El divino Orden mundial no puede ser derribado, y sin embargo la voluntad humana puede violarlo - pero eso en su propio detrimento. Hay Leyes que el intelecto humano nunca podrá sondear, porque no intervienen solamente en el estado de la naturaleza de la Tierra, sino también sirven de base para la existencia de otras Creaciones, por lo que para la inteligencia humana quedan insondables. Aun así la inteligencia humana debe aceptar estas Leyes, es decir, no debe ignorarlas, para que no entren en vigor Leyes contrarias –también formuladas por la Sabiduría divina– que tienen por objetivo el Orden eterno.
Consta que a los hombres está concedido un cierto grado de creatividad, y también pueden emprender investigaciones en todos sentidos. Pero mientras el hombre aún no esté en plena posesión de la fuerza espiritual, le estarán puestos límites tanto en el saber como en el aprovechamiento de las fuerzas terrenales, las que siempre se desarrollan dentro de cierto orden y que deben ser aprovechadas. Si esta regularidad no está respetada, es decir, si estas fuerzas están desencadenados contrarios al Orden, entonces el efecto será catastrófico, y la consecuencia inevitable será la destrucción completa de toda materia - una catástrofe que la voluntad humana no puede parar... Porque entonces también otras Creaciones, otras estrellas influyen - las que tienen relación con aquellas fuerzas y por eso están afectadas.
Los hombres ya no pueden enterarse de estos efectos porque ellos mismos son las víctimas de estas destrucciones, sin excepción, a no ser estos que ya poseen fuerza espiritual y por la Voluntad divina estarán recuperados de la afectada esfera de la Tierra. Este proceso se realizará, lo que significa el fin de esta Tierra.
La voluntad humana se arrogará a escrutar fuerzas mediante experimentos, lo que va a desencadenar fuerzas con consecuencias fatales, destructoras...
Pues no es por motivos nobles que los hombres emprenden estas investigaciones que tienen un desenlace tan fatal. Por eso Dios los privará de la Bendición que hay en actividades que tienen por objetivo el bien de los prójimos... Además, faltan contra la divina Ley de la naturaleza, dado que hacen sus investigaciones poniendo en peligro vidas humanas, pues se sirven de hombres como objetos de prueba, a pesar de que a estos les cueste la vida... De modo que ahí se trata de una violación del Orden divino... del amor a Dios y al prójimo... y, además, contra toda la humanidad que por eso está destinada a la desaparición; porque los conocimientos de aquellos que emprenden tales experimentos son mucho demasiado insuficientes, de modo que estos experimentos son demasiado prematuros.
Como Dios no puede tolerar experimentos tan irresponsables, estos recaen en la misma gente que los pone en práctica - gente que no consigue más que una destrucción total de todas las Creaciones materiales de la Tierra: una destrucción de la materia que en el sentido espiritual resulta en la disolución de toda forma y la liberación de todo lo espiritual cautivo en esta.
Los mismos hombres son los que llevarán a cabo este último acto de destrucción en la Tierra, y toda la humanidad se hundirá porque el exagerado deseo de notoriedad, la sed de gloria y la codicia de bienes materiales convierten a los hombres en especuladores extremadamente atrevidos que saben muy bien que ponen sus semejantes en peligro y que aun así proceden con sus experimentos. Las mismas experiencias ya adquiridas son advertencias y avisos más que suficientes para que se abstengan de ellos. Por eso su procedimiento es un delito al que Dios no deja impune.
Amén.
TraductorDie göttliche Weltordnung kann nicht umgestoßen werden, dennoch kann der menschliche Wille gegen sie angehen, doch nur zum eigenen Schaden. Es bestehen Gesetze, die des Menschen Verstand niemals wird ergründen können, denn sie greifen nicht nur in die Naturbeschaffenheit der Erde ein, sondern sie liegen auch dem Bestehen anderer Schöpfungen zugrunde, weshalb sie für den Menschenverstand unergründbar sind, jedoch akzeptiert werden müssen, d.h. nicht unbeachtet bleiben dürfen, sollen nicht Gegengesetze sich auswirken, die gleichfalls in göttlicher Weisheit gegeben wurden, also die ewige Ordnung bezwecken. Den Menschen ist wohl ein gewisser Schaffensgrad zugebilligt, und desgleichen können Forschungen unternommen werden nach allen Richtungen. Doch solange der Mensch noch nicht im Vollbesitz geistiger Kraft sich befindet, sind ihm auch Grenzen gesetzt sowohl im Wissen, als auch im Nützen der Erdkräfte, die stets in einer bestimmten Gesetzmäßigkeit, in einer gewissen Ordnung, sich entfalten und genützt werden müssen. Wird diese Gesetzmäßigkeit außer acht gelassen, werden also ordnungswidrig diese Kräfte zur Auslösung gebracht, dann ist die Auswirkung katastrophal, und eine völlige Zerstörung jeglicher Materie ist die unausbleibliche Folge, die menschlicher Wille nicht zum Stillstand bringen kann. Denn nun wirken auch andere Schöpfungen, andere Gestirne ein, die mit jenen Kräften in Zusammenhang stehen und also in Mitleidenschaft gezogen werden. Die Menschen können von diesen Auswirkungen keine Kenntnis mehr nehmen, denn sie sind ohne Ausnahme die Opfer solcher Zerstörungen, bis auf solche, die schon im Besitz geistiger Kraft sind und dem gefährdeten Erdkreis entrückt werden durch göttlichen Willen. Ein solcher Vorgang wird sich abspielen und also das Ende dieser Erde bedeuten. Menschenwille wird sich anmaßen, Kräfte erforschen zu wollen und durch Experimente also Kräfte zur Auslösung bringen, die eine ungeheure Wirkung haben in eben jener zerstörenden Weise.... (9.8.1949) Denn es sind keine edlen Motive, aus denen heraus Forschungen angestellt werden, die diesen unvorstellbaren Ausgang nehmen. Und darum wird ihnen von Gott aus der Segen vorenthalten, der auf Arbeiten ruht, die das Wohl der Mitmenschen zum Ziel haben. Zudem verstoßen sie gegen das göttliche Naturgesetz insofern, als daß sie Forschungen unternehmen unter Einsatz von Menschenleben, daß sie also Menschen als Versuchsobjekte benützen, die ihr Leben zum Opfer bringen müssen. Es ist dies ein Versündigen gegen die göttliche Ordnung, gegen die Gottes- und Nächstenliebe und zudem ein Versündigen wider die gesamte Menschheit, die dadurch dem Untergang geweiht ist. Denn die Kenntnisse derer, die solche Versuche unternehmen, reichen bei weitem nicht aus, und also sind jene noch verfrüht, woran aber auch kein Zweifel besteht. Und solche unverantwortlichen Experimente können von Gott nicht geduldet werden, und also werden sie zurückschlagen auf die Experimentierenden, die nichts weiter erreichen als eine gänzliche Zerstörung aller materiellen Schöpfungen der Erde, also ein Zertrümmern der Materie, die im geistigen Sinn jedoch eine Auflösung jeglicher Form und ein Freiwerden des darin gebundenen Geistigen bedeutet. Menschen also werden diesen letzten Vernichtungsakt auf der Erde ins Werk setzen, und die gesamte Menschheit wird daran zugrunde gehen, daß Ruhmsucht, übergroßes Geltungsbedürfnis und Gier nach materiellen Gütern die Menschen zu waghalsigen Spekulanten macht, die jedoch nicht ohne Wissen sind, daß sie die Mitmenschen gefährden und dennoch ihre Versuche unternehmen. Es sind ihnen die zuvor gemachten Erfahrungen Mahnung und Warnung genug, um davon abzusehen, und darum ist ihr Handeln ein Frevel, den Gott nicht ungestraft lässet....
Amen
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