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Jesucristo es la puerta al reino de la luz....

La puerta del reino de los cielos se abrirá realmente para ustedes si tan sólo quieren entrar en ella y se dirigen al portero correcto.... a Jesucristo, quien entonces les llevará a su reino.... No hay otra puerta en la que se pueda excluir al Divino Redentor Jesucristo y aún así alcanzar la beatitud.... Sin Jesucristo las puertas permanecen cerradas para ustedes y tienen que permanecer fuera del reino de la luz hasta que también decidan encomendarse a Él y a su guía.... hasta que lo reconozcan como el único camino hacia la luz, como el Salvador y Redentor de todas las personas que viven en la adversidad y la miseria sin Él, ya sea en la tierra o en el reino espiritual. Todos ustedes tienen que entregarse a Él, todos tienen que entrar en el camino que Él les mostró en el momento de su vida en la tierra.... todos deben seguirle, entonces vuestro camino les conducirá directamente al Reino de los Cielos, entonces habrán vuelto al Padre de quien una vez salieron... Pero sin Jesucristo andarán ustedes constantemente en el error, sin Jesucristo no ven el camino correcto. Todo está sin luz ante ustedes y no se dan cuenta de que están caminando hacia abajo en lugar de hacia arriba.... Deben elegir a Jesús como vuestro líder y seguirlo sin resistencia. Porque fue a través de Jesucristo y su acto de salvación que las puertas del Reino de los Cielos se abrieron por primera vez, a través de Jesucristo y su crucifixión se abrió el camino para ustedes los humanos.... Él lo recorrió por ti, el camino de la expiación y del sufrimiento sin fin, Él eliminó todos los obstáculos que bloqueaban tu camino hacia el Padre, y Él mismo te quitó la carga para que ahora puedas ascender libre y fácilmente si tan sólo le sigues a Él, que caminó delante de tí.... Por lo tanto, ningún alma que rechace a Jesucristo encontrará la entrada en el Reino de la paz y de la luz.... que no lo reconozca a Él y a su acto de salvación y que, por lo tanto, tampoco esté liberada de su gran culpa de pecado.... que una y otra vez cae al suelo y no puede elevarse por sí misma a las alturas de la luz, que tampoco ve ningún camino que conduzca hacia arriba, sino que constantemente sus pasos se encaminan hacia abajo porque el Guía Divino Jesucristo no puede asistirla mientras se oponga a Él. Sólo Él es la puerta de la eternidad, sólo Él admite en su Reino o niega la entrada a las almas que entran en el reino espiritual después de la muerte del cuerpo.... Sólo él separa las almas según la voluntad de éstas.... y bienaventurados los que ya eran suyos en la tierra; bienaventurados los que le reconocen como Hijo de Dios y Redentor del mundo, que ven en él a su Padre desde la eternidad y se han unido también a él por toda la eternidad.... A éstos los conduce a Su Reino, que ofrece dichas sin número.... Pero las puertas del Reino de los Cielos permanecen cerradas para sus oponentes, que tienen que permanecer fuera durante un tiempo infinitamente largo hasta que ellos también invoquen a Aquel que puede llevarlos a la luz.... Jesucristo, que redimió al mundo de la muerte y el pecado....

Amén

Traductor
Traducido por: J. Gründinger

Gesù Cristo E’ la Porta del Regno di Luce

Vi viene davvero aperta la Porta nel Regno del Cielo, se soltanto volete entrarvi e vi rivolgete al giusto Portinaio, a Gesù Cristo, il Quale Lui Stesso vi introduce nel Suo Regno. Non esistono altre Porte, dove potete escludere il divino Redentore Gesù Cristo e giungere comunque alla Beatitudine. Senza Gesù Cristo le Porte rimangono anche chiuse, e dovete sostare al di fuori del Regno di Luce, finché anche voi decidete di affidarvi a Lui ed alla Sua Guida, finché Lo riconoscete come l’unica via verso la Luce, come il Salvatore e Redentore di tutti gli uomini, che senza di Lui vivono nella miseria e nel bisogno, sia sulla Terra oppure anche nel Regno spirituale. Voi tutti dovete arrendervi a Lui, tutti voi dovete inoltrarvi sulla via che Egli vi ha indicato nel tempo del Suo cammino terreno, voi tutti dovete seguirLo, allora la vostra via conduce direttamente nel Regno dei Cieli, allora siete ritornati al Padre, dal Quale siete una volta proceduti. Ma senza Gesù Cristo camminate continuamente nell’errore, senza Gesù Cristo non vedete la giusta via. Davanti a voi tutto è luminoso, e non vi accorgete che camminate verso il basso, invece che verso l’Alto. Dovete scegliere Gesù come la vostra Guida, e dovete seguirLo senza resistenza. Perché tramite Gesù Cristo e la Sua Opera di Redenzione sono state aperte le Porte nel Regno del Cielo, tramite Gesù Cristo e la Sua morte sulla Croce è stata cominciata la Via per voi uomini. Egli l’ha percorsa per voi, la via dell’Espiazione e infinite sofferenze, Egli ha eliminato tutti gli ostacoli, che vi hanno sbarrato la via verso il Padre, ed Egli Stesso vi ha tolto il peso, affinché ora possiate salire liberi e leggeri, se soltanto Lo seguite, il Quale vi E’ preceduto. Perciò nessun’anima troverà l’ingresso nel Regno della Pace e della Luce, se respinge Gesù Cristo, se non riconosce Lui e la Sua Opera di Redenzione e perciò non è nemmeno liberata dalla sua grande colpa di peccato, che cade sempre di nuovo a terra e non può alzarsi da sola nelle Alture luminose, che non vede nessuna via che conduce in Alto, ma cammina costantemente verso il basso, perché la divina Guida Gesù Cristo non la può assistere, finché lei si oppone a Lui. Egli Solo E’ la Porta per l’Eternità, Egli Solo accoglie nel Suo Regno o sbarra l’ingresso alle anime, che dopo la morte del corpo entrano nel Regno spirituale. Egli Solo seleziona le anime, secondo la loro volontà, e beate coloro che erano Suoi già sulla Terra; beati coloro che Lo riconoscono come il Figlio di Dio e Redentore del mondo, che vedono in Lui loro Padre dall’Eternità e che Lo hanno anche seguito per tutta l’Eternità. Lui conduce costoro nel Suo Regno, che offre delle Beatitudini senza numero. Ma le Porte nel Regno del Cielo rimangono chiuse ai Suoi avversari, che devono soggiornare infinitamente a lungo ancora fuori, finché anche loro invocano l’Uno, il Quale le può condurre alla Luce, Gesù Cristo, il Quale ha redento il mondo dalla morte e dal peccato.

Amen

Traductor
Traducido por: Ingrid Wunderlich