Voglio diventare potente nel debole e dare a voi uomini la dimostrazione, che dall’Alto agisce una Forza in modo così visibile, che non può più essere negata. Non voglio rivelarMi ai grandi e potenti, perché non sono quasi mai nell’umiltà, che premette l’Agire della Mia Grazia, e se fanno qualcosa credono di compierlo con la propria forza. Ma Io Mi voglio rivelare ai deboli, ai bambinelli minorenni di questa Terra, a coloro, che riconoscono la loro debolezza e Mi invocano nella più profonda umiltà affinché li fortifichi. E la Mia Forza agirà apertamente in loro, e faranno segni e miracoli, come l’ho annunciato, che voglio diventare potente nei deboli. Ma in una cosa devono essere forti, malgrado la loro debolezza: nella fede in Me come il Padre più amorevole e Governatore più potente del Cielo e della Terra. In questa fede si trova la vostra forza, alla quale Io Stesso Mi piego, mentre adempio ciò che spera l’uomo credente, non Mi manifesterò là dove vengo conosciuto bensì con molte parole, ma non vivamente, dove gli uomini sono nel sapere attraverso lo studio, dove credono di possedere il privilegio di venir particolarmente insigniti da Me, non in alture mondane, non nelle cerchie di grande erudizione, non dove gli uomini vengono ingannati con la religiosità apparente, non darò Segni della Mia Potenza e Magnificenza; ma dove un figlio terreno nell’amore silenzioso leva a Me solennemente occhi e cuori e Mi invoca in tutta la contrizione, nel balbettìo infantile, riconoscendo la sua debolezza ed indegnità, là farò riconoscere Me Stesso e trasferirò la Mia Forza ed il Mio Amore in tutta la Pienezza. Diventerò potente nei deboli, affinché i mondanamente forti ed alti debbano riconoscere, che cosa ha valore durante la vita terrena. Ed a costui dischiuderò un sapere che non può essere conquistato sulla via dello studio e che supera comunque questo stesso, perché è la Verità che solo Io Stesso posso distribuire e lo voglio anche a coloro che ne sono degni. Chi è degno, dev’essere inevitabilmente umile, avere un animo infantile, credente ed una seria volontà rivolta a Me. Dovete poter sviluppare una fede di bambino, dovete sentire voi stessi incapaci di sondare la Verità con la propria forza, e perciò chiederla a Me Stesso, e per questo ci vuole dapprima la fede, che posso e voglio darvi la Verità. E questa è una fede infantile, perché un dotto che sta alto nel sapere mondano, si oppone ad un tal pensiero che annulla tutta la sua erudizione, quando la pura Verità viene guidata all’uomo in questo modo. E perciò anche l’umiltà deve colmare il cuore dell’uomo, che proviene dalla conoscenza: “Noi siamo niente senza Dio.... ” Allora sale su a Me una intima preghiera, che Io abbia Pietà del figlioletto debole, e che esaudisca questa chiamata. Invio il Mio Spirito e colmo il debole, e quindi Io Stesso divento potente nel debole, perché il Mio Spirito Si sviluppa ed opera in modo evidente, ed ognuno che vuole, Mi riconoscerà e giungerà alla fede in un Dio, il Quale E’ oltremodo saggio, amorevole e potente.
Amen
TraduttoreYo quiero ser poderoso en los débiles, y daros a vosotros hombres la prueba de que una fuerza de arriba actúa tan visibilmente que no puede ya más ser negada. No a los grandes y poderosos me quiero Yo manifestar, pues ellos no están por lo general en la humildad, lo que tiene por previa condición el obrar de Mi Gracia, y si ellos hacen algo, creen que lo realizan por su propia fuerza. Mas Yo quiero manifestarme a los débiles, los que reconocen su debilidad, Yo quiero manifestarme a los hijitos de menor edad en esta tierra y los que en la más profunda humildad me llaman que Yo los refuerce. Y Mi Fuerza actuará visiblemente en ellos, y harán señales y milagros, como Yo lo he anunciado de que Yo quiero ser poderoso en los débiles. Pero a pesar de su debilidad tienen que ser fuertes en la fe en Mí como Padre amante y el más poderoso Soberano del Cielo y de la tierra.
En esa creencia yace vuestra fuerza, a la que Yo Mismo me rindo cumpliendo lo que el hombre fiel espera, no allí me presentaré en aparición, donde es cierto que Yo soy conocido con muchas palabras en público, pero no soy conocido vivamente, tampoco me presentaré donde se encuentran hombres, por medio del estudio, en el saber, donde se creen que poseen el privilegio de ser especialmente por Mí distinguidos. Yo no haré milagros de Mi Poder y Gloria en la elevación mundanal, ni en los círculos de gran erudición, ni tampoco donde la devoción hipócrita santurrona engaña a los hombres; pero donde un hijo de la tierra eleva sus ojos y su corazón atento a Mí en silencioso amor y me invoca con toda sencillez, balbuceando filialmente como un niño, en la declaración de su debilidad e indignidad, allí Yo Mismo me daré a conocer y transmitiré Mi Fuerza y Mi Amor con toda plétora en él.
Yo seré poderoso en los débiles, para que los fuertes y altos mundanos reconozcan a qué pongo Yo valor durante la vída terrena. Y Yo les abriré a estos un saber que no puede adquisirse por medio de estudios y que, sin embargo, lo supera con mucho a ellos, pues ese saber es la Verdad, la cual solamente Yo Mismo puedo distribuír y también quiero instruír a los que sean dignos de ella.
Mas a la dignidad pertenece irrevocablemente la humilidad, un corazón creyente infantil y una voluntad dírigida y dedicada seriamente a Mí. Vosotros tenéis que sentiros vosotros mismos incapaces de averignar la Verdad por propio esfuerzo, y por eso pedirme a Mí Mismo por la Verdad, y para eso se requiere como lo primero la fe, de que Yo puedo daros la Verdad y quiero dárosla. Y eso es una fe infantil, pues un saber mundano de eruditos de importancia opone resistencia a tal fe, que desbarata toda su erudición, si la pura Verdad pudiera serle dirigida a los hombres de esa forma. Y por eso la humildad tiene que ser realizada en el corazón de los hombres, la cual viene ante el conocimiento: “Nosotros sin Dios no somos nada ...” Después una íntima oración se eleva a Mí, por lo que Yo me compadezco del hijito débil y hago caso a su llamada ¡tenéis que poder crear en vosotros una fe de niño!
Y Yo inclino a Mi Espíritu hacia abajo y realizo a los débiles, y soy por tanto Yo Mismo poderoso en los débiles, pues Mi Espíritu se despliega y actúa de forma notoria, y todo el que quiera me reconocerá y llegará a creer en un Dios, quien es sumamente sabio, cariñoso y poderoso.
Amén
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