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Llamada a los obreros en la Viña

Quien se declara estar despuesto al trabajo en la Viña, ese será admitido también, porque no se puede ejecutar bastante trabajo para Mí y Mi Reino. Y los hombres estarán siempre puestos en su lugar indicado correspondiente a su capacidad para que sean justos en la misión en la que están colocados. Yo Mismo ne elegí a Mis discípulos en el tiempo de Mi caminar en la tierra, porque Yo tenía conocimiento de su vida interior, de la seriedad de su amor y de sus ansias de la Verdad.

Y Yo siempre me escogeré Yo Mismo a Mis discípulos que, en el último tiempo antes del fin, lleven afuera Mi Evangelio en el mundo. Mas de ellos hay sólo pocos que se han entregado por completo a Mí, que han vencido ya el mundo y que están dispuestos a servirme cuando se trata de divulgar la Verdad.

Pues se trata sobre todo de introducir a los hombres en la Verdad, es decir, de transmitirles un saber verídico sobre Mi Mismo, de quien Yo en Jesús caminé en la tierra y llevé a cabo la Obra de Redención.

Se trata sobre todo de la anunciación del Nombre de Jesús, de Su Doctrina divina de Amor y de Su Pasión y muerte en la Cruz. Si los hombres no quieren darse por perdidos, tienen que haber encontrado entonces a Jesucristo en la tierra, pues en el Reino del otro mundo no le será tan fácil para el alma de encontrarlo.

Pero sin Jesucristo no pueden entrar en el Reino de Luz, y alcanzar la Bienaventuranza. Es por consiguente también, lo más importante que han de hacer Mis obreros de la Viña, anunciarle a Él en la tierra e indicar a sus semejantes a su Salvador y Redentor. Y para que puedan dar noticia de esto, tienen que estar antes ellos mismos instruídos en la pura Verdad divina.

Para esto se necesita por lo tanto, que Mi Espíritu pueda obrar en aquellos que ejecuten después un trabajo eficaz en la Viña para Mí. Y Mi Espíritu solamente puede actuar si existen las condiciones previas que son forzosas: un amor profundo a Mí, el que viene a expresarse en las obras de caridad de amor al prójimo, una fe viva y el ansia de la Verdad, la cual sólo de Mí puede afluir en ellos si están dispuestos en divulgar esta Verdad.

Entonces Yo Mismo puedo enseñarlos, es decir que Yo puedo como Padre de familia hacer aptos a Mis servidores para que lleven la Verdad a los semejantes, para que los informen de Mi gobernar y actuar, de Mi Ser, el que es en Sí Amor, Sabiduría y Omnipotencia, y de Mi Plan de Salvación desde la eternidad, el cual les abre a ellos tambien el sentido y la finalidad de su vida terrenal.

Ellos pueden instruir a los semejantes de Mi Voluntad con la que tienen que cumplir para que sean felices. Y ellos entonces les anunciarán a ellos Mi Doctrina de Amor y exhortarán a sus semejantes a que ellos mismos se formen en el amor, porque únicamente de ello depende el grado de su felicidad, si el alma entra en el Reino del otro mundo después de la muerte del cuerpo.

Mis servidores pueden trabajar sólo para Mí, si ellos pueden satisfacer esta función o misión: Divulgar la Verdad. Ellos mismos que estar en posesión de la Verdad, por tanto, de haberla recibido de Mí, si quieren realizar un verdadero trabajo en la Viña. Mas entonces están también elegidos por Mí Mismo a salir afuera en el mundo como discípulos del tiempo final a que anuncien el Evangelio a los hombres.

Y esta es la señal característica de Mis verdaderos representantes en la tierra: que ellos mismos han sido introducidos en la Verdad, de que ellos hablan en lugar de Mí lo mismo, que Yo Mismo hablaría a los hombres, si Yo permaneciese aún en carne entre ellos, como en el tiempo de Mi caminar sobre la tierra. Quien recibe por lo tanto, él mismo Mi Evangelio, ese es también Mi verdadero discípulo.

Y “Mi Evangelio” es la Doctrina justa de salvación: es el saber de la razón de ser, el saber de la apostasía de Mí. El saber de Mi Plan de salvación eterno, a pesar del gran pecado original primero, de Mis criaturas, llevarlas a Mí de regreso y a la Bienaventuranza, lo que supone en primer término el saber sobre Jesucristo y Su Obra redentora.

Entoces es cuando primeramente puede serme un hombre un discípulo verdadero, si él sabe todas las cosas que se comprenden bajo “Plan de salvación.” Él tiene que saber explicar la coherencia, él tiene que saber de la gran culpa de las criaturas que de Mi salieron perfectas y sin embargo en la libre voluntad se volvieron imperfectas.

Si un maestro sabe en primer lugar acerca de todo esto, podrá también enseñar con éxito, y entonces puede ser enviado por Mí afuera en el mundo para anunciar a los hombres el Evangelio. Un discípulo elegido por Mí, tiene que poseer él mismo un gran saber, para poder cumplir con su misión. Y no son muchos los que se dejan enseñar de esta forma para que Yo pueda introducirlos a través de Mi Espíritu en la Verdad. No son muchos los que pueden ser iniciados en Mi Plan de salvación, si bien en muchos se la despertado el anhelo de oírme, de percibir en sí Mi Voz. Pero Yo los hablo a todos que de sean ser hablados por Mí, y Yo les doy eso, para lo que ellos son receptivos. Y siempre Mi Palabra será portadora de bendiciones y frecuentemente caerá en un suelo que pueda aportarme buen fruto. Y así cada uno que está dispuesto a servirme, recibirá asígnada fuada su actividad así como ella sea productiva, pero la esfera de acción de Mis obreros será siempre diferente también, según las semillas que Yo les distribuya, según el saber que en ellos mismos se ha hecho por el obrar de Mi Espíritu.

Y cada uno puede trabajar con ellas, así como estén sus fuerzas, y él será bendecido por Mí, porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.

Amén

Traductor
Traducido por: Pilar Coors

Appello agli Operatori nella Vigna

Chi si dichiara pronto al lavoro nella Vigna, sarà anche accettato, perché non può essere effettuato abbastanza lavoro per Me ed il Mio Regno. E vengono sempre posti degli uomini al loro posto, che sono in grado di assolvere nel modo giusto il compito loro assegnato. Durante il periodo del Mio cammino terreno Mi sono scelto da Me Stesso i Miei discepoli, perché Io sapevo della loro vita interiore, della serietà del loro amore e del loro desiderio di Verità. E Mi sceglierò sempre Io Stesso i Miei discepoli, che nell’ultimo tempo devono portare nel mondo il Mio Vangelo. Ma di questi ce ne sono solo pochi i quali si dedicano completamente a Me, che hanno già superato il mondo e sono pronti a servire Me, quando si tratta di divulgare la Verità. Si tratta soprattutto del fatto di introdurre gli uomini nella Verità, cioè di portare a loro un sapere secondo Verità su Me Stesso, che Io camminavo in Gesù sulla Terra ed ho compiuto l’Opera della Salvezza. Si tratta soprattutto dell’annuncio del Nome Gesù, della Sua Dottrina divina d’Amore e della Sua Sofferenza e Morte sulla Croce. Se gli uomini non vogliono essere perduti, allora devono aver trovato Gesù Cristo sulla Terra; perché nel Regno dell’aldilà per loro non sarà così facile trovarLo. Ma senza Gesù Cristo non possono entrare nel Regno di Luce e giungere alla beatitudine. Quindi la cosa più importante che i Miei operai nella Vigna hanno da fare è: - Annunciare Lui sulla Terra e di fare notare ai prossimi il Salvatore e Liberatore! E per annunciare questo, loro stessi devono essere stati istruiti nella divina Verità. Perciò di questo fa parte che il Mio Spirito possa agire in coloro che devono poi eseguire per Me il lavoro di Vigna con successo. Ed il Mio Spirito può agire solamente quando esistono le necessarie premesse: profondo amore per Me, che si esprime in opere di amore misericordioso per il prossimo, viva fede e desiderio per la Verità, che può affluire solo da Me se hanno la volontà di diffondere la Verità. Allora Io Stesso posso istruirli. Io posso quindi come Padre di Casa rendere capaci i Miei servi che portino ai prossimi la Verità, che diano loro conoscenza del Mio Governare ed Agire, del Mio Essere, che in Se è Amore, Saggezza e Onnipotenza, e del Mio Piano di Salvezza dall’Eternità, che dischiude loro anche senso e scopo della loro vita terrena. Loro possono insegnare ai prossimi della Mia Volontà che devono adempiere, per diventare beati. E loro annunceranno poi la Mia Dottrina d’Amore ed inviteranno i prossimi di diventare loro stessi amore, perché soltanto da questo dipende il grado della loro beatitudine, quando l’anima dopo la sua morte del corpo entra nel Regno dell’aldilà. I Miei servi possono lavorare solo per Me, quando adempiono bene questo compito: diffondere Verità! Loro stessi devono essere in possesso della Verità, cioè aver ricevuta questa da Me, se vogliono eseguire il giusto lavoro nella Vigna. Ma allora sono anche scelti da Me Stesso, uscire nel mondo come “discepoli della fine del tempo” ed annunciare agli uomini il Vangelo. E questo è il segno di riconoscimento dei giusti rappresentanti sulla Terra, che loro stessi sono stati introdotti nella Verità, che loro parlino al posto Mio lo stesso di ciò che Io Stesso direi agli uomini se Io camminassi tra loro nella carne, come al tempo del Mio cammino sulla Terra. Chi quindi riceve egli stesso il Mio Vangelo, è anche il Mio giusto discepolo.

Ed il Mio Vangelo è il giusto insegnamento di Salvezza: il sapere intorno allo scopo dell’esistenza, il sapere intorno al peccato primordiale, intorno alla caduta da Me, il sapere intorno al Piano di Salvezza dall’Eternità, malgrado il grande peccato primordiale, di ricondurre di nuovo le Mie creature da Me ed alla beatitudine, che determina però anche per primo il sapere intorno a Gesù Cristo e la Sua Opera di Salvezza. Soltanto allora un uomo può essere per Me un giusto discepolo, quando sa tutto intorno a ciò che è da intendere come “Piano di Salvezza”. Egli deve poter spiegare i nessi, egli deve sapere tutto intorno alla grande colpa delle creature che sono procedute da Me perfetti, e sono lo stesso diventate imperfette nella libera volontà. Soltanto quando un insegnante stesso sa tutto intorno a questo, potrà anche insegnare con successo. E soltanto allora può venire inviato da Me nel mondo, per annunciare agli uomini il Vangelo. Un discepolo eletto da Me deve quindi possedere esso stesso un grande sapere, per poter adempiere il suo compito. E non sono molti quelli che si lasciano istruire in questo modo, che Io possa introdurli con il Mio Spirito nella Verità. Non sono molti quelli che possono venire iniziati da Me nel Mio Piano di Salvezza, anche se in molti si è risvegliato il desiderio di sentire Me, di percepire in sé la Mia Voce. Ma Io parlo a tutti coloro che vogliono essere interpellati da Me, ed Io do loro ciò per cui sono ricettivi. E sempre di nuovo la Mia Parola, la Mia Predica, porterà benedizione e cadrà anche su un suolo dove può portarMi buon frutto. E così ad ognuno che è pronto a servirMi verrà assegnata anche la sua attività in modo che abbia successo. Ma il campo d’azione dei Miei operai sarà anche sempre diverso, a secondo della bella semina che Io distribuisco loro, a secondo il sapere che è arrivato a loro stessi tramite l’Agire del Mio Spirito. Ed ognuno può ora lavorare con questo come è nelle sue forze, ed egli sarà da Me benedetto. Perché molti sono chiamati, ma pochi sono eletti!

Amen

Traductor
Traducido por: Ingrid Wunderlich