Solo la vida puede traeros felicidad, pero la muerte siempre será un estado de agonía para vosotros, ya que por “vida y muerte” no se entiende la vida física y su fin, sino el estado en el que se encuentra vuestra alma ya en la Tierra y entonces seguramente en el reino espiritual.... que, por lo tanto, puede llamarse “vida” o “muerte”, dependiendo del estado o la madurez en que se encuentre el alma.... La vida es un estado de actividad, en plena posesión de fuerza y luz.... La muerte, en cambio, es una permanencia en la inactividad, porque el alma carece de toda fuerza, pero aun así percibe su estado como un tormento, así como una “vida” hace feliz al alma, y su felicidad aumenta, cuanto más activa es.
Solo después de la muerte física seréis consciente de la vida verdadera y la muerte real, cuando recibáis fuerza ilimitada o descubráis con horror que carecéis de toda la fuerza que antes podíais usar todavía como fuerza vital. Solo entonces sabréis lo significativo que es o ha sido la vida terrenal como seres humanos para cada alma, y seréis felices o sentiréis un profundo arrepentimiento, según la forma en que hayáis vivido vuestra vida terrenal, que os ha llevado a vuestro estado actual. Pero fuisteis creados para la vida y aunque hayáis entrado en el estado de muerte, los esfuerzos de Dios por devolveros la vida nunca cesan, porque Él desea que entréis en el estado de felicidad que originalmente era vuestro.
Él Mismo es la vida, Él es fuerza y luz, obrando en constante actividad, y nada muerto podría existir junto a Él si Su fuerza y luz irradiaran a través de ello.... Pero lo muerto también surgió una vez de Él como un ser vivo y, por lo tanto, podía decidir libremente sobre sí mismo y, por lo tanto también podía rechazar la fuerza que lo vivificaba y caer en el estado de muerte sin que Dios lo impidiera. Pero ahora tampoco puede permanecer cerca de la “Vida Eterna”, se ha aislado completamente de la fuente de fuerza y, por lo tanto, se ha privado a sí mismo de la vida.
Sin embargo, la Vida Eterna Misma busca constantemente acceso a lo muerto para infundirle vida también, para que pueda volver a estar activo para su propia felicidad, pues en el estado de muerte está condenado a la inactividad. Como ser humano en la Tierra se le suministra temporalmente la fuerza vital, que, sin embargo, pero esta no es comparable con la fuerza que hace feliz al ser en el reino espiritual.... No obstante, el uso adecuado de la fuerza vital también permite al alma alcanzar la fuerza espiritual que garantiza la vida verdadera y, por lo tanto, brinda una dicha inimaginable.
La fuerza vital de la que dispone el ser humano es, por tanto, un don de la gracia que no se puede valorar lo suficiente, pues es el medio para adquirir es fuerza espiritual que entonces garantiza la vida eterna, un estado en el que el ser puede actuar según su propia voluntad, donde, sin embargo, utiliza su fuerza en la voluntad de Dios, donde puede morar en Su presencia porque ahora está constantemente irradiado por el poder del amor de Dios....
Pero si el ser humano abusa de esta fuerza vital que le ha sido dada, utilizándola sólo para fines terrenales, el alma aún muerta tampoco vuelve a la vida, y cuando se va de esta Tierra, cuando le quitan nuevamente la fuerza vital, cae en un estado de completa falta de vida e impotencia, y permanece allí durante períodos de tiempo infinitamente largos porque no puede ser despertada a la vida por la fuerza y, por lo tanto, su libre albedrío también determina la duración de la muerte.
Y, sin embargo, Dios no la abandona a su suerte, sino que reúne repetidamente a estas almas muertas con las vivas.... o también, todo lo que vive está en constante actividad para dar vida incluso a lo muerto, y este estado angustioso incluso aún impulsa repetidamente a las almas aisladas a dejarse irradiar por el poder del amor de Dios, que esas almas que quieren ayudar transmiten hacia lo muerto. Pero solo la vida significa bienaventuranza, y la vida requiere fuerza y luz.... Y para que lo muerto vuelve a la vida, entonces tiene que recibir fuerza y luz, y tiene que aceptarla por voluntad propia; de lo contrario, son y seguirán siendo infelices hasta que ceda en su resistencia....
amén
TraductorDas Leben allein kann euch beglücken, der Tod aber wird ewig für euch ein qualvoller Zustand bleiben, denn unter "Leben und Tod" ist nicht das körperliche Leben und dessen Beenden zu verstehen, sondern der Zustand, in dem sich eure Seele befindet auf Erden schon und sicher dann im geistigen Reich.... der also "Leben" oder auch "Tod" genannt werden kann, je nach der Verfassung oder Reife, in der sich die Seele befindet. Leben ist ein Zustand der Tätigkeit, im Vollbesitz von Kraft und Licht.... Tod dagegen ein Verharren in Untätigkeit, weil der Seele jegliche Kraft mangelt, sie aber dennoch ihren Zustand als Qual empfindet, wie ein "Leben" die Seele beglückt und ihre Glückseligkeit sich steigert, je tätiger sie ist. Das rechte Leben und der wahre Tod aber wird erst nach dem irdischen Leibestod euch bewußt sein, wenn ihr entweder unbegrenzt Kraft empfanget oder auch entsetzt feststellen könnet, daß euch jegliche Kraft mangelt, die ihr zuvor noch die Lebenskraft nützen konntet. Dann erst werdet ihr wissen, wie bedeutungsvoll das Erdenleben als Mensch für jede Seele ist oder war, und ihr werdet selig sein oder tiefe Reue empfinden, je nach eurem Erdenlebenswandel, der euch den nunmehrigen Zustand eingetragen hat. Ihr seid aber für das Leben erschaffen worden, und wenngleich ihr in den Zustand des Todes geraten seid, hören die Bemühungen Gottes nicht auf, euch das Leben wiederzugeben, weil Er will, daß ihr wieder in den Seligkeitszustand eintretet, der euch uranfänglich beschieden war. Er Selbst ist das Leben, Er ist Kraft und Licht, die in ständiger Tätigkeit sich auswirken, und nimmermehr könnte etwas Totes bestehen neben Ihm, wenn Seine Kraft und Licht es durchstrahlte.... Doch auch das Tote ist einst als lebendes Wesen von Ihm ausgegangen, und es konnte daher frei über sich bestimmen.... und konnte somit auch die belebende Kraft zurückweisen und dem Zustand des Todes verfallen, ohne von Gott gehindert zu werden. Aber es kann nun auch nicht mehr in der Nähe des "Ewigen Lebens" verweilen, es hat sich völlig isoliert vom Kraftquell und also sich selbst des Lebens beraubt. Das Ewige Leben Selbst aber sucht immer wieder Zugang zu dem Toten, um auch diesem Leben einzuhauchen, auf daß es wieder tätig sein kann zur eigenen Beglückung, denn im Zustand des Todes ist es zur Untätigkeit verdammt. Als Mensch auf der Erde wird ihm vorübergehend die Lebenskraft zugeführt, die aber mit jener das Wesen im geistigen Reich beglückenden Kraft nicht zu vergleichen ist.... Doch das rechte Nützen der Lebenskraft läßt auch die Seele in den Besitz der geistigen Kraft gelangen, die erst das wahre Leben garantiert und darum unvorstellbar beseligt. Es ist also die dem Menschen zur Verfügung stehende Lebenskraft ein Gnadengeschenk, das nicht hoch genug bewertet werden kann, denn es ist das Mittel, sich jene geistige Kraft zu erwerben, die dann ein ewiges Leben garantiert, einen Zustand, wo sich das Wesen nach eigenem Willen betätigen kann, wo es dennoch seine Kraft nützet im Willen Gottes, wo es in Seiner Nähe weilen kann, weil es von der Liebekraft Gottes nun unentwegt durchstrahlt wird.... Mißbrauchet aber der Mensch diese ihm geschenkte Lebenskraft, indem er sie nur rein irdisch nützet, so kommt die noch tote Seele auch nicht zum Leben, und wenn sie abscheidet von dieser Erde, wenn ihr die Lebenskraft wieder entzogen wird, verfällt sie in einen Zustand völliger Leblosigkeit und Ohnmacht, und sie verharrt nun darin endlos lange Zeiten, weil sie nicht zwangsweise zum Leben erweckt werden kann und also ihr freier Wille auch die Dauer des Todes bestimmt. Und dennoch überläßt Gott sie nicht ihrem Schicksal, sondern Er bringt auch diese toten Seelen immer wieder mit lebenden Seelen zusammen.... oder auch: Alles Lebende ist unentwegt tätig, auch dem Toten das Leben zu geben, und der qualvolle Zustand veranlaßt doch immer wieder vereinzelte Seelen, sich von Gottes Liebekraft anstrahlen zu lassen, die jene helfen-wollenden Seelen dem Toten nun zuleiten. Aber nur Leben bedeutet Seligkeit, und Leben bedingt Kraft und Licht.... Und soll das Tote zum Leben kommen, dann muß ihm Kraft und Licht vermittelt werden, und es muß im freien Willen Kraft und Licht entgegennehmen, ansonsten es unselig ist und bleibt, bis es seinen Widerstand einmal aufgibt....
Amen
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