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Il Linguaggio di Dio come Padre al figlio – Parole d’Amore

Sono vicino a tutti voi, così vicino che siete in grado di sentirMi, se ascoltate la Mia Voce nell’interiore. E’ comprensibile che Io vi parli in questo modo, come un amorevole Padre parla ai Suoi figli, semplice, schietto e malgrado ciò colmo d’Amore, affinché i Miei figli siano fiduciosi con Me, affinché Mi riconoscano anche come Padre Che ama i Suoi figli. E dato che voglio che Mi comprendano anche, le Mie Parole risuonano di nuovo nei loro cuori come un figlio le possa afferrare, che non possano essere male interpretate e che rendano felice il figlio. La Mia Pienezza d’Amore Si manifesterà in modo del tutto diverso quando la potete sopportare, ma finché siete ancora sulla Terra il Suono della Mia Parola è adeguato allo stato della vostra anima e secondo la capacità d’amare risuona percettibilmente nel cuore oppure tocca l’animo come un soffio mentale. Io Stesso Sono con voi quando sentite la Mia Voce, vi Sono presente e parlo a voi Parole d’Amore, di Conforto, di Ammonimento e vi istruisco, perché dovete sempre sentire la Mia Presenza come un apporto di Grazia e di Forza. Chi opera desidera molto, ma riceve anche molto. Chi Mi apre il suo cuore desidera il Mio Amore, a colui affluisce anche illimitatamente ed il Mio Amore Si manifesta nella Parola. La Pienezza del Mio Amore Si manifesta, la Luce del Mio Fuoco d’Amore irradia nel cuore di colui che Mi si apre e vuole sentirMi. Ma la Luce è Sapienza e la cornucopia della Sapienza divina è inesauribile ed offre sempre nuovi tesori a colui che vi tende le sue mani. Ma vi viene sempre offerta la ricchezza spirituale in modo afferrabile perché voglio che Mi comprendiate, quando vi parlo. Perciò splenderà la Luce ovunque, non farò nessuna differenza con la distribuzione dei Miei Doni, ovunque questi vengano desiderati da Me e l’amore di un cuore di figlio li chiede al Padre. I Miei figli Mi comprenderanno sempre, altrimenti non riconoscerebbero il Padre, il Quale però, vuole essere riconosciuto da loro. Perciò la Mia Paraola è anche l’Acqua viva che fluisce dalla Fonte così chiara e limpida, che ognuno vi si può ristorare, perché ognuno ci trova ciò che necessita per lo sviluppo della sua anima, Incoraggiamento e Conforto, Amore e Sapienza, Grazia e Forza.

Finché camminate sulla Terra, siete ancora dei bambini minorenni, ai quali posso dare e darò solamente in quanto sono ricettivi per la Mia Parola d’Amore e di Sapienza. Così anche voi dovete sempre soltanto considerarvi figli e accogliere tutto con gratitudine ciò che vi offre il più fedele Amore di Padre. Non dovete desiderare del cibo spirituale che non potete ancora digerire, del sapere spirituale di cui non avete ancora bisogno sulla Terra, non dovete desiderare di sondare l’Onnipotenza delle Mie Opere, prima che non abbiate una determinata maturità spirituale che vi rende capaci di contemplare spiritualmente, dovete accontentarvi con ciò che vi do, ciò che Io riconosco per voi di benedizione e ciò che il Mio Amore tiene pronto per i figli che hanno stabilito il giusto rapporto con Me e con ciò permettono la Presenza di Me Stesso. Dovete chiedere come figli e ricevere grati i Doni che il Mio Amore Paterno distribuisce quante volte li desiderate.

Amen

El habla de Dios del Padre al hijo

A todos vosotros os estoy Yo cerca, tan cerca que podéis oírme si escucháis hacia el interior para percibir Mi Voz. Y es comprensible que Yo os hable así como un padre amante habla a sus hijos, sencilla y simplemente y sin embargo lleno de amor, de tal modo que Mis hijos tienen confianza Conmigo, que me reconocen también como Padre que ama a Sus hijos. Y como Yo quiero que me compredan también, suenan Mis Palabras en sus corazones, como es capaz de comprender cada hijo, para que ellas no sean mal-entendidas y ellas hagan feliz al hijo. La plenitud de Mi Amor se expresaría de una forma mucho más diferente, si lo pudieran ellos soportar, pero mientras permanezcáis aún en la tierra, está adaptado el sonido de Mis Palabras al estado de vuestras almas, y según la capacidad de amar de cada uno individualmente resuenan perceptibles en el corazón o afectan el carácter como un hálito ideológico. Yo Mismo estoy con vosotros los que oís Mi Voz, Yo os estoy presente y os hablo Palabras de Amor, de consuelo, de exhortación, y Yo os enseño. Pues siempre tenéis que notar Mi Presencia como una afluencia de Gracia y Fuerza.

Pues quien anhela mucho recibe mucho también, quien me abre su corazón anhelando Mi Amor, a ese le afluye también inconmensurablemente, y Mi Amor se expresa en la Palabra. La plenitud de Mi Amor se deshace irradiando la Luz del Fuego de Mi Amor en el corazón de ese que se me abre y quiere oírme. Mas Luz es Sabiduría y la cornucopia de la Sabiduría divina es inagotable y ofrece siempre nuevos tesoros a aquel que extiende sus manos ansiándolos. Pero siempre se os ofrece la riqueza espiritual en forma comprensible a vosotros, porque Yo quiero que me comprendáis si os hablo. Y por eso iluminara la luz en todas partes, no haré diferencia ninguna con la distribución de Mis Dádivas, siempre donde tales sean anheladas y el amor del corazón de un hijo le pída al Padre por ellas. Y Mis hijos siempre me comprenderán, de lo contrario no reconocerían ellos al Padre, pero quien quiere ser reconocido por éllos. Por eso es Mi Palabra también el Agua viva que brota del manantial, tan clara y sin estar turbada que cada uno puede deleitarse y refrescarse en ella, porque cada uno encuentra en ella lo que él necesita para el desarrollo de su alma. Buenos consejos y consuelo, Amor y Sabiduría, Gracia y Fuerza.

Mientras caminéis en la tierra, sois aun niñitos de edad menor, a los que Yo sólo puedo agraciar y agraciaré así, como ellos sean sensibles y receptivos a Mi Palabra de Amor y Sabiduría. Y así también debiérais consideraros sólo siempre y recibir con agradecimiento todo lo que os ofrece el Amor más fiel de Padre. No anheléis el alimento espiritual que aún no soportaríais, a un saber espiritual que aún no necesitáis en la tierra, no debéis desear ahondar o averiguar las Obras de Mi Omnipotencia antes de que no hayáis llegado a tener una determinada madurez espiritual que os capacite a mirar espiritualmente, debéis contentaros con eso que Yo os doy, que es lo que Yo reconozco como bienhechor para vosotros, y lo que Mi Amor tiene dispuesto para los hijos, que han establecido la justa relación hacia Mi y de ese modo me dejan a Mi Mismo que esté presente. Igual como los niños pedidme y recibid agradecidos los favores que os obsequia Mi Amor de Padre, tantas veces como los anheléis.

Amén