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Estado de necesidad.... Estado de libre albedrío....

El camino a través de la creación aporta cierta madurez a lo espiritual, porque lo esencial no puede obrar en contra de la voluntad de Dios, pues en el estado de necesidad está activo según la voluntad de Dios. Y este estado de necesidad es la única posibilidad de liberar lo esencial de la influencia del adversario, del que de otro modo sería eternamente incapaz de escapar. Pero Dios ayuda a lo débil, que está controlado por un poder maligno.... Lo ayuda a alcanzar el estado de poder decidir por su propia voluntad, escapando así también de ese poder maligno.

Dado que el adversario de Dios también tiene derecho a este espiritual, que voluntariamente lo siguió a las profundidades, no se le puede negar el derecho a luchar por ello, y por lo tanto aprovecha el momento en que puede influir en su voluntad por todos los medios posibles para no perder a sus seguidores. La madurez que los espiritual ha alcanzado a través de su camino por la creación también le permite resistir los deseos del adversario, porque Dios también ejerce Su influencia, pero (en la medida) que no afecte al libre albedrío....

El camino a través de la creación es, pues, un don de la gracia de Dios, que apoya a lo hundido en las profundidades para recuperar una cierta altura. Pero entonces entra en juego la propia responsabilidad para el ser, porque ahora solo decide su voluntad. Por consiguiente, el ser humano, el ser espiritual en ese estado de madurez, ya no está sujeto a ninguna coerción, ni del lado bueno ni del lado malo; es libre, pero su voluntad aún es extremadamente débil, por lo que al adversario de Dios a menudo le resulta muy fácil ganar la voluntad del ser humano, así como, a la inversa, las gracias de la obra de Redención están nuevamente a su disposición, las cuales fortalecen la voluntad, y el luminoso mundo espiritual también busca ganar influencia en todos los sentidos.

Sin embargo, la decisión hacia qué lado se dirige la voluntad tiene que dejarse solo en manos del ser humano. Y esta es la lucha que cada alma.... lo espiritual dentro del ser humano.... tiene que librar en la Tierra, en la que puede ser derrotada, pero también puede salir victoriosa.... Nunca hay excusa para el alma su sucumbe ante su adversario, pues cada alma puede ganar la lucha porque Dios pone a su disposición todos los medios necesarios. Y, por lo tanto, cada alma también tiene que asumir las consecuencias de su decisión, no se le pueden evitar, así como, por otro lado, es inmensamente dichoso si gana esta lucha.

La gran gracia de haber sido liberado del dominio del adversario durante eternidades, ya supone una cierta obligación de tomar las decisiones correctas a partir de ahora. Sin embargo, el ser humano carece de conocimiento acerca de su curso previo de desarrollo, porque no debe sentir ninguna coerción por parte de Dios para tomar una decisión verdaderamente libre. Pero tan pronto como adquiera este conocimiento en la Tierra, también debe aprovecharlo esforzándose por alcanzar la perfección, pues en el último tiempo antes del fin el ser humano será avisado la gran responsabilidad de su vida terrenal a través de la transmisión de un conocimiento que de otro modo le habría quedado culto.... porque, en vista del fin también se menciona el nuevo destierro en la creación, que amenaza a quienes fracasan completamente en la vida terrenal.

Si bien la creencia en este conocimiento es crucial para que el alma se beneficie de ello, puede despertar un sentido de responsabilidad y ser interpretado como un don final de gracia. Y entonces el alma se libra del terrible destino de un nuevo destierro, al haber tomado su decisión por voluntad propia, sin coerción....

amén

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Traducido por: Hans-Dieter Heise

Mußzustand.... Zustand des freien Willens....

Der Gang durch die Erdschöpfung bringt dem Geistigen eine gewisse Reife, weil das Wesenhafte nicht wider den Willen Gottes wirken kann, da es im Mußzustand nach dem Willen Gottes tätig ist. Und dieser gebundene Zustand ist die einzige Möglichkeit, das Wesenhafte dem Einfluß des Gegners zu entziehen, von dem es sonst ewig nicht freikommen könnte. Gott aber hilft dem Schwachen, das von einer bösen Macht beherrscht ist.... Er hilft ihm, daß es einmal in den Zustand gelangt, sich im freien Willen entscheiden zu können, also auch jener bösen Macht zu entfliehen. Da der Gegner Gottes gleichfalls ein Anrecht hat an dieses Geistige, das ihm freiwillig zur Tiefe folgte, kann es ihm aber auch nicht verwehrt werden, zu kämpfen um dieses, und er nützet darum auch die Zeit, wo er einwirken kann auf dessen Willen, in jeder Weise aus, um seine Anhänger nicht zu verlieren. Der Reifezustand, den das Geistige durch den Gang durch die Schöpfungen erreicht hat, befähigt es aber auch, Widerstand zu leisten dem Begehren des Gegners, weil Gott ebenfalls Seinen Einfluß ausübt, (soweit Er) doch den freien Willen nicht antastet.... Der Gang durch die Schöpfung ist also ein Gnadengeschenk Gottes, daß dem in die Tiefe Gesunkenen Beistand gewährt wird, eine gewisse Höhe wiederzuerreichen. Dann aber tritt die eigene Verantwortung für das Wesen ein, denn nun entscheidet nur noch sein Wille. Folglich ist also der Mensch.... das geistige Wesen in jenem Reifezustand.... keinem Zwang mehr ausgesetzt, weder von guter noch von böser Seite, er ist frei, aber noch überaus geschwächten Willens, weshalb der Gegner Gottes es oft sehr leicht hat, den Willen des Menschen zu gewinnen, wie umgekehrt wieder die Gnaden des Erlösungswerkes ihm zur Verfügung stehen, die dem Willen Stärkung bringen, und auch die lichtvolle Geistwelt in jeder Weise Einfluß zu gewinnen sucht. Doch die Entscheidung, nach welcher Seite der Wille gerichtet ist, muß dem Menschen allein überlassen bleiben. Und das ist der Kampf, den jede Seele.... das Geistige im Menschen.... auf Erden führen muß, in dem sie unterliegen, aber auch als Sieger hervorgehen kann.... Niemals kann es für die Seele eine Entschuldigung geben, wenn sie dem Gegner unterliegt, denn jede Seele kann den Kampf bestehen, weil Gott ihr alle erforderlichen Mittel zur Verfügung stellt. Und darum also muß auch jede Seele die Folgen ihrer Entscheidung tragen, sie können ihr nicht erspart bleiben, wie sie aber auch andererseits unermeßlich beglückt wird, wenn sie diesen Kampf besteht. Die große Gnade, Ewigkeiten hindurch von der Herrschaft des Gegners befreit gewesen zu sein, ist schon eine gewisse Verpflichtung, sich nun recht zu entscheiden; aber es fehlt dem Menschen das Wissen um seinen Entwicklungsgang zuvor, weil er auch von seiten Gottes keinen Zwang verspüren darf, damit er wirklich frei sich entscheidet. Aber sowie ihm das Wissen darüber auf Erden zugeht, sollte er es auch nützen, indem er nach Vollendung strebt, denn in der letzten Zeit vor dem Ende wird der Mensch auf die große Verantwortung seines Erdenlebens hingewiesen durch Zuführung eines Wissens, das ihm sonst verborgen geblieben ist.... weil angesichts des Endes auch die Neubannung in den Schöpfungen erwähnt wird, die denen droht, die völlig versagen im Erdenleben. Der Glaube daran ist zwar erst ausschlaggebend, ob die Seele aus diesem Wissen einen Vorteil zieht, aber es kann ihr Verantwortungsbewußtsein wecken und noch als letzte Gnadengabe ausgewertet werden. Und dann ist die Seele vor diesem entsetzlichen Lose einer Neubannung verschont, sie hat ihre Entscheidung nun doch im freien Willen getroffen, nicht im Zwang....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde