Comparar anuncio con traducción

Otras traducciones:

Jesucristo y Su Obra de Redención....

No podéis ser salvos sin Jesucristo.... Porque se trata de la expiación del pecado original, que vosotros mismos no podéis saldar, ni en la tierra, ni en el reino del otro mundo.... Se trata de pagar la gran deuda de vuestra antigua apostasía de Mí, para la cual el hombre Jesús dio Su vida en la cruz. Ya que una vez estuvisteis en el reconocimiento más brillante, esta caída no fue el resultado de una debilidad o de un espíritu oscurecido, sino que sucedió conscientemente; fue una rebelión consciente contra Mí, que por vosotros mismos.... de los seres una vez caídos.... no puede ser expiado, porque solo el amor puro y desinteresado podía expiar este gran pecado, y os deshicisteis de este amor os habíais separado vosotros mismos....

Tenía que hacer expiación el amor del Amor Eterno, tenía que ser un amor de misericordia y de la mayor medida.... un ser Que estaba lleno de amor tuvo que tomar sobre Sí esta gran culpa y ahora hacer un sacrificio con ella tan doloroso y amargo que terminó con la muerte en la cruz. Sólo una Obra de Redención como tal, que el amor puro del hombre Jesús realizó, podía ser aceptado por Mí como expiación de la gran culpa del pecado y volver a abriros nuevamente el camino hacia Mí, de Quien una vez os habíais separado voluntariamente.

Tuvisteis que regresar voluntariamente a Mí y no podríais haber hecho esto para siempre, porque vuestra voluntad se debilitó como consecuencia del pecado y, por lo tanto, también estaba apartado de Mí y Mi oponente, a quien habéis seguido voluntariamente a las tinieblas, no os hubiera soltado. Y de este oponente el hombre Jesús os rescató con Su sangre.... Él pagó el precio más alto.... Él dio Su vida en la cruz. Yo hablo de la obra del “hombre” Jesús, Que estaba lleno de amor, a Quien el amor capacitó para este gran sacrificio, a Quien el amor le dio la fuerza para sufrir y morir en la cruz en un dolor indecible.... Pero el amor, Que realizó esta obra era Yo Mismo....

Este es un misterio que nunca podrá ser realmente revelado a vosotros los humanos antes de que vosotros mismos no hayáis penetrado en la esencia del amor. Porque que soy el Amor Mismo, eso lo escucháis una y otra vez, pero no podéis comprenderlo en su profundidad.... Mi sustancia original es el amor y siempre solo puedo irradiar amor, y todo lo que he puesto afuera como obras de creación es fuerza de amor irradiada, independientemente de si se trata de seres conscientes del “yo” o de obras terrenales materiales de creación de cualquier tipo.... Y esta fuerza de amor asegura la vida, aparentemente también muertos revive a los muertos, es decir, la sustancia espiritual inamovible y endurecida se vuelve a ser ágil a través de Mi irradiación de amor y estimulado a la actividad.

Los seres ahora, que una vez se apartaron de Mí, habían rechazado Mi irradiación de amor, y como resultado cayeron en un estado de endurecimiento, en lo cual cualquier actividad les era imposible. Y si Yo también les ayudé e su largo proceso del desarrollo ascendente, a tomar acción, sin embargo, el pecado original anterior impide una penetración de amor más fuerte.... El ser permanece hasta cierto grado sin vida, si no recibe Mi irradiación de amor, y puede recibir esta irradiación sólo cuando es consciente de la gran culpa anterior, cuando Me pide perdón en Jesús y ahora se abre voluntariamente al arroyo de gracia de Mi amor, que lo despierta de nuevo a la vida, pero que ahora dura eternamente. Porque el estado de vida en la tierra es solo transitorio en el cual el hombre debe adquirir la vida eterna.

El gran amor de Jesucristo ha redimido la gran culpa original; Se hizo una expiación hacia Mí, que tuve que exigir por el bien de la justicia. Y esta Obra de Redención tiene que ser reconocido por la gente, porque no fue el hombre Jesús que lo cumplió, sino que Yo Mismo estaba en el hombre Jesús y, por lo tanto, Yo he acabado la Obra de Redención y, así por lo tanto, también tengo que ser reconocido Yo, a Quien se le negó el reconocimiento una vez. No estáis frente a dos seres, sino que Él y Yo somos uno.... el caparazón carnal del hombre Jesús Me escondió en toda su plenitud, y Yo irradiaba a través de este caparazón y lo dejé existir para que Yo pueda ser un Dios visible para vosotros hombres cuando hayáis entrado en el reino de la luz y la bienaventuranza....

Porque no Me podíais ver, esa fue la causa de vuestra apostasía de Mí, y por eso Me hice visible para vosotros, por eso mismo Me puse el vestido de un humano y realicé la Obra de Redención en este hombre. Y debéis reconocer esta Obra de Redención si queréis encontrar el perdón de vuestra culpa original.... Debéis reconocer a Jesús como vuestro Dios y Creador, como vuestro Padre desde la Eternidad, porque Él estaba profundamente fusionado Conmigo a través del amor, Él estaba en Mí y yo en Él.... Él y Yo es Uno, sólo que Yo Me volví imaginable para vosotros en Jesús, mientras que de otro modo nunca habríais poder haceros una imaginación, porque Mi ser es ilimitado y, por tanto, tampoco puede ser personificado...._>Amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Gesù Cristo e la Sua Opera di Redenzione

Senza Gesù Cristo non potete diventare beati, perché si tratta dell’estinzione della colpa primordiale che voi stessi non potete rimettere, né sulla Terra né nel Regno dell’aldilà. Si tratta dell’estinzione della grande colpa della vostra caduta di una volta da Me, per la quale l’Uomo Gesù ha dato la Sua vita sulla Croce. Dato che stavate una volta nella più chiara conoscenza, questa caduta non era la conseguenza di una debolezza o di uno spirito oscurato, ma e avvenuta coscientemente; era una cosciente ribellione contro di Me, che non può essere espiata da voi stessi come esseri una volta caduti, perché solo un puro Amore disinteressato poteva espiare questa grande colpa. L’Amore dell’Eterno Amore doveva prestare l’Espiazione, doveva essere un’Opera d’Amore e di Misericordia della più grande dimensione, un Essere, Che Era colmo d’Amore, doveva prendere su di Sé questa grande colpa ed ora percorrere con questa il Cammino del Sacrificio, che era così doloroso ed amaro e che terminava con la morte sulla Croce. Solo una tale Opera di Misericordia, che il puro Amore dell’Uomo Gesù ha compiuto, poteva essere accettato da Me come Espiazione per la grande colpa di peccato e rendervi di nuovo libera la via verso di Me, dal Quale vi siete una volta liberamente separati. Dovete ritornare a Me nella libera volontà e non lo avreste potuto eternamente fare, perché la vostra volontà come conseguenza del peccato era indebolita e quindi anche lontana da Me ed il Mio avversario, il quale avete seguito liberamente nell’abisso, non vi avrebbe lasciato liberi. E da questo avversario vi ha riscattato l’Uomo Gesù con il Suo Sangue. Egli ha pagato il prezzo più alto. Egli ha dato la Sua vita sulla Croce. Io parlo dell’Atto dell”Uomo“ Gesù Che Era colmo d’Amore, Che l’Amore Lo ha reso capace per questo grande Sacrificio, al Quale l’Amore in Sé dava la Forza di soffrire e di morire sulla Croce sotto indicibili dolori. Ma l’Amore Che ha compiuto quest’Opera, Ero Io Stesso. Questo è un Mistero che a voi uomini non può mai essere veramente svelato, prima che voi stessi non siete penetrati nell’Essere dell’Amore. Perché Che Io Stesso Sono l’Amore, lo sentite sempre di nuovo, ma non lo potete comprendere nella sua profondità. La Mia Sostanza Ur E’ Amore e posso sempre soltanto irradiare Amore e tutto ciò che ho esternato da Me come Opera di Creazione, è Forza d’Amore irradiata, non importa se siano esseri auto consapevoli oppure Opere di Creazione terreno-materiali di qualsiasi genere. E questa Forza d’Amore assicura la Vita, rende vivente anche ciò che è apparentemente morto, cioè la sostanza immobile, indurita attraverso l’Irradiazione del Mio Amore diventa mobile e stimolato all’attività. Ora gli esseri che una volta sono caduti da Me, avevano respinto la Mia Irradiazione d’Amore e perciò cono caduti in uno stato di indurimento, in cui per loro era impossibile ogni attività. Ed anche se Io li ho aiutati nel loro lungo processo di sviluppo verso l’Alto a diventare attivi, la colpa primordiale di una volta ostacola così una più forte Irradiazione d’Amore. L’essere rimane senza vita fino ad un certo grado, quando non riceve la Mia Irradiazione d’Amore, e può ricevere questa Mia Irradiazione d’Amore solamente, se in Gesù Cristo chiede il Perdono a Me ed ora si apre liberamente alla Corrente di Grazie del Mio Amore che lo risveglia di nuovo alla Vita, che ora dura in eterno. Perché lo stato di vita sulla Terra è solo temporaneo, nel quale l’uomo si deve conquistare la Vita eterna. Il grande Amore di Gesù attraverso l’Opera di Redenzione ha estinto la colpa primordiale; è stata prestata un’Espiazione verso di Me, che per via della Giustizia dovevo esigere. E quest’Opera di Redenzione dev’essere perciò riconosciuta dagli uomini, perché non l’ha compiuto ’Uomo Gesù, ma Io Stesso Ero nell’Uomo Gesù e quindi Io ho compiuto l’Opera di Redenzione e allora Io Stesso Sono anche riconosciuto, al Quale una volta era stato negato il riconoscimento. Non state di fronte a due Esseri, ma Io e Lui Siamo Uno, l’Involucro carnale dell’Uomo Gesù ha celato Me in tutta la Pienezza ed ho irradiato attraverso questo Involucro e l’ho fatto sussistere, affinché Io possa Essere per voi uomini un Dio contemplabile, quando sarete entrati nel Regno di Luce e Beatitudine. Perché il motivo della vostra caduta da Me, era perché non Mi potevate vedere, e perciò Sono diventato contemplabile per voi, perciò Io Stesso ho rivestito l’abito di un Uomo ed in quest’Uomo ho compiuto l’Opera di Redenzione. Dovete riconoscere quest’Opera di Redenzione, se volete trovare il Perdono della vostra colpa primordiale. Dovete riconoscere Gesù come vostro Dio e Creatore, come il vostro Padre dall’Eternità, perché attraverso l’Amore Egli Era intimamente fuso con Me, Egli Era in Me ed Io in Lui, Egli ed Io E’ Uno, solo che in Gesù Io Sono diventato immaginabile per voi, mentre altrimenti non avreste mai potuto farvi una immagine, perché il Mio Essere E’ illimitato e perciò non può nemmeno Essere personificato.

Amen

Traductor
Traducido por: Ingrid Wunderlich