débiles en la fe, para que en la lucha con el adversario se dejen guiar por su conocimiento para que vayan por el camino correcto, es decir, pedir ayuda al Padre que está en los cielos, que ciertamente no se los negará... Sólo tienen que sacrificar su voluntad a la Divinidad Eterna, no deben querer lo que parece deseable únicamente a ellos, sino que solo piensen en la salvación de sus almas, por lo que también deben estar dispuestos a separarse del mundo que los gobernaba hasta ahora.
Y si esto se lograra sin severidad y medidas violentas, el juico quedaría evitado, pero a los tercos y duros de corazón a ellos la voz les sonará más violenta, y la necesidad en la tierra traerá la prueba más clara, que Dios no se deja burlar, y que por eso permite que los acontecimientos vengan sobre la tierra y sus habitantes, como un último llamado de lo alto, por así decirlo, para que arranque a los hombres del abismo o anuncie su ruina eterna, porque este es el único medio que todavía puede remediar la necesidad espiritual en la tierra...
amén
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