Todas las almas podrán sacar consuelo y fuerza de Mi Palabra, independientemente de si todavía están en la tierra o ya en el reino del más allá, si sólo la escuchan voluntariamente cuando se les presenta. Porque he bendecido Mi Palabra con Mi fuerza y es gracias a esta fuerza Mía que las almas encuentran la salvación de sus problemas, cuando se dirigen hacia Mí, cuando aprenden a reconocer la gran obra de Misericordia del hombre Jesús, en Él Yo Mismo por estas desdichadas criaturas que aún están lejos de Mí. A través de Mi Palabra se les presenta Mi infinito amor y gracia, y la fuerza de Mi Palabra les hace entender todo y ser tocadas por ella.... que pueden creer porque la fuerza de Mi Palabra estimula el amor a ellas y ahora también son capaces de cumplir Mi voluntad....
Mi palabra está bendecida con Mi fuerza y tendrá una gran influencia si es escuchada con buena voluntad y aceptada en el corazón. Pero siempre hablo de la Palabra viva, no de la mera forma, de palabras vacías que quedan completamente desprovistas de cualquier fuerza.... Porque si estas últimas también tuvieran el mismo efecto, entonces realmente ya no habría más almas no redimidas en el más allá, ya que se habla en todas partes, pero con demasiada frecuencia se trata simplemente de una repetición muerta de leer textos que carecen de toda fuerza y, por lo tanto, esos lugares de proclamación de palabras muertas rara vez son visitados por almas del más allá. Que realmente necesitan palabras vivificantes para despertar de su estado muerto.
Y lo mismo les sucede a los hombres en la tierra.... No llegarán a la vida a través de proclamaciones de palabras muertas, esto requiere agua viva, que tiene su origen en Mí y que también tiene un efecto de fuerza evidente en las personas que la escuchan voluntariamente.... Pero la Palabra sólo está viva cuando Yo Mismo la pronuncio, y eso requiere que el proclamador de Mi Palabra Me permita hablar a través de él.... que él mismo sea de fe viva, que se entregue completamente a Mí, así como él quiere hablar con la gente para que yo ahora pueda tomar posesión de él, para que ahora Yo Mismo pueda hablar a través de él, aunque la palabra suena de su boca.
La conexión íntima de proclamador Conmigo debe existir, de lo contrario no soy Yo quien habla, sino sólo él mismo quien habla y entonces la fuerza de Mi Palabra nunca podrá tocar un corazón humano a menos que el oyente mismo establezca la conexión íntima Conmigo.... porque entonces Yo le hablo directamente y entonces él también será tocado por la fuerza de Mi Palabra.... Estas palabras serán comprensibles para vosotros, los humanos, si consideráis que “la Palabra de Dios” se proclama constantemente públicamente y por todas partes, pero que el estado de alma de la humanidad es tan inusualmente bajo que hay que hablar de tinieblas espirituales, de necesidad espiritual....
Esta necesidad, este punto bajo, n podría darse si “Mi Palabra” fuera comunicada a los humanos, si cada uno de los proclamadores de la Palabra de Dios fuera tal que fuera una herramienta adecuada para Mí, por cuya boca pudiera expresarme.... La fuerza de Mi Palabra penetraría por todas partes y verdaderamente revelaría un efecto obvio.... (20.08.1956) y entonces habría muchas más oportunidades para que la gente Me escuche a Mí Mismo y no como es ahora, donde la gente visita los por tradición los lugares donde se les debe ofrecer la Palabra de Dios, pero donde muchas veces sólo suenan palabras humanas, porque a Mí Mismo no se dé la oportunidad de la oportunidad de expresarme a través de bocas humanas, pero nunca paso por alto el libre albedrío del predicador que tiene que establecer la conexión Conmigo de tal manera que Yo pueda hacer uso de ella....
Entonces la gente también podría sentir la fuerza de Mi Palabra y entonces saldría de estos lugares profundamente impresionada y se llevará algo consigo si son de buena voluntad y desean escuchar Mi Palabra. La falta de fuerza de lo que escuchan mayoritariamente se expresa en el hecho de que la gente no cambia en lo más mínimo su estilo de vida, que no toman en serio nada de lo que se exige en el Evangelio, en Mi divina enseñanza de amor.... Sólo en muy pocos casos lo de “ir a la iglesia” tiene un efecto visible en la persona que se esfuerza por cambiar su ser, que trabaja conscientemente en su alma, que se puede reconocer un esfuerzo hacia arriba.... porque falta “la fuerza de la Palabra”, que es la que produce tal cambio.
Lo que es Mío, lo que surge de Mí y da testimonio de Mí, nunca quedará sin efecto, mientras una sola persona tenga la mente abierta y Me deje hablar a sí misma.... Y por eso Mi Palabra debe transmitirse a las personas, y para esto necesito tales siervos que sean herramientas dispuestas para Mí, que.... si quieren proclamar Mi Palabra también deben dejarme a Mi mismo hablar a través de ellos.... Sólo así la Palabra tendrá fuerza y también mostrar un impacto visible. Y sólo así podrá mejorar el estado mental de las personas, lo que incluye también la disposición de los oyentes a recibir Mi Palabra.
Si ahora vuelvo a transmitir Mi Palabra directamente a la gente, entonces vosotros también podréis explicaros esto a vosotros mismos en la gran angustia espiritual.... Y donde fallan aquellos cuyo oficio debería ser realmente anunciar Mi Palabra a la gente, allí Yo Mismo formo Mis siervos que aceptan Mi Palabra voluntariamente y la llevan para ayudar a aquellos que anhelan Mi Palabra, que necesitan fuerza y la desean de Mí Mismo.... que abren voluntariamente su corazón y sus oídos y ahora también Me oirán a Mí Mismo, aunque no les hablo directamente.... He bendecido Mi Palabra con Mi fuerza.... Todos aquellos que se dejen hablar por Mí lo experimentarán, porque su alma madurará, su ser cambiará y se adaptarán a Mi Ser original.... vivirán en el amor y alcanzarán el objetivo.... la eterna bienaventuranza....
amén
TraductorTutte le anime potranno attingere conforto e forza dalla Mia Parola, non importa se dimorano ancora sulla Terra oppure già nel Regno dell’aldilà, se solo l’ascoltano volontariamente quando viene presentata loro. Ho benedetto la Mia Parola con la Mia Forza, ed a questa è da attribuire quando le anime trovano la Salvezza dalla loro miseria, quando si rivolgono a Me, quando imparano a riconoscere la grande Opera di Redenzione dell’Uomo Gesù nel quale Io Stesso Mi Sono incorporato per via di queste creature infelici, che stanno ancora lontane da Me. Attraverso la Mia Parola viene loro presentato il Mio infinito Amore e Grazia e la Forza della Mia Parola ha l’effetto, che comprendono tutto e ne vengono toccate, che possono credere, perché la Forza della Mia parola stimola in loro l’amore ed ora sono anche capaci di adempiere la Mia Volontà. La Mia Parola è benedetta con la Mia Forza, ed eserciterà una grande influenza, quando viene ascoltata di buona volontà e accolta nel cuore. Ma Io parlo sempre soltanto della Parola viva, non della semplice forma, di discorsi vuoti, che rimangono totalmente senza effetto di Forza. Perché se anche questi ultimi avessero lo stesso effetto, allora non esisterebbero davvero più delle anime non redente nell’aldilà, dato che si parla ovunque, ma troppo spesso è solo un leggere morto di lettere, alle quali manca ogni Forza, e perciò tali luoghi dell’annuncio morto della Parola vengono poco cercati dalle anime dell’aldilà, che hanno bisogno davvero di Parole vivificanti, per risvegliarle dallo stato morto. E proprio così succede agli uomini sulla Terra. Attraverso annunci morti della Parola non giungono alla Vita, per questo è necessaria l’Acqua viva, che ha la sua Origine in Me e che esercita anche con evidenza l’effetto di Forza sugli uomini, che l’ascoltano volenterosi. La Parola però è viva solamente quando Io Stesso la pronuncio, e questo richiede che l’annunciatore della Mia Parola lascia parlare Me Stesso attraverso di sè, che lui stesso è di fede viva, che si dà totalmente a Me, appena vuole parlare agli uomini, affinché Io possa prendere possesso di lui e quindi ora parlo Io Stesso, anche quando la Parola risuona dalla sua bocca. L’intimo collegamento dell’annunciatore con Me deve esistere, altrimenti non parlo Io, ma solo lui stesso e poi la Forza della Mia Parola non può mai e poi mai toccare il cuore di un uomo, a meno che l’ascoltatore stesso stabilisce l’intimo contatto con Me, perché allora parlo a lui direttamente ed allora viene subito toccato dalla Forza della Mia Parola. Queste Parole saranno comprensibili per voi uomini, quando riflettete che “la Parola di dio” viene annunciata sempre ed ovunque, ma che lo stato delle anime dell’umanità è così insolitamente basso, che si deve parlare di oscurità spirituale, di miseria spirituale. Questa miseria, questo basso stato, non potrebbe essere, se la “Mia Parola” venisse guidata agli uomini, se ogni annunciatore stesso della Parola di Dio fosse costituito in modo da esserMi un utile strumento, se Io Stesso Mi potessi pronunciare attraverso la sua bocca. La Forza della Mia Parola penetrerebbe ovunque e farebbe riconoscere davvero un effetto evidente. (20.08.1956) Ed allora ci sarebbero molte più occasioni, che gli uomini potrebbero ascoltare Me Stesso di com’è ora, quando gli uomini visitano bensì per tradizione quei luoghi, dove dev’essere loro offerta la Parola di dio, ma dove sovente risuonano solamente delle parole d’uomo, perché a Me Stesso non viene offerta l’opportunità di manifestarMi attraverso la bocca d’uomo, ma non infrango mai la libera volontà del predicatore, lui stesso deve stabilire il collegamento con Me in modo, che Mi possa servire di lui. Allora gli uomini potrebbero anche percepire la Forza della Mia Parola, allora lascerebbero questi luoghi profondamente impressionati e porterebbero qualcosa con sé, se sono di buona volontà e desiderano ascoltare la Mia Parola. L’assenza di Forza di ciò che sentono quasi sempre, si manifesta nel modo che gli uomini non cambiano per nulla il loro modo di vivere, che non prendono a cuore nulla di ciò che viene preteso nella Mia divina Dottrina dell’amore. Solo nella minima parte di loro una “andata in chiesa” ha un visibile effetto, che l’uomo si sforza a cambiare il suo essere, e lavora coscientemente sulla sua anima, che è riconoscibile un tendere verso l’Alto, perché manca la “Forza della Parola”, che procura un tale cambiamento. Quello che è Mio, ciò che procede da Me e testimonia di Me, non rimarrà mai senza effetto, appena l’uomo è soltanto aperto e Mi lascia parlare a sé. Perciò la Mia Parola dev’essere guidata agli uomini, e per questo ho bisogno di tali servitori, che sono degli strumenti volenterosi, se vogliono annunciare la Mia Parola, di lasciar parlare anche Me Stesso attraverso di sé. Solo allora la Parola avrà la Forza e farà riconoscere anche un effetto visibile. Solo allora lo stato spirituale degli uomini può anche essere elevato, per cui è necessaria però anche la volontarietà degli ascoltatori, di ricevere la Mia Parola, Se ora guido di nuovo direttamente la Mia Parola agli uomini, allora vi potete spiegare anche questo nella grande miseria spirituale. E dove falliscono coloro la cui funzione dovrebbe essere veramente, di annunciare agli uomini la Mia Parola, là Mi preparo da Me Stesso dei servitori, che ascoltano volenterosamente la Mia Parola e la portano oltre per aiutare coloro che bramano la Mia Parola, che hanno bisogno di Forza e la desiderano da Me Stesso, che aprono con volontà cuore ed orecchio e che ora sentiranno anche Me Stesso, benché non parli direttamente a loro. Ho benedetto la Mia Parola con la Mia Forza. La sperimenteranno tutti coloro che si lasciano interpellare da Me, perché matureranno nelle loro anime, cambierà il loro essere e si adeguerà al Mio Essere Ur, vivranno nell’amore e giungeranno alla meta, all’eterna Beatitudine.
Amen
Traductor