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Gesù sentiva la Parola di Dio – Il Mediatore fra Dio e gli uomini

Quando l’Uomo Gesù camminava sulla Terra era stato stabilito un collegamento fra la Terra ed il Regno spirituale, Dio Stesso poteva di nuovo parlare agli uomini tramite la Bocca dell’Uomo Gesù. La Sua Parola poteva di nuovo risuonare, cosa che dapprima era impossibile a causa della grande lontananza che esisteva fra gli uomini e Dio. Sentire direttamente la Sua Parola è possibile solamente, quando l’anima dell’uomo si è formata in modo che è in grado di sentire la Voce dello Spirito divino in sé; e la formazione dell’anima in questo stato avviene tramite l’agire nell’amore. L’Uomo Gesù Era l’Amore Stesso. Tutto il Suo pensare e tendere era rivolto solamente a fare del bene ai Suoi prossimi, di aiutare in tutte le miserie del corpo e dell’anima. La Sua Anima era luminosa e pura ed il Suo cammino sulla Terra era un camino nell’Amore. Esistevano tutte le pre-condizioni, che davano la possibilità allo Spirito divino di manifesarSi, perché l’Anima dell’Uomo Gesù sentiva la Manifestazione chiara e limpida e perciò poteva trasmettere agli uomini la Parola di Dio. Dio Stesso poteva parlare agli uomini, tramite Lui, il collegamento da Dio agli uomini era stato ristabilito, Gesù Era il Mediatore fra Dio e gli uomini. Ora Gesù istruiva gli uomini a tendere alla stessa cosa, quello che Lui Stesso aveva raggiunto. Egli li istruiva ad esercitare l’amore, per prepararsi ad un vaso per lo Spirito divino, nel quale si poteva ora riversare la Forza dello Spirito, perché ogni uomo doveva e poteva sentire in sé la Voce di Dio, gli veniva indicata la via dall’Uomo Gesù, il Quale come Uomo doveva anche dapprima raggiungere il grado dell’Amore, che Gli assicurava la Presenza di Dio, in modo che Egli Stesso Lo poteva sentire dentro di Sé. Dio parla bensì ad ogni uomo, ma mai quando prima non vengono adempiute le Condizioni, un cuore purificato dall’amore, che ora può accogliere in sé Dio Stesso, il Quale poi dimostra anche la Sua Presenza tramite il Suo Discorso. L’Uomo Gesù possedeva un oltremodo alto grado di Maturità dell’Anima, perché l’Amore Lo colmava totalmente, Quindi anche Dio Stesso poteva colmarLo totalmente ed ora Dio parlava dall’Uomo Gesù, non più l’Uomo Gesù Stesso. Lui ha fatto da Sé ciò che conduceva all’unificazione con Dio. Ma Lui ammaestrava i Suoi prossimi, Egli voleva aiutare anche loro al successo che il Suo Amore Gli aveva procurato, e perciò Egli ammaestrava come Primo l’amore e sempre di nuovo soltanto l’amore. Dal Suo grande Amore procedeva la Sapienza, perché lo Spirito di Dio istruiva gli uomini attraverso Gesù. La Luce della conoscenza splendeva dal Fuoco del Suo Amore. Gesù sapeva che anche gli uomini venivano irradiati dalla Luce della Conoscenza, se soltanto vivevano fino in fondo per primo l’amore, per cui tutto il sapere più profondo non veniva insegnato agli uomini, perché questo era soltanto la conseguenza di una vita d’amore, senza la quale rimane per gli uomini senza alcuna utilità per l’anima. L’amore soltanto è il collegamento dagli uomini a Dio, l’amore soltanto opera, affinché Dio prenda dimora nell’uomo, e l’amore soltanto Lo induce a manifestarSi. Quindi, l’uomo che vive nell’amore sentirà la Parola di Dio in sé, verrà guidato nel sapere più profondo, potrà dire di venir istruito da Dio, sente la Sua Parola e quindi si è collegato da sé stesso con Lui tramite l’amore. L’Uomo Gesù dimostrava agli uomini che è possibile raggiungere questo grado e così indicava loro la via, che conduceva fuori dall’abisso di nuovo verso l’Alto, al Padre. Egli insegnava l’amore, e viveva d’esempio l’amore e coronava infine il Suo Cammino di Vita con la Sua morte sulla Croce, per togliere agli uomini tutte le debolezze che erano la loro parte dal peccato di una volta, affinché gli uomini avessero ora loro stessi la Forza di percorrere la via, affinché ora lo Spirito di Dio poteva effonderSi in tutti coloro che erano volonterosi di seguirLo, che conducevano una vita nell’amore disinteressato per il prossimo, come Lui l’ha vissuto d’esempio per loro sulla Terra.

Amen

Traduttore
Tradotto da: Ingrid Wunderlich

Jesús oyó la Palabra de Dios. Mediador entre Dios y los hombres

Cuando el Hombre Jesús andaba por la Tierra, hubo una conexión entre la Tierra y el Reino espiritual... Mediante la boca del Hombre Jesús Dios mismo podía volver a hablar con los hombres... Su Palabra podía volver a sonar, lo que antes era imposible por la gran distancia que había entre los hombres y Dios. Recibir su Palabra en directo sólo es posible cuando el alma del hombre se ha formado de una manera que resulta capaz de percibir en sí la Voz del Espíritu divino; y la formación del alma en este estado se realiza mediante la actividad en el amor...

El Hombre Jesús fue el Amor mismo. Sólo aspiraba por hacer el bien a sus prójimos... a ayudarles en todas las desgracias del cuerpo y del alma. Su Alma era lúcida y pura, y su conducta en la Tierra era una conducta en Amor. Todos los requisitos previos estaban cumplidos, lo que dio al Espíritu divino la posibilidad de expresarse porque el Alma del Hombre Jesús percibió estas manifestaciones con toda claridad, de modo que podía comunicar al hombre la Palabra de Dios. Dios mismo podía hablar a los hombres - mediante Jesús la conexión de Dios con los hombres estaba restablecida... Pues Jesús era el Mediador entre Dios y los hombres.

Y Jesús enseñó ahora a los hombres que intentaran lo mismo que Él había conseguido... Él les enseñó a actuar en el amor, para que ahora preparasen de sí un recipiente para el Espíritu divino - un recipiente en que ahora se podía acumular la fuerza del espíritu. Porque ahora cada hombre podía y debería percibir la Voz de Dios en su interior, dado que el camino para esto le fue enseñado por el Hombre Jesús - El que como Hombre también tenía que alcanzar antes el grado de Amor que le garantizaba la Presencia de Dios, para que Jesús pudiera percibir a Dios en Sí mismo.

Consta que Dios habla a cada ser humano, pero nunca cuando los requisitos previos aún no están cumplidos: un corazón purificado por el amor - un corazón que ahora puede acoger en sí a Dios mismo, El que entonces también manifiesta su Presencia mediante sus Palabras...

El Alma del Hombre Jesús poseía un grado de madurez extraordinario porque el Amor le colmaba plenamente. Por eso también Dios mismo podía colmarle del todo, de modo que ahora Dios habló desde el Hombre Jesús, pero ya no era Jesús mismo El que habló. Jesús hizo por sí mismo lo que llevó a la conexión con Dios.

Jesús enseñó a sus prójimos, pues quería ayudarles a obtener el mismo éxito que su Amor le había conseguido, por lo que ante todo enseñaba el Amor... y cada vez de nuevo únicamente el Amor... De su gran Amor surgió la Sabiduría porque el Espíritu de Dios enseñó a los seres humanos mediante Jesús... La Luz del Conocimiento irradiaba del Fuego de su Amor. Jesús sabía que también los hombres estaban penetrados por la Luz del Conocimiento - si sólo ante todo realizaban una Vida de amor...

Por eso a los hombres todo saber más profundo no les fue enseñado porque esto tenía que ser el efecto de una vida en amor, sin la cual este saber queda sin la menor utilidad para el alma. Únicamente el amor es la conexión del hombre con Dios... únicamente el amor consigue que Dios tome morada en el hombre... y únicamente el Amor le motiva a expresarse.

De esta manera el hombre que vive en el amor percibirá en su interior la Palabra de Dios... estará introducido en un profundo saber... podrá confirmar que Dios le enseña... pues oye su Palabra, de modo que él mismo se ha conectado con Él mediante el amor...

El Hombre Jesús demostró a los hombres que es posible alcanzar este grado, pues les demostró el camino que de las profundidades vuelve a llevar a las Alturas... al Padre. Jesús ilustró el Amor y lo vivía, y al final coronó su Vida con su Muerte en la cruz, descargando a los hombres de sus debilidades que eran consecuencias de su pecado de antaño... para que ahora también los hombres mismos tuviesen la fuerza para ir este camino... para que ahora el Espíritu de Dios pudiera derramarse en todos que son dispuestos a seguirle... los que llevan una Vida en el amor al prójimo - una Vida de amor altruista, del cual Él en la Tierra les ha dado el vivo ejemplo...

Amén.

Traduttore
Tradotto da: Ion Chincea