• Indietro

„Io Sono con voi fino alla fine del mondo.... “

“Io voglio mandarvi il Mio Consolatore, lo Spirito della Verità”. Voi tutti avete in voi la facoltà, di percepire la Voce del Mio Spirito, perché una Parte di Me Stesso, una scintilla spirituale del Mio divino Spirito d’Amore, giace in voi, e potrà anche sempre collegarsi con Me. La Mia Parola irradierà in voi tramite lei, perché questa scintilla spirituale è una Irradiazione di Me Stesso, che vi colpisce con successo, quando siete preparati. Finché vi tenete isolati da Me, allora anche questa scintilla spirituale si tiene silenziosa in voi. Collegatevi con Me, allora anche la scintilla spirituale è i n contatto con Me, e vi può trasmettere tutto ciò che ora procede da Me in Luce e Forza. Egli può trasmettervi la Mia pura Verità, e voi potete aumentare in conoscenza con la ricezione di questa Verità e così uscire dall’oscurità della notte alla Luce del Giorno. Io Stesso vi ho promesso questo, quando camminavo sulla Terra, che non vi lascerò mai più soli fino alla fine del mondo. Vi ho indicato “l’Agire del Mio Spirito in voi”, che vi introdurrà nella Verità, cosa che però è diventato possibile soltanto dopo la Mia morte sulla Croce, perché prima l’anima era ancora gravata della colpa primordiale, che ha reso impossibile che il legame dall’uomo a Me era così intimo, che potesse percepire in sé la Mia Voce. Perché prima doveva aver avuto luogo la Redenzione tramite Gesù Cristo, che ha eliminato la grande separazione da Me. L’uomo Mi doveva riconoscere pienamente in Gesù Cristo. Egli doveva quindi aver intrapreso volontariamente la via del ritorno, che gli ha poi anche procurato l’Irradiazione della Mia Forza d’Amore, che gli ha assicurato il Suono della Mia Parola in sé, se questa era la sua volontà, se quindi si apriva coscientemente ed ora ha stimolato la scintilla spirituale in sé al legame con lo Spirito del Padre dall’Eternità. Per questo ci vuole solamente la seria volontà, di entrare nella Mia Volontà. Per questo ci vuole il riconoscimento di Me Stesso, a Cui l’essere una volta ha negato il suo riconoscimento. E per questo ci vuole una vita nell’amore, affinché ora il Mio Spirito possa manifestarSi, come l’ho promesso. Non potevo rimanere fisicamente con voi uomini, ma vi ho dato il conforto, di mandare il Mio Spirito e quindi di “rimanere sempre con voi fino alla fine del mondo”. E questa Promessa è da prendere sul serio. Potete essere e rimanere sempre consapevoli della Mia Presenza, voi stessi dovete soltanto volere, che Sono Presente, dovete soltanto stabilire il legame con Me in pensieri, nello spirito o agire nell’amore. Allora potete anche percepirMi costantemente, perché Io Stesso Sono in voi, e la scintilla spirituale non perde mai il collegamento con lo Spirito del Padre dall’Eternità, soltanto non può esprimersi, se l’uomo stesso non si apre volontariamente, se egli stesso non ascolta per sentire, che cosa gli trasmette il Mio Spirito attraverso la scintilla spirituale. Dipende sempre dall’uomo stesso che accenda in sé la scintilla, che le conferisce la possibilità di esprimersi, che chieda a Me Stesso, che gli voglia essere presente, e lo istruisca e lo introduca nella Verità secondo la Promessa. Gli starò davvero a fianco come un Consolatore e lo introdurrò nella Verità, dimostrerò Me Stesso a lui mediante il Mio Discorso. Sarò e rimarrò con lui fino alla fine.

Amen

"Yo estoy con vosotros hasta en el fin del mundo ..."

"Yo quiero enviaros a Mi Conslador, al Espíritu de la Verdad ..." Todos vosotros tenéis en vosotros la capacidad de percibir la Voz de Mi Espíritu, porque yace en vosotros la parte de Mí Mismo, una chispa del Espíritu de Mi Espíritu de Amor divino, y él siempre podrá también unírse Conmigo, Mi Palabra irradiará en vosotros a través de ella, pues esa chispa divina es una irradiación de Mí Mismo que os toca de forma efectiva, si estáis preparados a ella. Mientras os mantengáis aislados de Mí, se queda quieta de ese modo también y silenciosa en vosotros, pero si os unís a Mí, entonces la chispa espiritual está en contacto Conmigo, y ella puede transmitiros todo lo que sale de Mí ahora en luz y fuerza; ella puede transmitiros la pura Verdad de Mí, y vosotros podéis aumentar en conocimiento a través de esa recepción de la Verdad y por eso salír de la oscurídad de la noche a la luz del día.

Yo Mismo os he prometido eso, cuando caminada sobre la tierra, de que ya no os dejaría más solos, de que Yo siempre premanecería con vosotros hasta en el fin del mundo. Yo os indiqué al obrar de Mi Espíritu en vosotros, el que os introduciría en la Verdad, lo que sin embargo, fue posible después de Mí muerte en la Cruz solamente, pues antes estaba el alma cargada con la culpa original que lo hacía imposible, de que la unión del hombre a Mí fuera tan entrañable, pudiendo percibir en sí Mi Voz. Pues primero tenía que haber tenido lugar la redención por Jesucristo, la cual anuló la gran separación de Mí, El hombre tenía que reconocerme a Mí en Jesucristo plenamente consciente, él tenía, pues que haber entrado volitivamente en el camino del regreso, lo que le aportó entonces también la irradiación de la Fuerza de Mi Amor, la que le aseguraba que Mi Palabra sonara en él, si esto era su voluntad, si él se abría consciente y de esa manera motivara a la chispa divina en sí a la unión con el Espíritu del Padre eterno. Pues para ello se requiere sólo la seria voluntad de ingresar en Mi Voluntad, para ello se requiere el reconcimiento a Mí Mismo, a quien una vez el ser rehusó el reconocimiento, y se requiere para ello una vida en el amor, para que ahora Mi Espíritu pueda manifesarse, como Yo lo prometí.

Corporalmente Yo no podía permanecer con vosotros, hombres, pero Yo os dí el consuelo de enviaros a Mi Espíritu, y de ese modo permanecer con vosotros siempre hasta en el fin del mundo. Y esta promesa ha de ser tomada en serio, vosotros podéis ser conscientes siempre de Mi Presencia, sólo necesitáis quererlo vosotros mismos que Yo os esté presente, y establecer la unión Conmigo, con los pensamientos, en la oración o en las obras de amor. Entonces me percibiréis también continuamente, pues Yo Mismo estoy en vosotros, y la chispa divina no pierde jamás la unión con el Espíritu del Padre de la Eternidad. Sólo que El no puede manifestarse, si el hombre mismo no se abre en libre voluntad, si él no está a la escucha, para oír, lo que el Espíritu de Mí le transmite a través de la chispa divina. Y por eso radica siempre en el hombre mismo de que él encienda en sí la chispa, para que le dé la posibilitdad de manifestarse, para que él me pida a Mí Mismo que Yo quiera estar presente en él y lo instruya e introduzca en la Verdad, en virtud de Mi Promesa. Y Yo en verdad estaré a su lado como un Consolador, Yo lo introduciré en la Verdad, Yo Mismo me demostraré a él por medio de Mi alocución. "Yo estaré y permaneceré junto a él hasta en el fin del mundo".

Amén